Recientemente se ha celebrado en Madrid el III Foro de las Ciudades donde se han tratado temas que afectan a las ciudades, para hacerlas más interconectadas con la ciudadanía, más verdes, más habitables en definitiva.
Entre las temáticas tratadas, se creó hace ya tres años, el Grupo de Reflexión en Economía Circular, Innovación y Residuos, formado por 26 entidades interesadas en aportar ideas y un sentido crítico a los problemas que se generan entorno al concepto y, en concreto, este año ha sido el de hacer llegar a la ciudadanía la Economía Circular, como cambio de comportamiento y actitud frente a un consumismo disparatado y despilfarro de recursos, en definitiva, problemas que afectan a ese cambio que precisan las personas y análisis de los mensajes que no llegan a calar al público en general.
Las entidades que han participado en el Grupo de Reflexión han sido las siguientes:
y se han reunido varias veces de forma presencial y con un intenso trabajo en red para elaborar un documento que fue presentado en el pasado III Foro de las ciudades.
Entre las temáticas tratadas, se creó hace ya tres años, el Grupo de Reflexión en Economía Circular, Innovación y Residuos, formado por 26 entidades interesadas en aportar ideas y un sentido crítico a los problemas que se generan entorno al concepto y, en concreto, este año ha sido el de hacer llegar a la ciudadanía la Economía Circular, como cambio de comportamiento y actitud frente a un consumismo disparatado y despilfarro de recursos, en definitiva, problemas que afectan a ese cambio que precisan las personas y análisis de los mensajes que no llegan a calar al público en general.
Las entidades que han participado en el Grupo de Reflexión han sido las siguientes:
Aenor, Anarpla,
Anepma, Ategrus, Cicloplast, Ecoembes, Ecolec, Ecovidrio, Eurocontrol, FCC
Medio Ambiente, FEMP, FER, Fundación Economía Circular, Grupo de Innovación
Ambiental UPM (coordinador del Grupo), Humana, OCU, Parque Tecnológico de
Valdemingómez (Ayuntamiento de Madrid), Packnet, PlasticsEurope, Plataforma
Envase y Sociedad, Recyclia, Repacar, Sigaus, Signus y Sigrauto.
y se han reunido varias veces de forma presencial y con un intenso trabajo en red para elaborar un documento que fue presentado en el pasado III Foro de las ciudades.
Abrir un debate sobre los
problemas existentes en las ciudades sobre la gestión de los residuos y su
repercusión en el ciudadano, cara a obtener resultados esperados en u horizonte
a medio y largo plazo; inculcar de forma positiva los principios de la Economía Circular; hacer partícipe al ciudadano en la toma de decisiones en este ámbito;
en definitiva, rediseñar la ciudad para el ciudadano, es una tarea complicada y
delicada a la vez.
La nueva economía urbana requiere
de la implicación de la ciudadanía. Las tecnologías existen y están al alcance,
el problema estriba en la aplicación de las mismas por parte de los gestores
municipales a todos los niveles y ello, como factor esencial, deberá estar
alejado de la marca política. Lo que es bueno para la ciudad, es bueno para la
ciudadanía.
La ciudad es un ecosistema,
denominado urbano, y es el ecosistema que el ser humano ha elegido en su
mayoría para su desarrollo vital. Guste o no, eso es así como se ha demostrado
a través de la evolución histórica y desarrollo de los núcleos urbanos.
Dicho esto, los problemas
sobrevienen cuando la capacidad de carga supera a la capacidad de acogida y que
no es más que los recursos básicos de subsistencia y sanidad escasean: demanda
de agua, demanda de energía; demanda de alimentos. A ello se le suma la parte
sanitaria: depuración de las aguas; mitigación de la contaminación atmosférica;
gestión de los residuos, etc.
Si nos centramos en lo que nos
toca, la gestión de los residuos, nos encontramos con un escenario nada fácil,
pero ilusionante.
Por un lado, un marco normativo
con unos objetivos de valorización y vertido de los residuos en unos horizontes
determinados: 2020, 2035.
Por otro lado, se están
emprendiendo unas importantes iniciativas en materia de innovación y
desarrollos tecnológicos aplicables para poder obtener esos objetivos.
Y, finalmente, se le está
pidiendo a las empresas y a la población un cambio en sus comportamientos
productivos y consumistas para pasar de una economía lineal de usar y tirar a
otra circular, donde el residuo pasa a ser recurso.
Y es aquí donde vemos el
problema. A la ciudadanía se le está pidiendo un cambio de conducta, hacia una
economía más colaborativa, más descarbonizada, con menos desperdicios…, más
circular. Pero ¿cómo tiene que llegar ese mensaje? Y ¿qué se le ofrece a
cambio? ¿cuáles son los impedimentos para que la ciudadanía se implique de
verdad?.
Esto es lo que vamos a analizar y
a desarrollar con el fin de plasmar unas ideas que motiven el cambio de la
ciudadanía, conociendo las trabas o dificultades básicas, que seguramente todos
conocemos, pero que por esa obviedad dejamos pasar.
El documento elaborado aborda unas líneas de trabajo
que se agrupan en:
- El ámbito económico
- El ámbito de la innovación en los procesos de gestión
- El ámbito técnico de la mejora de la recogida selectiva
- El ámbito de la información
- Transparencia en la gestión y trazabilidad
- En la comunicación y forma de hacerla
- En el ámbito de la educación
- La ciudadanía
- Las empresas y la administración
- El papel de los agentes implicados
Estas líneas serán tratadas en siguientes documentos para que sirvan de base a discusión y ayuden a potenciar esa transferencia del concepto al conjunto de la Ciudadanía.
José Vicente López
Director
Programa Propio de la Universidad Politécnica de Madrid