La definición de ecoturismo –o turismo sostenible- ha venido modelándose desde mediados y finales del siglo XX, cuando dicho término comenzó a ganar presencia en foros ambientales a medida que el turismo ganaba importancia económica y mediática. Una afirmación que se aproxima bastante a la realidad podría ser aquella que define el ecoturismo como “aquellas actividades turísticas respetuosas con el medio natural, cultural y social, y con los valores de una comunidad, que permite disfrutar de un positivo intercambio de experiencias entre residentes y visitantes, donde la relación entre el turista y la comunidad es justa y los beneficios de la actividad son repartidos de forma equitativa, y donde los visitantes tienen una actitud verdaderamente participativa en su experiencia de viaje”.