Razonablemente, la estrategia de no generar residuos se enmarca en el Plan de Sostenibilidad de la UPM. En este sentido ya se han iniciado actividades con fuerte éxito entre el personal y alumando tales como:
- Contenerización de la UPM de todos sus centros con papeleras para envases ligeros y papel/cartón (amarillas y azules)
- Iniciativa de Caminos sin plástico, promovida por un grupo de docentes y estudiantes, para eliminar los plásticos de un sólo uso en la misma y posteriormete trasladar la metodología al resto de la Universidad.
Se une ahora el compromiso del Residuo cero, que no es más que aplicar el sentido coún a nuestro comportamiento del día a día, así como establecer políticas de compras por parte de las autoridades universitarias para tender a ello.
En el modelo educativo universitario existen estamentos muy diferenciados en el que el uso de las instalaciones difiere (Estudiantes, Personal de Administración y Servicios; Personal Docente e Investigador; Personal de limpieza; Personal de Hostlería y Restauración; visitantes), así como la temporalidad a lo largo del año (períodos lectivos de clases; épocas de exámenes y períodos vacacionales), que también es muy acusada. Ello hace que sea complejo calcular generaciones de residuos, pero no por ello se va a dejar de estudiar los orígenes de estos y sus cantidades, en definitiva, concoer la trazabilidad de los productos en el proceso educativo y de investigación, hasta su transformación en residuo y su gestión.
Pero cuáles son la líneas de actuación para conseguir un Residuo Cero:
- Los equipamientos y suministros en general deben adquirirse de manera que estén certificados como reciclables y que a su vez sus componentes básicos estrcuturales, provengan de materiales reciclados.
- El sistema lineal de producción debe cambiarse a un sistema circular en el que se pueda maximizar el potencial de reciclaje, ello implica que la universidad como demandante de ello, debe comportarse de manera que nada vaya a vertedero ni a incineración. Reutilizar, reciclar o adquirir productos de consumo con logística inversa es esencial.
- La estancia en aulas y zonas comunes de los centros deberían tener infraestructuras suficientes para la recogida selectiva y/o reutilización de materiales. para evitar la generación de desechos dentro y fuera de las mismas.
Pero es que a nivel particular, también debe haber un compromiso de cambio de nuestra economía de usar y tirar a una economía circular. Ello produce ahorros importantes al individuo y a su vez, genera un beneficio ambiental añadido. Por señalar alguno de ellos:
- Utilizar fuentes de agua en los centros o más comúnmente, agua del grifo, evitando el consumo de botellas de plástico.
- Demandar en cafeterías bebidas a granel o en botellas de vidrio retornables, evitando el consumo de latas.
- Evitar el consumo de productos monodosis de alimentos (aceite, vinagre, sal...), fabricados con plasticos.
- Evitar el desperdicio alimentario en comedores
Poco a poco esa cultura se irá imponiendo a nivel de universidad y en realtivamente poco tiempo, se verán los resultados.
En definitiva, desde el punto de vista universitario, todo ello se debe reflejar en realidades:
- Reducción de residuos (compras verdes, con poco embalaje) y conlleva necesariamente una Responsabilidad Social de la universidad y un paquete formativo y de sensibilización para el personal y estudiantes.
- Lo que no se pueda reducir, reutilizar o devolver, se tendrá que reciclar, a través de las papeleras y contenedores dispuestos en los centros. Hya que tener especial atención a la fracción orgánica generada, pues hay sitios en campos de prácticas para instalación de composteras y utilización del producto resultante en jardinería de los campus.
- Reducir al máximo la fracción resto ono reciclable. Para ello habrá que hacer un seguimiento de la composición de esta fracción a lo largo del tiempo.
Pero todo esto no da resultado si no hay implicación por parte de la comunidad universitaria. Para ello, la comunidad debe ser invitada a crear y a poner en marcha prácticas de reducción de residuos y tomar parte activa en el sistema de gestión de estos recursos (que no residuos).
- Contenerización de la UPM de todos sus centros con papeleras para envases ligeros y papel/cartón (amarillas y azules)
- Iniciativa de Caminos sin plástico, promovida por un grupo de docentes y estudiantes, para eliminar los plásticos de un sólo uso en la misma y posteriormete trasladar la metodología al resto de la Universidad.
Se une ahora el compromiso del Residuo cero, que no es más que aplicar el sentido coún a nuestro comportamiento del día a día, así como establecer políticas de compras por parte de las autoridades universitarias para tender a ello.
En el modelo educativo universitario existen estamentos muy diferenciados en el que el uso de las instalaciones difiere (Estudiantes, Personal de Administración y Servicios; Personal Docente e Investigador; Personal de limpieza; Personal de Hostlería y Restauración; visitantes), así como la temporalidad a lo largo del año (períodos lectivos de clases; épocas de exámenes y períodos vacacionales), que también es muy acusada. Ello hace que sea complejo calcular generaciones de residuos, pero no por ello se va a dejar de estudiar los orígenes de estos y sus cantidades, en definitiva, concoer la trazabilidad de los productos en el proceso educativo y de investigación, hasta su transformación en residuo y su gestión.
Pero cuáles son la líneas de actuación para conseguir un Residuo Cero:
- Los equipamientos y suministros en general deben adquirirse de manera que estén certificados como reciclables y que a su vez sus componentes básicos estrcuturales, provengan de materiales reciclados.
- El sistema lineal de producción debe cambiarse a un sistema circular en el que se pueda maximizar el potencial de reciclaje, ello implica que la universidad como demandante de ello, debe comportarse de manera que nada vaya a vertedero ni a incineración. Reutilizar, reciclar o adquirir productos de consumo con logística inversa es esencial.
- La estancia en aulas y zonas comunes de los centros deberían tener infraestructuras suficientes para la recogida selectiva y/o reutilización de materiales. para evitar la generación de desechos dentro y fuera de las mismas.
Pero es que a nivel particular, también debe haber un compromiso de cambio de nuestra economía de usar y tirar a una economía circular. Ello produce ahorros importantes al individuo y a su vez, genera un beneficio ambiental añadido. Por señalar alguno de ellos:
- Utilizar fuentes de agua en los centros o más comúnmente, agua del grifo, evitando el consumo de botellas de plástico.
- Demandar en cafeterías bebidas a granel o en botellas de vidrio retornables, evitando el consumo de latas.
- Evitar el consumo de productos monodosis de alimentos (aceite, vinagre, sal...), fabricados con plasticos.
- Evitar el desperdicio alimentario en comedores
Poco a poco esa cultura se irá imponiendo a nivel de universidad y en realtivamente poco tiempo, se verán los resultados.
En definitiva, desde el punto de vista universitario, todo ello se debe reflejar en realidades:
- Reducción de residuos (compras verdes, con poco embalaje) y conlleva necesariamente una Responsabilidad Social de la universidad y un paquete formativo y de sensibilización para el personal y estudiantes.
- Lo que no se pueda reducir, reutilizar o devolver, se tendrá que reciclar, a través de las papeleras y contenedores dispuestos en los centros. Hya que tener especial atención a la fracción orgánica generada, pues hay sitios en campos de prácticas para instalación de composteras y utilización del producto resultante en jardinería de los campus.
- Reducir al máximo la fracción resto ono reciclable. Para ello habrá que hacer un seguimiento de la composición de esta fracción a lo largo del tiempo.
Pero todo esto no da resultado si no hay implicación por parte de la comunidad universitaria. Para ello, la comunidad debe ser invitada a crear y a poner en marcha prácticas de reducción de residuos y tomar parte activa en el sistema de gestión de estos recursos (que no residuos).