Nos hacemos eco de la siguiente noticia. La industria de la celulosa y del papel en España, se ha tomado en serio el tema de la contaminación ambiental y, en concreto, lo que afecta a los vertidos hídricos. Las industrias del papel, se ubican preferentemente en nuestra geografía, cerca de los cauces fluviales, tanto para captación como para verter sus aguas una vez depuradas. Las industrias de celulosa, en cambio, las más grandes están cercanas a la costa y vierten a través de emisarios submarinos. Ambos subsectores han reducido espectacularmente el consumo de agua de proceso y, por ende, el vertido a cauces y costas. La aplicación de las mejores tecnologías disponibles, la modernización de los procesos y cierre de circuitos, así como el empleo de materias primas menos contaminantes, tóxicas o peligrosas (caso del Cl), han hecho que estas industrias poco tengan que ver con las de los años 80. Hay que reconocer que van por el buen camino y noticias como éstas indican que es posible reducir vertidos cuando hay voluntad y se aplican principios de sostenibiliad en la gestión.
"El MARM y ASPAPEL han valorado positivamente la jornada Avances en la Gestión y Regulación de Vertidos cuyo principal objetivo fue dar a conocer los resultados de dicho acuerdo, suscrito en el año 2000 y renovado en 2005, sobre el uso de agua y vertidos en la industria de la celulosa y el papel. En cuanto a los objetivos se ha conseguido una importante reducción de los vertidos, en concreto del 38%. El subdirector general de Gestión Integrado del Dominio Público Hidráulico del MARMC, Jesús Yagüe, destacó la eficacia de dicho acuerdo voluntario “ya que ha demostrado ser un instrumento clave que ha impulsado eficazmente la mejora del comportamiento ambiental en el sector papelero”. En ese sentido, resaltó “que ha supuesto un gran impulso al uso eficiente del agua con la implantación de las tecnologías más avanzadas”, sentenció. El primero de los objetivos fue alcanzado en 2007, de manera que en la actualidad toda la celulosa blanqueada fabricada en España es ECF (libre de cloro elemental) o TFC (totalmente libre de cloro)". El Economista (13.10.11)