Vivimos en un mundo en donde el uso de la electricidad se ha
vuelto algo mecánico. Calentar la comida en el microondas, secarnos el pelo,
encender el ordenador… son gestos que hacemos día a día sin darnos cuenta de lo
que suponen.
Los recursos naturales se están agotando y es necesario hacer
un uso racional de la energía, así como concienciar a la población de sus
límites.