Hay informaciones relacionadas con la ciencia que pueden dejarnos helados. Tanto metafóricamente, por lo sorprendente o curiosas que resultan, como literalmente. Esta es una de ellas.
Según uno de los últimos estudios sobre el clima, publicado por la revista Nature Geoscience, las temperaturas en Europa podrían bajar a consecuencia de una masa de agua dulce que se ha ido acumulado en el Ártico desde hace unos 15 años.
Según los cientificos que han participado en este estudio, los investigadores del Centro de Observación y Modelizaión Polar (CPOM) en el University Collage de Londres y Centro Oceanográfico nacional de Reino Unido, esta balsa de agua, que ha sido vista gracias a los satélites de la Agencia Espacial Europea (ESA) ERS-2 y Envisat, se ha generado en el Océano Ártico por una aceleración del Giro Beaufort, un patrón de circulación oceánica impulsado por los vientos del Ártico.
De la misma manera, un cambio en la dirección del viento podría hacer que esa masa de agua dulce se derramara en el resto del océano Ártico y llegara al Atlántico Norte. Aquí frenaría la corriente del Atlántico Norte, una de las cinco principales corrientes oceánicas, que emana calor desde el agua, expandiéndolo por la mayor parte del continente europeo.
Si esto llega a ocurrir, al frenarse esta corriente oceánica dejaría de producirse el calor que hace que tengamos el actual clima y por eso, sería mucho más frío.
Fuente: Blogdemedioambiente.com (07/02/2012)