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jueves, 15 de septiembre de 2016

The Ocean Cleanup: océanos transparentes

Desde 1988 se conoce la existencia de la isla de plástico en el océano Pacífico norte, formada por toneladas de residuos que han sido arrastrados por las corrientes y ocupan una extensión mínima estimada del tamaño de la península ibérica. Debido a la degradación, el plástico se desintegra en partículas pequeñas de baja densidad dispersas en la superficie del agua, lo que dificulta enormemente su localización exacta o el seguimiento por satélite.

Debido al riesgo que supone para la flora y la fauna marina, deteriorando su ecosistema y causando la muerte de animales por ingestión de plásticos con el consiguiente peligro para la cadena trófica, en los últimos años se han llevado a cabo varios proyectos para intentar limpiar el océano.

lunes, 4 de marzo de 2013

Recogida de tapones; el reciclaje solidario

Fuente: Blog los listillos del cole

En España han aparecido varias iniciativas para recoger tapones y tapaderas de plástico con el fin de destinar los ingresos a proyectos solidarios.

¿Por qué sólo tapones y tapaderas? Porque los envases completos ocupan más espacio y suelen ser de otros tipos de plástico. Los envases serían aceptables si estuvieran llenos de tapones, para reducir el volumen final, además si la recogida es compleja la gente puede estar menos dispuesta a colaborar y por eso sólo se piden tapones. Lo bueno de éstos es que el 99.9% son de plástico tipo 2 ó 5, los cuales no son tóxicos, siendo además, buenos para ser reciclados.

El plástico de casi todos los tipos de tapones y tapaderas  es valioso, pero a nivel particular no compensa recogerlo ya que está valorado en 300 euros por tonelada. Es por esto que colegios, empresas, comercio, etc. recogen tapones gracias a la colaboración de millones de personas.

Es difícil conocer el origen exacto de esta iniciativa, pero sí se sabe que Plásticos Magnosa, de Palencia, fue una de las plantas pioneras en la compra de tapones reciclados, y a raíz de la intención de una empresa por comprarlos, surgió por otra parte la inquietud de recolectarlos. Esto dio lugar a que algunas asociaciones, como por ejemplo Adfys, una asociación de discapacitados físicos y psíquicos del municipio zamorano de Toro, comenzasen a recolectar tapones ya en el año 2007, siendo una de las primeras en hacerlo.

En un principio los principales impulsores de estas campañas son las familias de los enfermos, sin embargo cada vez son más  las empresas que se involucran en esos actos solidarios.

El dinero conseguido con este reciclaje puede tomar varios caminos: desde un aparato o instrumento que mejore la calidad de vida de un niño enfermo (sillas de ruedas especiales, Head Pod, etc.) hasta financiación de proyectos de investigación de enfermedades raras, pasando incluso por la recaudación de fondos para la compra y construcción del nuevo refugio de animales abandonados (asociación FELCAN: http://www.felcan.org/wp/recoge-tapones/ ).

Entre otros casos destacan el de Anais Cabezas, con un 98% de parálisis, que gracias a la campaña "Tapones para una nueva vida" de la Fundación Seur se ha llegado a las 60 toneladas para operar de los tendones a Anaís ( http://www.esperanzahacialavida.es/89257138); y el de la asociación Aitzina y AEFAT cuyo propósito era conseguir la financiación mínima para iniciar un proyecto de investigación de la enfermedad ATAXIA-TELANGIECTASIA, para lo que necesitaban una cantidad que oscila entre los 50.000€ y los 60.000€. Gracias a las 305,65 toneladas recogidas, se logró el capital necesario para invertir en la investigación.

Estos actos solidarios se extienden incluso a la participación de las universidades, como es el caso de la campaña “Recogida de tapones solidarios” llevada a cabo por el programa Erasmus de la Universidad Autónoma de Madrid junto con secciones ESN de España (http://www.esnuam.org/article/recogida-solidaria-de-tapones-con-esn-uam).

La iniciativa de la recogida de tapones con fin solidario ha demostrado que el reciclaje puede ir más allá de intereses económicos o medioambientales, pudiendo contribuir también socialmente. De esta manera el pequeño esfuerzo de mucha gente puede ayudar enormemente a personas que lo necesiten, sirviendo de precedente para futuras acciones solidarias relacionadas con el reciclaje.


BIBLIOGRAFÍA
Ø  http://www.rtvcyl.es/Noticia/A8AE4655-DD9C-2260-F94BE3A3B77037CE/recogida/tapones/solidarios/tuvo/origen/asociacion/toro
http://www.esnuam.org/article/recogida-solidaria-de-tapones-con-esn-uam



Ángela Sinopoli Velasco
Marta Ballesteros Gutierrez
Laura Villate López

Estudiantes del Grado en Ingeniería del Medio Natural  (UPM)




miércoles, 20 de febrero de 2013

Valorización Energética de los Residuos Urbanos

Como fruto de la línea de investigación de nuevos materiales que sustituyan a los plásticos, de la gestión independiente de la materia orgánica y de las nuevas formas de generación energética a través de los rechazos, surge el Curso Práctico de Valorización Energética de los Residuos Urbanos.

En el curso se estudiarán las siguientes materias:

- Aprovechamiento energético de los residuos urbanos. Situación actual y perspectivas de evolución
- Valorización energética de los residuos urbanos
- Aprovechamiento del biogás para energía
- Combustibles Derivados de Residuos CDR y Combustibles Sólidos Recuperados CSR
- Recuperación de vidrio
- Casos de valorización en cementeras e industrias

El curso se desarrollará del 5 al 13 de marzo de 2013. La duración total será de 30 horas. El horario
en el que se impartirán las clases será de 15.30h a 20.30h de lunes a viernes. Ya está abierta la matrícula; para inscribirse y recibir más información, es necesario enviar un email a anamaria.echavarria@upm.es

lunes, 17 de diciembre de 2012

Proyecto 'BlowPET' para envases de material reciclado

El Instituto Tecnológico del Plástico (Aimplas), ha llevado a cabo durante este año la primera fase del proyecto 'BlowPET', que tiene como objetivo evaluar la idoneidad del uso de material reciclado de PET como alternativa al polímero virgen en la fabricación de envases plásticos para bebidas.

A través del proyecto se busca definir un método que permita relacionar propiedades reológicas de los materiales con su comportamiento durante su procesado. De este modo se podrán minimizar los tiempos de ajuste y las piezas desechadas durante el proceso de fabricación permitiendo incrementar la competitividad de la industria del material reciclado plástico, principalmente en el sector del envase.

"Hasta el momento se han realizado pruebas en preformas y los resultados han sido muy positivos, ya que se espera obtener un producto final que además de cumplir los requisitos establecidos tendrá un precio más competitivo", ha afirmado Carolina Losada, investigadora principal del proyecto.

La utilización del PET reciclado, cuyo coste ronda el 50% del material virgen, puede ser determinante para rebajar la inversión productiva que precisa el envase (el plástico puede llegar a constituir el 50% del coste del packaging, para el caso del embotellado de agua mineral). Además, gracias a este nuevo método se conseguirá dotar de una segunda vida al material PET, transformándolo en un producto con valor añadido, muy superior al que puede tener una fibra textil para relleno, que es uno de los destinos más habituales del PET recuperado.

El proyecto 'BlowPET se enmarca dentro de la convocatoria Desarrollo Estratégico del IMPIVA y ha sido cofinanciado por los Fondos FEDER, dentro del Programa Operativo FEDER de la Comunitat Valenciana 2007-2013.


Fuente: Alimarket

lunes, 10 de diciembre de 2012

Casi el 70% de los envases que se utilizan en España se reciclan

En España se reciclan 7 de cada 10 envases de plástico y sólo en 2011 se sometieron a este proceso 1,2 millones de toneladas, lo que en volumen equivale a llenar 90 estadios de fútbol.

Pero, pese a estos datos, aún hay muchos ciudadanos que se preguntan qué ocurre con la basura que separan en casa.

Seguro que tampoco saben que con 80 latas de refresco recicladas se puede hacer una llanta de bicicleta, con 6 briks de leche se hace una caja de zapatos y con 40 botellas de plástico un forro polar.

Estos datos los aporta Ecoembes, una organización creada por 12.000 empresas españolas que utilizan envases, que nos explica que la basura que arrojamos a los más de 500.000 contenedores amarillos repartidos por España se recoge por el servicio de basuras de nuestro ayuntamiento, se traslada a una planta de selección de envases y luego a un reciclador homologado.

Ecoembes es la empresa encargada de coordinar este proceso y, para ello, han firmado más de 103 acuerdos con entidades locales, cuentan con 94 plantas de selección y 150 recicladores.

En el contenedor amarillo nos encontramos con botellas de plástico, briks y latas que antes de enviarlos a los recicladores, tienen que ser clasificados en plantas de selección de envases.

Como ejemplo, se expone el caso de la planta de Salto del Negro, en Gran Canaria, donde reciben 28.000 toneladas de envases al año procedentes de toda la isla.

Los camiones llegan a Salto del Negro cargados de residuos que se depositan en la playa de descarga donde dos operarios apartan los impropios (objetos que no son envases ligeros) de los materiales válidos. Estos últimos van a parar al tromel, una especie de centrifugador gigante, que clasifica la basura, por tamaño, en tres cintas transportadoras.

Los envases ligeros se someten un segundo trillaje manual en el que se clasifican según el tipo de plástico (PET, polietileno de alta densidad y plástico mezcla). Después se prensan para viajar hasta las plantas de reciclaje.

Por otro lado, las latas se clasifican en acero o aluminio y también se prensan en pequeños bloques; los briks sufren el mismo proceso.

Los ciudadanos separan bastante bien la basura: sólo un 25 % de los residuos que llegan a las plantas de selección son impropios. El jefe de planta de Gran Canaria, Marcial Betancor, destaca lo "importante" que es que separar bien en casa. Un ejemplo: las antiguas cintas de vídeo deben ir a parar a un punto limpio, no al contenedor amarillo, porque la cinta se enreda y estropea la maquinaria.

El reciclaje se lleva a cabo en centrales como Plascan, en el caso de Gran Canaria, donde gestionan 12.000 toneladas de plástico al año.

El proceso consiste en triturar, lavar, secar y grancear (crear pequeñas bolitas) el plástico para dar lugar a una materia prima de calidad "equiparable" a la pura, aclara el director ejecutivo de Plascan, Francisco Ruiz.

Al final del proceso, la materia prima se vende para la fabricación de otros productos y ahí comienza la segunda o tercera vida del plástico (se puede reciclar de manera ilimitada).

En 14 años, desde que hay contenedores amarillos, se han reciclado 11,7 millones de toneladas de envases y se han ahorrado 11,5 millones de toneladas de CO2; 13,3 millones de Mwh (lo que consumen al año 1,2 millones de ciudadanos) y 314 millones de metros cúbicos de agua (cantidad que emplean 5,6 millones de habitantes).Estos datos sitúan a España, explica Ecoembes, entre los 10 países que más y mejor reciclan en Europa, superando en 13 puntos la tasa mínima de reciclaje establecida por la Comisión Europea (un 55 %).



Fuente: EFE Verde y ECOEMBES

jueves, 22 de noviembre de 2012

Crean plástico biodegradable con desechos de piña y banano

El Centro Nacional de Ciencia y Tecnología de Alimentos de la Universidad de Costa Rica (CITA-UCR) desarrolla un nuevo material para fabricar bolsas plásticas, cucharas y platos a partir de desechos de piña y banano. Estos nuevos materiales se denominan biopolímeros y ya se encuentran en un nivel avanzado de desarrollo. La ventaja que tienen es que pueden ser asimilados por un sistema biológico como el suelo, lo que reduciría la contaminación del medio ambiente con plástico petroquímico, que representa la quinta parte de desechos sólidos de las ciudades.

Durante casi diez años el CITA ha venido trabajando en la elaboración de ácido poliláctico o PLA (por sus siglas en inglés: polylactic acid) Es un polímero que tiene muchas aplicaciones en la industria textil, en la industria médica y sobretodo en la del empaquetado.

Actualmente en el mundo solo se obtiene este ácido a partir del maíz. El maíz genera glucosa, la cual se pone a fermentar para extraer luego el PLA. Pero el CITA está experimentando para obtenerlo de desechos de banano y piña que se producen en nuestro país y que poseen gran cantidad de azucares, con los cuales se realiza la fermentación láctica para de ella obtener el ácido que luego este se polimeriza.

La directora del CITA, M.Sc. Carmela Velásquez Carrillo, dijo que actualmente este Centro tiene una metodología muy clara para el proceso de fermentación. Es totalmente escalable.

“Trabajamos con dos proyectos en el Centro Nacional de Innovaciones Biotecnológicas (CENIBiot) para desarrollar ese escalamiento y producir el proceso de fermentación, así como para el estudio de factibilidad de instalación de una planta para la producción del ácido láctico a partir de los desechos de banano y piña.”, agregó Velázquez.

Explicó que para separar el ácido del caldo de fermentación se están utilizando tecnologías muy innovadoras como la electrodiálisis, con un equipo que diseñaron los mismos investigadores del CITA. Consiste en cargar eléctricamente una membrana que absorbe y captura el ácido, para luego purificarlo y polimerizarlo.

Agregó que el estudio de los procesos de fermentación, producción del ácido y su extracción del caldo fermentado, no solo ha generado nuevas tecnologías, sino mucho conocimiento en forma de publicaciones científicas y proyectos de graduación de estudiantes de licenciatura y maestría.

Polihidroxibutirato (PHB)

A raíz del conocimiento que ha generado en materia del PLA, el CITA fue invitado a participar en una propuesta financiada por el 7° Programa Marco de la Unión Europea. Se trata del proyecto de biotransformación de biomateriales de frutas y hortalizas de la agroindustria, denominado TRANSBIO.

El proyecto es desarrollado por un consorcio europeo. Una de las líneas de investigación es el desarrollo de un nuevo polímero biodegradable llamado PHB,, similar al PLA pero con características diferentes.

Una de ellas es que el proceso de separación del polihidroxibutirato (PHB) es más sencillo. Consiste en someter a un microorganismo a ciertas condiciones; como mecanismo de defensa sus células comienzan a acumular PHB en forma de cristales como una reserva de energía.

“Cada célula puede llagar a acumular hasta un 80% de su masa seca en este material. Después lo único que hay que hacer es romper la célula y sacar ese material que ya viene cristalizado y listo. Luego solo resta fundirlo para formar el plástico”, explicó la Dra. Velásquez.

En el proyecto trabajan de forma conjunta 16 socios, de los cuales seis son universidades diez son pequeñas empresas, “lo que hace que los productos que se generen del proyecto tengan aplicación y transferencia inmediata en el sentido de que estas empresas procederían a elaborar los productos”, concluyó.

Se trata de tecnología aplicada con un fuerte sustento científico ya que cuenta con un equipo de investigación de muy alto nivel entre los que se encuentran el CITA y el Centro de Investigación en Biología Celular y Molecular (CIBCM) de la UCR.

CUATRO FUENTES DE BIOPOLÍMEROS

Los polímeros biodegradables son aquellos cuya la degradación es garantizada en un sistema biológico. Existen cuatro tipos de biopolímeros en el mercado: La primera generación de biopolímeros surgió a base de almidón que puede ser de yuca, maíz, papa, etc. Los biopolímeros a base de celulosa, la cual es uno de los compuestos más abundantes en la naturaleza y realiza funciones estructurales en la pared celular de las células vegetales.

El PLA o ácido poliláctico. Es un biopolímero que se forma a partir del almidón que se extrae de la biomasa y que seguidamente un microorganismo lo convierte en una molécula más pequeña de ácido láctico. Ésta a su vez, es la materia prima que se polimeriza formando cadenas, con una estructura molecular parecida a la de los plástico petroquímicos.

El polihidroxibutirato (PHB) es un polímero biodegradable producido mediante la fermentación de carbohidratos por microorganismos. Es un compuesto que se acumula dentro de la célula de un microorganismo que comienza a producir cristales de PHB como forma de acumular energía. Lo que se requiere es una bacteria que acumule en PHB en su cuerpo y una fuente de carbono que le permita a la bacteria reproducirse, que es precisamente lo que se obtiene de los desechos de banano y piña.

Fuente: DiCYT

lunes, 16 de abril de 2012

Investigan nuevos tratamientos químicos para reciclar plástico


Cuatro centros tecnológicos, entre ellos Cartif, han participado en el proyecto Proquipol para convertir estos residuos en recursos de calidad

En la actualidad, los residuos plásticos urbanos se trasladan a una planta de tratamiento donde, aproximadamente, la mitad se recupera para un nuevo uso. De esta fracción que se reutiliza, una parte es tratada mediante reciclado mecánico y la otra se valoriza energéticamente (por ejemplo, a través de la incineración con recuperación de energía). Respecto al reciclado mecánico, consiste en lavar, triturar y fundir estos plásticos para volver a generar material, lo que conlleva una serie de problemas.

Uno de ellos es la necesidad de que la corriente de plástico sea bastante pura, es decir, que no esté contaminada con otras fracciones de plásticos u otros materiales. Otro, es que el ciclo de aprovechamiento del plástico no posibilita que el reciclado mecánico se pueda llevar a cabo indefinidamente, ya que el nuevo producto que se obtiene pierde propiedades.

La principal alternativa al reciclado mecánico es el reciclado químico, un proceso más complejo y costoso pero que permite obtener un plástico prácticamente puro. A través de distintos procesos químicos, es posible romper las cadenas del polímero para volver al monómero inicial o a otras sustancias que pueden aprovecharse para producir nuevo plástico.


En esta línea de investigación trabaja desde hace varios años la División de Medio Ambiente del centro tecnológico Cartif de Valladolid, que acaba de concluir un proyecto nacional centrado en el desarrollo, optimización y adaptación de tecnologías de reciclado químico para la conversión de estos residuos en recursos. Bajo el título de Proquipol, en este proyecto del Ministerio de Ciencia e Innovación cofinanciado con fondos Feder, han trabajado, además de Cartif, otros tres centros tecnológicos: Gaiker (País Vasco), Itene (Comunidad Valenciana) y Circe (Aragón).


Dos tipos de tratamiento


Como detalla la investigadora de Cartif Lidia Martínez, se han estudiado dos líneas de tratamiento. Por un lado, la solvólisis, que consiste “en atacar al polímero con un disolvente para romper las cadenas poliméricas”; y por otra, los tratamientos térmicos, basados “en la aplicación de calor para deshacer estas cadenas”.


En cuanto a los residuos que se han empleado en la investigación, están los PET, presentes en muchos de los envases de alimentos que utilizamos día a día, como las botellas de agua; las espumas de poliuretano, conocidas coloquialmente como gomaespuma; el polietileno, con el que se hacen las bolsas de supermercado, o los RAE, siglas de residuos de aparatos electrónicos.


Tras someter estos residuos plásticos a los distintos tratamientos químicos y comparar los resultados obtenidos con polímero virgen, los investigadores han constatado que “los rendimientos del proceso rondan el 80 por ciento en casi todos los casos y las purezas, que se determinan mediante la técnica de calorimetría diferencial de barrido, son todas muy altas, cercanas al 95 por ciento”. En cuanto a la viabilidad de una planta de reciclado químico de plástico, el equipo científico ha comprobado que, a partir de unas 8.000 toneladas al año, la planta de tratamiento empieza a ser rentable.
Fuente: DiCYT.com (12/04/2012)