El concepto de Análisis del Ciclo de Vida (ACV) fue
desarrollado en los años sesenta y desde entonces es utilizado para la
prevención de estos inconvenientes aunque su precisión no es del todo exacta. Actualmente
está reglado por un estándar “UNE EN ISO
14040 y 14044”.
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viernes, 4 de noviembre de 2016
¿Cuál es el impacto ambiental de los productos y servicios que consumimos?
sábado, 23 de marzo de 2013
FRACTURA HIDRAULICA, ¿ENERGÍA MARAVILLOSA O RESIDUO SIN GESTIONAR?
La fracturación hidráulica, más conocida como
fracking, consiste en una técnica para la extracción de gas no convencional
atrapado en el subsuelo, por medio de la rotura del sustrato pizarroso mediante
una solución de agua, arena y sustancias químicas.
Fuente:
www.aquiconfidencial.es
|
Ya desde el año 2011, el fracking ha sido tema de actualidad
y debate en nuestro país. Son pocos los que no han dado su opinión (a favor o
en contra) sobre esta técnica para la extracción de gas de pizarra o gas de
esquisto (en inglés: shale gas).
España
posee, según cálculos del Consejo Superior de Colegios de Ingenieros de Minas, recursos de gas pizarra para 39 años de
consumo. Según ACIEP, gracias al fracking, podría desarrollarse una
industria que permitiría al
país reducir su factura energética en 13.000 millones de euros al año (a
precios actuales), así como recortar su alta dependencia del exterior en
términos de energía.
Sin embargo la polémica medioambiental que supone el
empleo de esta técnica tiene varios frentes abiertos: emisiones de gases de
efecto invernadero, contaminación de suelos y acuíferos, destrucción del
paisaje, uso excesivo de recursos hídricos, posibles alteraciones sísmicas,
posibles daños sobre la salud de las personas, etc.
Otro de los problemas que presenta el fracking es la
gestión del líquido de fracturación ya usado. Inicialmente este elemento está
formado en la mayoría de las ocasiones por agua con arena (98-99,5%) y
productos químicos de diversa naturaleza (2-0,5%). Este líquido se inyecta a
través de un pozo en el sustrato y una vez finalizada la fractura, parte es
recuperado. Una fracción de esa parte se vuelve a emplear en una nueva fractura,
pero la mayoría de este se convierte inevitablemente en un residuo cuya
composición no es del todo conocida y cuya gestión apenas está regulada en
nuestro país. Las empresas dedicadas
a esta técnica no están obligadas por la ley a revelar los productos químicos
que utilizan. Esto hace aún más complicado elaborar una normativa que indique
estrictamente el modo de gestión de este residuo, que en muchas ocasiones
contiene sustancias químicas peligrosas.
A lo
largo de las últimas décadas en España se han elaborado estrictas leyes que
seguían normativas europeas en cuanto a la gestión de residuos, obteniéndose
unos resultados bastante positivos. No obstante, Europa se
ha abstenido de establecer una normativa que indique su posición de cara al
fracking.
La incertidumbre ante esta técnica en nuestro país era
un hecho hasta el día 15 de Marzo, cuando el Consejo de Ministros aprobó un
proyecto de ley que indicaba que las explotaciones de este tipo estarían
reguladas por la Ley del Sector de Hidrocarburos
del 7 de octubre de 1998. Además, en esta ley se indica que los proyectos de
fracturación hidráulica estarán obligados a someterse a un procedimiento de
evaluación de impacto ambiental. De esto se deduce que nuestro Gobierno está a
punto de dar carta blanca al fracking sin haber investigado antes un método
apropiado para la gestión del líquido de fracturación, y sin antes haber
indicado cómo gestionar un residuo tan peligroso.
Actualmente en EEUU, este residuo es
almacenado en grandes balsas sin apenas ser sometido a procesos de tratamiento.
Nadie sabe cómo será gestionado en nuestro país. Esperemos que el Gobierno siga
la política que ha llevado a cabo hasta ahora en el tema de gestión de residuos
y elabore un buen método para gestionar el líquido desechado, ya que por lo
visto en los próximos años el fracking entrará con fuerza en España.
Fuentes:
El
País:
http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/03/16/actualidad/1363471123_789066.html
Ecologistas en Acción: http://www.ecologistasenaccion.org/article8490.html
Plataforma por un Nuevo Modelo Energético:
ACIEP
Shale Gas España
Gessal
http://www.lamoncloa.gob.es/ConsejodeMinistros/Referencias/_2013/refc20130315.htm#SistemasEl
Ecologistas en Acción: http://www.ecologistasenaccion.org/article8490.html
Plataforma por un Nuevo Modelo Energético:
ACIEP
Shale Gas España
Gessal
http://www.lamoncloa.gob.es/ConsejodeMinistros/Referencias/_2013/refc20130315.htm#SistemasEl
Ana Cifuentes Barroso; Carmen Izquierdo Cuadrado; Marta Sedano Vijande
Estudiantes del Grado en Ingeniería del Medio Natural (UPM)
jueves, 3 de enero de 2013
Investigación revela gran potencial energético en residuos forestales
Un grupo de investigadores misioneros está llevando adelante un trabajo científico cuyo objetivo principal es determinar cuánto material aprovechable para la generación de energía queda como residuo en plantaciones forestales después de cumplir con tareas de cosecha y raleo. También se evalúa el impacto ambiental que generaría retirar del campo esos materiales. Sus conclusiones servirán para determinar la viabilidad económica y ambiental del uso de residuos de la forestación como combustible para la generación de energía y determinar la ubicación que deberían tener las plantas generadoras.
Las primeras experiencias a campo arrojaron resultados muy alentadores. En relevamientos realizados en terrenos donde se habían practicado talas rasas, los investigadores encontraron un promedio superior a 90 toneladas de residuos -trozas y ramas- aprovechables para la generación de energía, por hectárea de pino cosechada. Trabajos similares realizados en Entre Ríos sobre plantaciones de eucaliptus arrojaron promedios en torno a las 22 toneladas por hectárea.
El trabajo se realizó en predios de los departamentos de Libertador General San Martín, Montecarlo y Puerto Iguazú en los que se había realizado una cosecha sobre plantaciones de pino taeda de alrededor de 30 años y con una densidad promedio de alrededor de 200 plantas por hectárea.
El profesor Alejandro Friedl, a cargo de la secretaría de Ciencia, Técnica y Posgrado de la Facultad de Ciencias Forestales de Eldorado, aclaró que los resultados obtenidos, si bien son muy alentadores, no pueden ser extrapolados al resto de las plantaciones forestales de la provincia, ya que hasta ahora se analizaron solamente los residuos dejados por forestaciones de mucha edad y estimó que cuando comiencen a relevar cosechas practicadas sobre plantaciones de menor edad, se obtendrán números menores.
“Inicialmente enfocamos áreas de cosecha tala rasa donde suponemos que está la mayor cantidad de esos residuos, avanzaremos en las otras actividades en la medida en que los resultados así lo justifiquen”, dijo el especialista en el marco de la presentación del Informe Técnico del Área Forestal.
Objetivos
Friedl explicó que la investigación se propone “cuantificar la oferta de los residuos de las operaciones forestales de cosecha y de raleo de reforestaciones de especies implantadas difundidas en la provincia y estimar parámetros estadísticos relacionados a especies, edad, edad del raleo, altura de corte. La idea es que tengamos un valor promedio para pinos, eucaliptos y araucaria, que son las de mayor superficie implantada en la provincia”.
El desafío es determinar la cantidad de biomasa aprovechable como insumo energético y el posible impacto de su uso en el ciclo de nutrientes del suelo. El problema es que la falta de información en ese sentido no permite el desarrollo de estrategias en relación a la búsqueda de nuevas fuentes de energía vinculadas a residuos de las forestaciones.
Una vez cuantificada y caracterizada la oferta de residuos que dejan las cosechas y raleos forestales, se podrán resolver cuestiones técnicas que tienen que ver con los mecanismos de recolección y transporte de los residuos.
Resolver la ecuación costo/beneficio
El trabajo que lleva adelante el equipo de investigadores de la Facultad de Ciencias Forestales se propone no solo cuantificar los residuos forestales aprovechables para la generación de energía, sino también tomar en cuenta la viabilidad económica de utilizarlos.
Para ello tomarán en cuenta el valor del material que queda disponible tras las operaciones de cosecha y raleo, tomando como referencia el precio del chip leña, y restarle costos de recolección, carga y transporte.
“Buscamos establecer un balance de energía. Si yo tengo residuos que tienen energía, pero para recogerlos y trasladarlos, también tengo que gastar energía, hay que hacer un balance para saber qué resulta de esto”, analizó Friedl.
Aseguró que también se tomará en cuenta el costo en materia de pérdida de nutrientes para el suelo, que genera la recolección de residuos. “Cuando saco esas ramas y trozos de madera que quedan en el suelo, estoy retirando elementos que van a aportar nutrientes a la tierra, entonces tenemos que saber cuánto costaría la reposición de esos nutrientes al suelo, es un valor que también tiene que estar en la ecuación”, explicó el investigador.
Fuente: Misiones online
Las primeras experiencias a campo arrojaron resultados muy alentadores. En relevamientos realizados en terrenos donde se habían practicado talas rasas, los investigadores encontraron un promedio superior a 90 toneladas de residuos -trozas y ramas- aprovechables para la generación de energía, por hectárea de pino cosechada. Trabajos similares realizados en Entre Ríos sobre plantaciones de eucaliptus arrojaron promedios en torno a las 22 toneladas por hectárea.
El trabajo se realizó en predios de los departamentos de Libertador General San Martín, Montecarlo y Puerto Iguazú en los que se había realizado una cosecha sobre plantaciones de pino taeda de alrededor de 30 años y con una densidad promedio de alrededor de 200 plantas por hectárea.
El profesor Alejandro Friedl, a cargo de la secretaría de Ciencia, Técnica y Posgrado de la Facultad de Ciencias Forestales de Eldorado, aclaró que los resultados obtenidos, si bien son muy alentadores, no pueden ser extrapolados al resto de las plantaciones forestales de la provincia, ya que hasta ahora se analizaron solamente los residuos dejados por forestaciones de mucha edad y estimó que cuando comiencen a relevar cosechas practicadas sobre plantaciones de menor edad, se obtendrán números menores.
“Inicialmente enfocamos áreas de cosecha tala rasa donde suponemos que está la mayor cantidad de esos residuos, avanzaremos en las otras actividades en la medida en que los resultados así lo justifiquen”, dijo el especialista en el marco de la presentación del Informe Técnico del Área Forestal.
Objetivos
Friedl explicó que la investigación se propone “cuantificar la oferta de los residuos de las operaciones forestales de cosecha y de raleo de reforestaciones de especies implantadas difundidas en la provincia y estimar parámetros estadísticos relacionados a especies, edad, edad del raleo, altura de corte. La idea es que tengamos un valor promedio para pinos, eucaliptos y araucaria, que son las de mayor superficie implantada en la provincia”.
El desafío es determinar la cantidad de biomasa aprovechable como insumo energético y el posible impacto de su uso en el ciclo de nutrientes del suelo. El problema es que la falta de información en ese sentido no permite el desarrollo de estrategias en relación a la búsqueda de nuevas fuentes de energía vinculadas a residuos de las forestaciones.
Una vez cuantificada y caracterizada la oferta de residuos que dejan las cosechas y raleos forestales, se podrán resolver cuestiones técnicas que tienen que ver con los mecanismos de recolección y transporte de los residuos.
Resolver la ecuación costo/beneficio
El trabajo que lleva adelante el equipo de investigadores de la Facultad de Ciencias Forestales se propone no solo cuantificar los residuos forestales aprovechables para la generación de energía, sino también tomar en cuenta la viabilidad económica de utilizarlos.
Para ello tomarán en cuenta el valor del material que queda disponible tras las operaciones de cosecha y raleo, tomando como referencia el precio del chip leña, y restarle costos de recolección, carga y transporte.
“Buscamos establecer un balance de energía. Si yo tengo residuos que tienen energía, pero para recogerlos y trasladarlos, también tengo que gastar energía, hay que hacer un balance para saber qué resulta de esto”, analizó Friedl.
Aseguró que también se tomará en cuenta el costo en materia de pérdida de nutrientes para el suelo, que genera la recolección de residuos. “Cuando saco esas ramas y trozos de madera que quedan en el suelo, estoy retirando elementos que van a aportar nutrientes a la tierra, entonces tenemos que saber cuánto costaría la reposición de esos nutrientes al suelo, es un valor que también tiene que estar en la ecuación”, explicó el investigador.
Fuente: Misiones online
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