Promocionar y apostar por una alimentación más sostenible y respetuosa
con el medioambiente que dé prioridad al consumo de productos vegetales frente
a los de origen animal y basada en mercados locales, son las claves en las que
se basa una alimentación sostenible.
Se calcula que entre un 35% y un 40% del CO2 que afecta al
cambio climático y la contaminación procede de la producción y el consumo de
alimentos, de ahí que sea crucial transmitir a la sociedad sobre la importancia
de una dieta sostenible.