lunes, 17 de diciembre de 2012

Proyecto 'BlowPET' para envases de material reciclado

El Instituto Tecnológico del Plástico (Aimplas), ha llevado a cabo durante este año la primera fase del proyecto 'BlowPET', que tiene como objetivo evaluar la idoneidad del uso de material reciclado de PET como alternativa al polímero virgen en la fabricación de envases plásticos para bebidas.

A través del proyecto se busca definir un método que permita relacionar propiedades reológicas de los materiales con su comportamiento durante su procesado. De este modo se podrán minimizar los tiempos de ajuste y las piezas desechadas durante el proceso de fabricación permitiendo incrementar la competitividad de la industria del material reciclado plástico, principalmente en el sector del envase.

"Hasta el momento se han realizado pruebas en preformas y los resultados han sido muy positivos, ya que se espera obtener un producto final que además de cumplir los requisitos establecidos tendrá un precio más competitivo", ha afirmado Carolina Losada, investigadora principal del proyecto.

La utilización del PET reciclado, cuyo coste ronda el 50% del material virgen, puede ser determinante para rebajar la inversión productiva que precisa el envase (el plástico puede llegar a constituir el 50% del coste del packaging, para el caso del embotellado de agua mineral). Además, gracias a este nuevo método se conseguirá dotar de una segunda vida al material PET, transformándolo en un producto con valor añadido, muy superior al que puede tener una fibra textil para relleno, que es uno de los destinos más habituales del PET recuperado.

El proyecto 'BlowPET se enmarca dentro de la convocatoria Desarrollo Estratégico del IMPIVA y ha sido cofinanciado por los Fondos FEDER, dentro del Programa Operativo FEDER de la Comunitat Valenciana 2007-2013.


Fuente: Alimarket

viernes, 14 de diciembre de 2012

No nos conformemos: una llamada al optimismo



Los asistentes al pasado Congreso Nacional del Medio Ambiente (Conama) tuvimos la oportunidad de escuchar a ponentes que estuvieron presentes en la última Conferencia de las Naciones Unidas sobre el desarrollo sostenible (Río + 20). En la sesión, dedicada a la búsqueda de una nueva economía que tenga en cuenta la variable ambiental en la toma de decisiones (economía verde), se resaltaron las dificultades para llegar a acuerdos, motivadas muchas veces por la falta de voluntad política pero también enraizadas en unos argumentos que se repiten en todos los niveles de la sociedad, que sin embargo no se corresponden necesariamente con la realidad y nos predisponen a asumir una visión muy pesimista del mundo y los problemas que se nos presentan.

El principal obstáculo en la Cumbre de Río + 20 lo constituyeron las reticencias de los propios países participantes, tanto desarrollados como en vías de desarrollo, aunque por motivos distintos. Mientras que los países desarrollados perciben que los esfuerzos que han llevado a cabo en los últimos 20 años han supuesto una incomodidad pero han logrado escasos resultados, los países en vías de desarrollo no están interesados en realizar sacrificios que limiten su crecimiento económico.

Resulta llamativa la cantidad de veces que se presentó una oposición entre estos conceptos. Se habló de punto de vista ambiental frente a punto de vista del desarrollo, reducción de impactos ambientales frente a crecimiento económico, las leyes del mercado frente a las leyes de la naturaleza, o el derecho al trabajo frente a la preservación del medio ambiente. Incluso se ha planteado el “decrecimiento sostenible” como única solución para evitar agotar los recursos y permitir la supervivencia de la humanidad.

No es una visión nueva. Este antagonismo ha calado tan hondo que es común comentar lo desafortunado que es que para lograr una mejora de la calidad ambiental haya que renunciar al bienestar, las comodidades o la calidad de vida. Me recuerda a la escena del documental Una verdad incómoda en la que, en tono jocoso, Al Gore presenta una imagen de una balanza, con el planeta Tierra en un platillo y los frívolos dólares en el otro. Estas reflexiones se han repetido tantas veces que creo que lo damos por sentado, sin pararnos a reflexionar que sobre ello. ¿Son completamente incompatibles el desarrollo y la protección medioambiental?

Mi opinión es que no; sencillamente, aún no hemos avanzado lo suficiente. Como sociedad, tal como se propuso en las sesión de financiación de la recogida de residuos, tenemos que buscar un modelo eficiente, priorizando lo que realmente nos podamos permitir, sin conformarnos con un sistema de suma cero, en el que para ganar algo tengamos que perderlo por otra parte.

La búsqueda de la eficiencia se puede aplicar a cualquier ámbito, y está en las manos de cualquier ciudadano contribuir a ello: por ejemplo, consumir un mismo producto tendrá un impacto y un coste mucho menor si ha sido producido en nuestro ámbito local que si procede del otro lado del mundo. (Un apunte: la iniciativa para etiquetar los productos en función de su huella de carbono, que favorecería el consumo de productos locales, ha quedado en segundo lugar en la Bolsa de Ideas Verdes del Conama. La lista se elaboró con los votos de los asistentes.)

Otro punto a considerar es el progreso tecnológico. No creo que el “precio del progreso” sea contribuir a un mundo cada vez más deteriorado. Es una visión derrotista, o tal vez pretenciosa, pensar que lo que tenemos es lo mejor a lo que podemos aspirar, que el sistema no puede mejorarse. Pienso que aún nos queda mucho progreso que alcanzar y que éste conllevará unos procesos productivos no sólo más eficientes, sino también menos contaminantes. Ya hemos cambiado mucho desde los primeros momentos de la industrialización, y todavía queda un buen camino que recorrer.

Según los estudios realizados por el Programa de las Naciones Unidas para el Medo Ambiente (UNEP), una economía verde no supone necesariamente una disminución del crecimiento económico o una pérdida de empleos, y puede superar a largo plazo a una economía tradicional. Para este grupo, la disyuntiva entre el progreso económico y la sostenibilidad ambiental no es más que un mito[i]. En Europa encontramos algunos de los países más desarrollados del mundo, y es donde se está haciendo un mayor esfuerzo por desarrollar normativa protectora del medio ambiente. En cuanto a los países en vías de desarrollo, no se puede negar su derecho a crecer económicamente, pero pueden guiarse por las experiencias, tanto positivas como negativas, que otros países ya han disfrutado o padecido en las últimas décadas.

Durante la sesión sobre valorización energética se mostró cómo se ha reducido notablemente la huella contaminante de las incineradoras mediante la imposición de límites de emisión más restrictivos y las mejoras tecnológicas. La idea de que un mayor desarrollo contribuirá a una disminución de la contaminación y un uso más racional de los residuos no parece tan descabellada. Por supuesto, para llegar a este punto se requerirán importantes inversiones en I+D, pero ésa es otra cuestión.

En esa misma sesión se defendió que, para lograr una auténtica sostenibilidad y dar una respuesta a los problemas comunes de todos los países (incluidas la preservación del medio ambiente y la erradicación de la pobreza), no se puede elegir entre lo ambiental, lo económico o lo social y descartar el resto. De ser así, sólo estaríamos conformándonos con aceptar el mal menor.

El lema de Conama 2012 ha sido “Reinventémonos”. Propongo que, para reinventar la sociedad y el modo en que perseguimos nuestras metas, empecemos reinventando nuestra forma de pensar y arrinconemos las ideas preconcebidas que nos impiden avanzar. 

Autor: Miguel Pérez Rodríguez
Máster en Gestión Sostenible de los Residuos - UPM





[i] UNEP, 2011, Towards a Green Economy: Pathways to Sustainable Development and Poverty Eradication - A Synthesis for Policy Makers, www.unep.org/greeneconomy

jueves, 13 de diciembre de 2012

Utilizan residuos de papel para fabricar ladrillos

Investigadores de la Universidad de Jaén han incorporado los desechos que genera una industria papelera al material cerámico que se usa en la construcción. El resultado son unos ladrillos con una baja conductividad térmica, por lo que actúan como buenos aislantes, aunque todavía hay que mejorar su resistencia mecánica.

"El uso de los residuos de la industria del papel puede suponer un beneficio económico y medioambiental, ya que permite reutilizar como materia prima un material considerado como desecho”. Esta es una de las conclusiones de un estudio desarrollado por investigadores de la Escuela Politécnica Superior de Linares (Universidad de Jaén) y que publica la revista Fuel Processing Technology.

Los científicos han recogido los residuos de celulosa que produce una fábrica de papel –que además, en este caso, es reciclado–, así como los lodos procedentes de la depuración de sus aguas residuales. Después, han unido este material a la arcilla que se emplea en la construcción, le han dado forma mediante presión y extrusión en máquinas, y así han obtenido unos ladrillos en el laboratorio.

“La adición de los residuos hace que el producto final presente una conductividad térmica baja, por lo que actúa como un buen aislante”, explica Carmen Martínez, investigadora de la Universidad de Jaén. “Además del consiguiente beneficio que esto conllevaría si se utilizaran estos ladrillos en lugar de los que se elaboran con materias primas tradicionales”, apunta.

Otra de las ventajas de añadir residuos a los ladrillos es que les aportan energía debido a la presencia de materia orgánica. Esto puede ayudar a reducir el consumo de combustible y el tiempo de cocción que se requiere en su producción.

De momento los prototipos son de pequeñas dimensiones (3x1x6 cm), aunque el equipo ya ha hecho pruebas con tamaños mayores y los resultados son similares. “En conjunto, esta técnica podría suponer un ahorro energético y de materias primas para las fábricas de ladrillos, así como un beneficio medioambiental por la valorización de unos residuos que, en principio, se descartan”, comenta Martínez.

La investigadora reconoce, no obstante, que el ‘talón de Aquiles’ de estos ladrillos es su menor resistencia mecánica respecto a los tradicionales, aunque este parámetro está por encima de los mínimos que marca la legislación. También quedan por resolver algunos problemas de adherencia y conformado de aquellas piezas que llevan porcentajes altos de residuo de papel.

El equipo continúa trabajando para buscar el punto de equilibrio entre sostenibilidad y resistencia del material, además de investigar las ventajas de incorporar otros productos, como los lodos de las depuradoras o los residuos que generan las industrias cervecera, olivarera o las productoras de biodiésel.

De hecho, los investigadores han publicado otro trabajo que confirma que los residuos generados en la elaboración del biodiésel se pueden emplear en la fabricación de ladrillos, aumentando la capacidad aislante de este material de construcción hasta en un 40%.

Fuente: Infoambiental

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Investigadoras proponen un fungicida natural para industria del vino

El proyecto Desarrollo de un fungicida producido a partir de residuos de la industria vitivinícola contra el hongo fitopatógeno Botrytis cinerea, es una de las cuatro propuestas de la Universidad de Santiago (USACH) que se adjudicó recursos del Concurso de Ciencia Aplicada del Programa de Investigación y Desarrollo en Acción para Instituciones de Investigación (IDeA) de Fondef. El estudio sugiere el uso de un fungicida de origen natural elaborado a partir de residuos de la industria vitivinícola y, según explica la investigadora a cargo del estudio, Dra. Milena Cotoras, cuenta con dos ventajas importantes.
La primera de ellas, tiene que ver con hacer frente a uno de los principales problemas de la producción de frutas en Chile y en especial la uva de mesa y vitivinícola: la pudrición gris, causada por el hongo Botrytis Cinerea, infección que no sólo genera importantes pérdidas económicas en la industria, sino que también implica el uso de fungicidas sintéticos que contaminan suelos, aguas y provocan daño a la salud.

La segunda ventaja del estudio es que propone la utilización de residuos sólidos producidos por la industria vitivinícola, que en el año 2011 alcanzaron cifras aproximadas a las 146 mil toneladas.

Resultados previos conseguidos en los laboratorios de la Facultad de Química y Biología demuestran que extractos obtenidos de estos residuos poseen actividad antifúngica moderada contra Botrytis cinerea.
La académica Cotoras explica que “las plantas son una fuente importante de metabolitos secundarios, entre los que destacan los compuestos fenólicos, que han demostrado actividad contra variadas especies fúngicas y que, además, se encuentran en abundancia en los residuos de la industria vitivinícola”. Por esta razón –agrega- “el proyecto plantea como objetivo general la formulación de un fungicida constituido de compuestos fenólicos, obtenidos de los residuos sólidos de la industria vitivinícola, los que presentan niveles de actividad superiores a los fungicidas naturales usados para controlar este hongo”.

Respecto a sus expectativas, la investigadora de la U. de Santiago proyecta “tener un fungicida de origen natural, formulado y validado a nivel piloto en el campo, y participar en la formación de estudiantes de pregrado y postgrado, apoyando la realización de sus tesis de grado”.

La propuesta tiene un plazo máximo ejecución de 24 meses e involucra a los investigadores, Dra. Leonora Mendoza (Facultad de Química y Biología), Dr. Rubén Bustos (Facultad de Ingeniería) y a representantes de la Viña Miguel Torres.
El Concurso de Ciencia Aplicada del Programa IDeA de Fondef, financiará 55 proyectos que, en promedio, recibirán montos de hasta 120 millones de pesos, de un total de seis mil 200. Su propósito es apoyar proyectos de I+D con un fuerte componente científico y que consideren obtener resultados intermedios en plazos breves, en la perspectiva de convertirse en productos o servicios con un impacto productivo, económico y social.

Fuente: DiCYT

martes, 11 de diciembre de 2012

La Cumbre del Clima acuerda prorrogar hasta 2020 el Protocolo de Kioto

(c) REUTERS
La Conferencia de las Partes de la Convención de la ONU sobre Cambio Climático (COP18) que se celebra en Qatar ha concluido con un acuerdo para prorrogar hasta 2020 el conocido como Protocolo de Kioto para la reducción de gases de efecto invernadero.

El acuerdo, conocido como Puerta Climática de Doha, supone prorrogar Kioto ocho años, el único tratado internacional vinculante para combatir el calentamiento global. Sin embargo, Rusia, Japón y Canadá, entre otros, no han accedido a este nuevo compromiso con lo que las emisiones de CO2 de los participantes suponen ahora apenas el 15 por ciento de las emisiones globales.

"Les agradezco a todos ustedes su buena voluntad y el duro trabajo para avanzar en este proceso", ha afirmado el presidente de la Conferencia, Abdulá bin Hamad al Attiyah, durante la presentación de los resultados de las negociaciones maratonianas de la conferencia. La COP18 en realidad debería haber concluido el viernes, pero fue prorrogada para lograr un acuerdo.

El delegado ruso, Oleg Shamanov, sin embargo, ha manifestado la negativa de su país, que rechaza prorrogar el Protocolo de Kioto más allá de 2012. Rusia defendía una utilización menos restringida de los derechos de emisión no usados.

Todas las delegaciones presentes en Doha han reconocido que el acuerdo final no satisface las recomendaciones de los científicos, que pedían medidas drásticas para evitar un calentamiento que provoca olas de calor, tormentas de arena, inundaciones, sequías o la subida de los niveles del mar.

El Protocolo de Kioto, firmado en 1997, obligaba a 35 países industrializados a reducir una media de al menos un 5,2 por ciento las emisiones de gases de efecto invernadero tomando como referencia las emisioens de 1990. Sin embargo, ya en su origen no incluía a países desarrollados tan importantes como Estados Unidos --que lo firmó, pero no lo ratificó-- y no imponía objetivos de reducción de los gases a los países en desarrollo como China, India, Brasil o México.

Las emisiones de dióxido de carbono, el principal gas de efecto invernadero, crecerán este año un 2,6 por ciento a nivel mundial y duplican ya las tasas de 1990, fundamentalmente por las aportaciones de grandes potencias en desarrollo como China o India.

CALENDARIO DE NEGOCIACIÓN

El acuerdo alcanzado en Doha aplaza además hasta 2013 las negociaciones sobre la demanda de los países en vías de desarrollo, que exigen mayores donaciones para ayudarles a frenar las emisiones de gases de efecto invernadero, y deja para 2015 la firma de un nuevo acuerdo global que entraría en vigor en 2020.

Las negociaciones se dividirán en dos "corrientes", una que estudiará las medidas para combatir el cambio climático a partir de 2020 y otra que se encargará de las medidas para estimular un acuerdo ambicioso antes de esa fecha.

La primera ronda de contactos, según el acuerdo alcanzado en Doha, será entre el 29 de abril al 2 de mayo de 2013 en Bonn (Alemania); la siguiente posiblemente en septiembre de 2013 y al menos dos reuniones más en 2014 y otras dos en 2015. Estas negociaciones se denominarán Plataforma de Durban, nombre de la ciudad sudafricana donde el año pasado se celebró la reunión sobre calentamiento global en la que se acordó 2020 como fecha para la entrada en vigor de un pacto mundial.

En cuanto a los objetivos económicos, en Doha no se ha cerrado un calendario para cumplir con el objetivo de incrementar hasta los 100.000 millones de dólares anuales las ayudas para que las economías en desarrollo recorten sus emisiones.

El texto "anima a los países desarrollados a incrementar sus esfuerzos para proveer de recursos de al menos el nivel (de 2010-12) para el periodo 2013-15" y prevé negociaciones el año próximo para determinar nuevas fuentes de finanziación. En 2009 los países desarrollados acordaron destinar 10.000 millones de dólares anuales a los países en desarrollo para adaptarse y fijaron el objetivo de 100.000 millones de dólares para 2020.

Fuente: Europa Press

lunes, 10 de diciembre de 2012

Casi el 70% de los envases que se utilizan en España se reciclan

En España se reciclan 7 de cada 10 envases de plástico y sólo en 2011 se sometieron a este proceso 1,2 millones de toneladas, lo que en volumen equivale a llenar 90 estadios de fútbol.

Pero, pese a estos datos, aún hay muchos ciudadanos que se preguntan qué ocurre con la basura que separan en casa.

Seguro que tampoco saben que con 80 latas de refresco recicladas se puede hacer una llanta de bicicleta, con 6 briks de leche se hace una caja de zapatos y con 40 botellas de plástico un forro polar.

Estos datos los aporta Ecoembes, una organización creada por 12.000 empresas españolas que utilizan envases, que nos explica que la basura que arrojamos a los más de 500.000 contenedores amarillos repartidos por España se recoge por el servicio de basuras de nuestro ayuntamiento, se traslada a una planta de selección de envases y luego a un reciclador homologado.

Ecoembes es la empresa encargada de coordinar este proceso y, para ello, han firmado más de 103 acuerdos con entidades locales, cuentan con 94 plantas de selección y 150 recicladores.

En el contenedor amarillo nos encontramos con botellas de plástico, briks y latas que antes de enviarlos a los recicladores, tienen que ser clasificados en plantas de selección de envases.

Como ejemplo, se expone el caso de la planta de Salto del Negro, en Gran Canaria, donde reciben 28.000 toneladas de envases al año procedentes de toda la isla.

Los camiones llegan a Salto del Negro cargados de residuos que se depositan en la playa de descarga donde dos operarios apartan los impropios (objetos que no son envases ligeros) de los materiales válidos. Estos últimos van a parar al tromel, una especie de centrifugador gigante, que clasifica la basura, por tamaño, en tres cintas transportadoras.

Los envases ligeros se someten un segundo trillaje manual en el que se clasifican según el tipo de plástico (PET, polietileno de alta densidad y plástico mezcla). Después se prensan para viajar hasta las plantas de reciclaje.

Por otro lado, las latas se clasifican en acero o aluminio y también se prensan en pequeños bloques; los briks sufren el mismo proceso.

Los ciudadanos separan bastante bien la basura: sólo un 25 % de los residuos que llegan a las plantas de selección son impropios. El jefe de planta de Gran Canaria, Marcial Betancor, destaca lo "importante" que es que separar bien en casa. Un ejemplo: las antiguas cintas de vídeo deben ir a parar a un punto limpio, no al contenedor amarillo, porque la cinta se enreda y estropea la maquinaria.

El reciclaje se lleva a cabo en centrales como Plascan, en el caso de Gran Canaria, donde gestionan 12.000 toneladas de plástico al año.

El proceso consiste en triturar, lavar, secar y grancear (crear pequeñas bolitas) el plástico para dar lugar a una materia prima de calidad "equiparable" a la pura, aclara el director ejecutivo de Plascan, Francisco Ruiz.

Al final del proceso, la materia prima se vende para la fabricación de otros productos y ahí comienza la segunda o tercera vida del plástico (se puede reciclar de manera ilimitada).

En 14 años, desde que hay contenedores amarillos, se han reciclado 11,7 millones de toneladas de envases y se han ahorrado 11,5 millones de toneladas de CO2; 13,3 millones de Mwh (lo que consumen al año 1,2 millones de ciudadanos) y 314 millones de metros cúbicos de agua (cantidad que emplean 5,6 millones de habitantes).Estos datos sitúan a España, explica Ecoembes, entre los 10 países que más y mejor reciclan en Europa, superando en 13 puntos la tasa mínima de reciclaje establecida por la Comisión Europea (un 55 %).



Fuente: EFE Verde y ECOEMBES

viernes, 7 de diciembre de 2012

Se investigan nuevos procesos para valorizar residuos

El Instituto Tecnológico del Embalaje, Transporte y Logística (Itene) trabaja en el proyecto de valorización de residuos denominado VALORES, que tiene como objetivo desarrollar nuevas aplicaciones para residuos generados en los ámbitos del envase y embalaje, cerámico, madera-mueble y construcción, cuya valorización resulta especialmente difícil. Bajo la dirección técnica de Itene, participan en el proyecto el Instituto Tecnológico de la Construcción (Aidico), el Instituto de Tecnología Cerámica (ITC) y el Instituto Tecnológico del Mueble, Madera, Embalaje y Afines (Aidima) centros con amplia experiencia en el desarrollo tecnológico de cada uno de los sectores industriales para los que desarrollan sus capacidades.

Con el propósito de generar soluciones a los residuos, el proyecto VALORES pretende desarrollar nuevas aplicaciones para este tipo de desechos. Los investigadores, además, buscan nuevas alternativas a su valorización a partir del tratamiento previo de estos materiales, a fin de adaptarlos a diferentes procesos productivos. A través de novedosas alternativas propuestas por esta iniciativa de I+D+I se podrá, por un lado, minimizar el impacto ambiental de los residuos y, por otro, desarrollar nuevas salidas comerciales para estos materiales, abriendo nuevas áreas de negocio que a su vez propiciarán el incremento de la competitividad de la industria en la Comunitat Valenciana. Cada centro tecnológico trabaja en distintas líneas de investigación sobre propuestas específicas.

Concretamente, desde Itene, además de ejercer la dirección técnica del proyecto, se trabaja en el aprovechamiento del residuo procedente de la fracción rechazo de las plantas de clasificación de envases. Concretamente, se está trabajando en opciones de valorización material y energética. Desde el punto de vista material la investigación de está centrando en la obtención de paneles con funciones de aislamiento acústico. Desde la parte energética se está trabajando en la obtención de materiales combustibles y en concreto de CSR (Combustible Sólido Recuperado).

Según los técnicos responsables del proyecto, “los residuos generan un elevado impacto ambiental e importantes costes económicos que repercuten de manera notable en ámbitos industriales estratégicos de la Comunitat Valenciana, como son el envase y embalaje, el cerámico, la construcción y la madera, y esta investigación permitirá minimizar el impacto ambiental, reducir los costes por residuos y proceder a su valorización, bien como energía, bien como material para la fabricación de otros productos”. El proyecto 'Valores 2 – Valorización de Residuos' cuenta con la financiación del Impiva de la Generalitat Valenciana a través de los Fondos europeos Feder de Desarrollo Regional.


Fuente: Alimarket

miércoles, 5 de diciembre de 2012

¿Cómo puede el turismo reducir sus emisiones?

En su constante esfuerzo por reducir las emisiones mundiales del turismo, la OMT reunió a expertos de los organismos de las Naciones Unidas y de la Universidad de Oxford durante el encuentro de las Naciones Unidas sobre el cambio climático, en Qatar, a fin de presentar las últimas estrategias para ayudar a reducir la contribución del turismo al calentamiento global.

Combustibles alternativos de última generación en los aviones, comercio de derechos de emisión en el transporte aéreo, sistemas de reciclaje del agua en los cruceros y mejoras en el aislamiento de los hoteles fueron algunas de las innovaciones presentadas durante el evento paralelo de la OMT, “La respuesta del sector turístico al cambio climático”, durante el 18º periodo de sesiones de la Conferencia de las Partes en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP18), en Doha (Qatar).

“A la vez que el turismo sigue creciendo, ofreciendo oportunidades económicas y puestos de trabajo a millones de personas en el mundo, sus emisiones de dióxido de carbono también se incrementan”, remarcó el Secretario General de la OMT, Taleb Rifai, antes del evento. “Ahora mismo, tenemos la posibilidad de pasar de unas políticas conservadoras a diseñar unas estrategias adecuadas que reduzcan de manera significativa nuestras emisiones”.

Con ocasión del evento, que contó con la participación de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), la Organización Marítima Internacional (OMI), el Centro para el Medio Ambiente de la Universidad de Oxford y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), la OMT presentó oficialmente la publicación Tourism in the Green Economy – Background Report (El turismo en la economía verde. Informe de referencia).

Esta publicación, que parte del capítulo sobre el turismo elaborado por la OMT para el Informe sobre Economía Verde del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) , muestra que si de aquí a 2050, en lugar de seguir como hasta ahora, se realizara una inversión de tan solo el 0,2% del PIB mundial al año, el sector turístico podría seguir creciendo de manera constante en las próximas décadas, contribuyendo al crecimiento económico, la creación de empleo y el desarrollo que tanto se necesitan, y beneficiar a la vez significativamente al medio ambiente, por ejemplo con reducciones del consumo de agua (18%), del consumo energético (44%) y de las emisiones de CO2 (52%).

Fuente: Ambientum

martes, 4 de diciembre de 2012

Murcia construye su primera planta para el tratamiento de RAEEs y vehículos fuera de uso

Un nuevo proyecto se suma al Clúster de Medio Ambiente y Energías Renovables. En esta ocasión llega de la mano de Cespa Murcia y Desguace París, cuyos responsables, Antonio Igualada y Miguel López Abad, han rubricado el acuerdo ayer en un acto que ha contado con la presencia del Alcalde, Miguel Ángel Cámara, y del Concejal de Limpieza Viaria y Gestión de Residuos, José Ros.

Con una inversión prevista de 8 millones de euros, el proyecto consiste en la construcción de una planta de tratamiento para el reciclaje de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) generados en el municipio -con capacidad para 3.400 toneladas al año-, así como de residuos procedentes de la fragmentación de vehículos fuera de uso (VFU) y chatarras férricas y de aluminio -16 toneladas hora-. Además de fomentar la protección del medio ambiente, permitirá efectuar la separación de materiales con alto valor comercial. El tratamiento consiste en el despiece de todos los elementos de los aparatos posibilitando así su reutilización.

El acuerdo ha sido posible porque, por un lado, la construcción y gestión de una planta de RAEE formaba parte de la oferta que presentó Cespa para conseguir la adjudicación del servicio de limpieza viaria y recogida de residuos del Ayuntamiento. Y, por otra parte, Desguace París tenía en proyecto la creación de una planta de VFU. De esta forma, y siendo ambas propuestas complementarias, se ha alcanzado el acuerdo de la construcción de una planta para el tratamiento de ambos residuos dentro del proyecto de ampliación del centro de Cañada Hermosa.

El inicio de las obras está pendiente de obtener la autorización ambiental por parte de la Comunidad Autónoma, de modo que la planta podría estar en funcionamiento el próximo verano. En ella trabajarán, en principio, alrededor de 51 personas.

Las ventajas que se derivarán de esta iniciativa se concretan en:
  • Incremento de materiales recuperados de los residuos generados en el municipio, al dar cobertura a una nueva gama que actualmente están siendo tratados fuera de Murcia.
  • Posibilita una mayor valorización de los residuos metálicos que actualmente se generan en el Centro de Tratamiento de Cañada Hermosa.
  • Reducción de gastos de implantación y operativos para la gestión de la planta al estar ubicados en un centro de tratamiento consolidado como es el de Cañada Hermosa.
  • Facilita el tratamiento de residuos al no incrementar el coste derivado del transporte de los mismos.
Además, la iniciativa coincide plenamente con los propósitos con los que Cespa Murcia y el Ayuntamiento promueven el clúster: desarrollar una actuación de clara eficiencia ambiental, contribuir a reforzar la actividad económica del municipio, favorecer la innovación tecnológica e impulsar la creación de empleo.

Fuente: Gestores de Residuos

lunes, 3 de diciembre de 2012

Reciclaje “made in Europe”

Una gran superficie de distribución, un banco, una cadena hotelera, una empresa de servicios, un ayuntamiento… podrán a partir de ahora exigir legalmente que el reciclaje final de sus residuos se realice en fábricas europeas, según la Ley de medidas urgentes en materia de medio ambiente aprobada el 30 de noviembre.

 La nueva ley blinda la legalidad del reciclaje made in Europe y da a los generadores de residuos la capacidad de decidir sobre el destino final de sus residuos. Ahora, tanto las entidades bancarias, supermercados, centros comerciales… como los ayuntamientos pueden exigir al contratar con las empresas de residuos que les garanticen que sus residuos serán reciclados dentro de la UE, apoyando así a la industria europea y reduciendo las emisiones del transporte.

La sociedad europea del reciclaje, con el reciclaje en cercanía, convierte las 6 toneladas de residuos que al año genera cada europeo en una oportunidad de creación de riqueza y empleo verde. Y lo hace reciclando esos residuos de todo tipo de materiales (papel, vidrio, metales…) en nuevos productos fabricados por la industria europea. Se genera de este modo una economía circular que crea tejido industrial, riqueza y empleo allí donde se han hecho el esfuerzo y las inversiones para recuperar los residuos. Y se garantiza además que serán reciclados de acuerdo a las exigencias medioambientales de la UE.

"Con esta novedad legislativa, el gobierno y el parlamento español toman el tren de la sociedad europea del reciclaje, apostando por la competitividad de nuestra industria recicladora como palanca de creación de empleo verde. Con el desarrollo de la sociedad europea del reciclaje, a través de iniciativas como la recogida en esta nueva Ley, la UE estima que se crearían en Europa más de 400.000 puestos de trabajo de aquí a 2020", señala el comunicado.

Y añade: "La industria papelera española apoya esta apuesta por la economía circular con su importante y creciente capacidad recicladora. Actualmente somos la segunda mayor industria recicladora de papel de Europa, solo detrás de Alemania, lo que nos permite cerrar el ciclo reciclando en España todo el papel y el cartón que se recupera en nuestro país".

Fuente: Rima