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miércoles, 28 de marzo de 2012

Utilizan restos de la poda del olivar para producir biodiésel, aditivos y papel

Investigadores de las universidades de Córdoba y Huelva trabajan en un proceso de separación de los distintos componentes de residuos procedentes de poda del olivar y pajas de cereales para obtener biodiésel, aditivos alimentarios y pastas celulósicas.
Un equipo de investigadores del Departamento de Ingeniería Química y Química Inorgánica de la Universidad de Córdoba, en colaboración con el departamento de Ingeniería Química, Química Física y Química Orgánica de la Universidad de Huelva trabajan en un proceso de separación de los distintos componentes de residuos procedentes de poda del olivar y pajas de cereales para obtener biodiésel, aditivos alimentarios y pastas celulósicas para obtener papel.

Los expertos han puesto en práctica el concepto de biorefinería, que trata de aprovechar de manera integral la biomasa disponible, bien sacando partido del poder calorífico de estos residuos como fuente energética o bien obteniendo productos dirigidos a las industrias alimentarias y farmacéuticas.

“La biorefinería es el término utilizado actualmente para describir la tecnología de fraccionamiento de la biomasa vegetal en energía, productos químicos y bienes de consumo”, explica el investigador responsable del proyecto, Alejandro Rodríguez, de la Universidad de Córdoba.

Los investigadores quieren usar la biomasa vegetal como materia prima, tanto para producción de bioenergía como de bioproductos, superando la visión clásica de destinar los residuos sólo a la industria papelera. “Nuestra investigación no sólo aplica los procesos de pasteado clásicos, centrados exclusivamente en obtener una fracción sólida de los vegetales rica en celulosa”, explica Rodríguez.

De esta forma, han puesto en práctica procesos químicos que permiten separar con eficiencia los principales componentes de la materia vegetal. Una vez separados y purificados pueden presentar múltiples aplicaciones industriales como la fabricación de polímeros, es decir, estructuras químicas sobre las que obtener otros compuestos. Otros usos serían la formulación de productos químicos (fármacos, aditivos alimentarios, aromas...), el desarrollo de materiales con propiedades especiales (aislantes, adhesivos, espesantes, barnices, pinturas) y la obtención de bioetanol, además de la pasta celulósica para fabricar papel.

Un residuo, tres fracciones

El método utilizado consiste en separar los residuos en tres fracciones: hemicelulosas, celulosa y lignina. La primera se compone mayoritariamente de azúcares, por tanto, muy interesantes para la obtención de aditivos alimentarios, como los xilitoles que se añaden a los chicles.

Por su parte, la celulosa se ha venido aprovechando hasta la fecha en la obtención de pastas celulósicas para la posterior producción de papel y cartón. Sin embargo, los investigadores piensan en ella como base para la obtención de bioetanol. “Sometemos esta fracción a tratamientos físicos o químicos con objeto de modificar la estructura celular y conseguir soluciones óptimas. La degradamos a glucosa y obtenemos etanol mediante fermentación”, precisa Rodríguez.

Por tanto, los expertos pretenden partir del residuo agrícola extraer las fracciones más interesantes en unas concentraciones y calidad que sea aptas para procesos posteriores como la obtención de azúcares, la industria farmacéutica, la alimentación animal, composites o integrarla en otros compuestos, como base de la química verde.

En esta tarea, también participa la Universidad de Huelva que se encarga de la caracterización de la fracción hemicelulósica y de lignina. Esto supone que los expertos onubenses aportan datos de composición en azúcares que tiene la fracción hemicelulósica, así como la composición y potencia calorífica de la lignina que, dado la diferente naturaleza de cada materia prima, es distinta en la poda del olivo y en la paja de cereales.

Precisamente, en relación a este último residuo, la empresa ECOPAPEL de Écija está muy interesada en los resultados que se puedan obtener de este proyecto. “Están montando una línea de negocio basada en la elaboración de envases a partir de pasta celulósica a partir de paja de trigo y quieren aprovechar este recurso natural al máximo. Les interesa saber si es posible la obtención de etanol en lugar de pasta y qué hacer con las ligninas”, anticipa Rodríguez.

Ventajas ambientales

Además de sus objetivos científicos, los investigadores andaluces aportan con su proyecto un beneficio ambiental. Por un lado, aprovechan residuos abundantes en Andalucía como los restos de poda de olivo y la paja de trigo o arroz.

Actualmente, estos residuos se incineran o se trituran para esparcirlos sobre el terreno, lo que resulta caro y puede dar lugar a otros problemas como la aparición de plagas. La alternativa que proponen los investigadores supondría convertir ese residuo en un nuevo recurso. “Aprovechamos las fracciones hemicelulósica y lignina, que actualmente se queman e investigamos en el aprovechamiento de la celulosa para obtener bioetanol permitiendo un óptimo aprovechamiento de la biomasa vegetal”, precisa el investigador.

Por otra parte, en el proceso de obtención de los nuevos compuestos, los investigadores apuestan por la utilización de tecnologías y principios de química verde. Ejemplo de estas buenas prácticas son la recuperación de disolventes y reactivos, así como minimizar las emisiones de efluentes y gases.

Estos trabajos se desarrollan en el marco del proyecto "Biorrefinería de residuos agrícolas. Beneficio de hemicelulosa, celulosa y lignina", calificado de excelencia por la Consejería de Economía, Innovación y Ciencia de la Junta de Andalucía.
Fuente: AgenciaSinc.es (27/03/2012)

domingo, 4 de marzo de 2012

ENCE Pontevedra, referente mundial en medio ambiente


El consejero delegado de Ence, Ignacio Colmenares, se ha reunido recientemente con los representantes de los trabajadores de su planta en Pontevedra en un encuentro en el que ha señalado su "firme voluntad" de convertirla en "referente mundial de excelencia" tanto ambiental como de operatividad. En un comunicado de prensa, la pastera elude recalca su importancia económica, que establece en el 9,9% del PIB del sector primario de la provincia, y generadora según sus cálculos de 5.150 puestos de trabajo en el sector maderero de la comunidad autónoma. La compañía recuerda asimismo que tiene un plan para reducir a "cero olores" los que desprenden sus chimeneas, con inversiones al efecto que se pondrán en marcha en la parada técnica de la empresa del próximo mes de marzo. La empresa añade en su comunicado que ha "intensificado" los contactos con "personas relevantes de Pontevedra y de toda Galicia" para integrar diferentes sensibilidades en los planes estratégicos de la compañía. EFEVerde (17.02.12)

martes, 18 de octubre de 2011

Los vertidos del sector papelero se reducen un 38%

Nos hacemos eco de la siguiente noticia. La industria de la celulosa y del papel en España, se ha tomado en serio el tema de la contaminación ambiental y, en concreto, lo que afecta a los vertidos hídricos. Las industrias del papel, se ubican preferentemente en nuestra geografía, cerca de los cauces fluviales, tanto para captación como para verter sus aguas una vez depuradas. Las industrias de celulosa, en cambio, las más grandes están cercanas a la costa y vierten a través de emisarios submarinos.  Ambos subsectores han reducido espectacularmente el consumo de agua de proceso y, por ende, el vertido a cauces y costas. La aplicación de las mejores tecnologías disponibles, la modernización de los procesos y cierre de circuitos, así como el empleo de materias primas menos contaminantes, tóxicas o peligrosas (caso del Cl), han hecho que estas industrias poco tengan que ver con las de los años 80. Hay que reconocer que van por el buen camino y noticias como éstas indican que es posible reducir vertidos cuando hay voluntad y se aplican principios de sostenibiliad en la gestión.

"El MARM y ASPAPEL han valorado positivamente la jornada Avances en la Gestión y Regulación de Vertidos cuyo principal objetivo fue dar a conocer los resultados de dicho acuerdo, suscrito en el año 2000 y renovado en 2005, sobre el uso de agua y vertidos en la industria de la celulosa y el papel. En cuanto a los objetivos se ha conseguido una importante reducción de los vertidos, en concreto del 38%. El subdirector general de Gestión Integrado del Dominio Público Hidráulico del MARMC, Jesús Yagüe, destacó la eficacia de dicho acuerdo voluntario “ya que ha demostrado ser un instrumento clave que ha impulsado eficazmente la mejora del comportamiento ambiental en el sector papelero”. En ese sentido, resaltó “que ha supuesto un gran impulso al uso eficiente del agua con la implantación de las tecnologías más avanzadas”, sentenció. El primero de los objetivos fue alcanzado en 2007, de manera que en la actualidad toda la celulosa blanqueada fabricada en España es ECF (libre de cloro elemental) o TFC (totalmente libre de cloro)". El Economista (13.10.11)