lunes, 12 de diciembre de 2016

La prevención es el elemento fundamental para conseguir el residuo cero

Cuando hablamos de prevención en residuos, nos estamos refiriendo a todas aquellas operaciones que tanto desde el momento del diseño, fabricación o producción, consuno o utilización hasta su reciclaje, generen el mínimo de residuos o en el mejor de los casos, ni siquiera se generen.

Para algunos, el concepto de residuo cero, puede ser una utopía, para otros es un objetivo que puede alcanzarse sin más. Ni unos ni otros llevan razón, es cuestión de tiempo, combinándose dos aspectos fundamentales, innovación tecnológica y pautas de consumo, sin ello, nunca se podrá alcanzar el tan ansiado residuo cero.

La prevención como tal, ocupa el primer lugar en la pirámide de la gestión de residuos.  Si recordamos, esta pirámide actualmente de menor a mayor utilización, que no de prioridad, se estructura de la siguiente manera:
  • Prevención
  • Preparación para la reutilización
  • Reciclaje
  • Otras formas de valorización, incluyendo la energética
  • Eliminación en vertederos
 Sin embargo, en nuestro país, la mayor parte de los residuos van a los vertederos, más de 60%, lo cual indica que queda mucho por hacer, en concreto, solamente en reciclaje se llega al 33,8%, con una clara descompensación dentro de esta cifra. Así, los residuos de envases domésticos  (contenedores azules y amarillos) alcanzan ya el 75% de recuperación con un objetivo del 80% para el 2020, mientras que existen otros flujos de materiales ajenos a los anteriores, que hacen que la media baje tanto, de ahí la necesidad de actuar en esos flujos con urgencia, centrándose básicamente la estrategia en los bÍorresiduos, materiales de construcción y demolición, RAEES, etc.

Se pretende para el 2020 invertir los flujos de materiales que van a cada nivel de la pirámide de gestión, llegándose a conseguir que se acumule un 50% en el reciclaje, claramente actuando sobre los flujos anteriormente señalados, e incrementándose significativamente la partida de la prevención, a través del ecodiseño y cambios de comportamiento de la población que llevaría, además, a la reducción de un 10% en peso de los residuos generados, respecto a los del 2010. Por otro lado, con medidas tomadas como las señaladas, la cantidad de residuos que irían a los vertederos, debería pasar al 35%, la mitad aproximadamente de lo que hoy está llegando.

¿Cómo se puede conseguir todo esto?

Cuando se habla de prevención se refiere a dos vertientes. La cuantitativa y la cualitativa. Nos vamos a referir a la cuantitativa, por cuanto la cualitativa se refiere a la reducción de sustancias nocivas en los productos y a la disminución del impacto ambiental de los mismos en todas sus fases, desde la fabricación, pasando por su utilización y reciclaje o eliminación, aplicable esencialmente a los aparatos eléctricos y electrónicos, pilas y baterías, vehículos y envases industriales, entre otros.
Evidentemente, la cantidad generada y su disminución, es el indicador más fácil de controlar y de ahí que nos refiramos con más detalle.

En esta vertiente la prevención sigue dos estrategias:
  1. Reducir la cantidad de material/es que forman un producto
  2. Adecuarlo para su reutilización o alargamiento de su vida útil.


La primera de las estrategias es evidente, cuanto menos material se ponga en el mercado, menos residuos potenciales habrá, validando aquello que “el mejor residuo es aquel que no se produce”. Pero esta estrategia también conlleva cambios en la conducta de los consumidores respecto a la forma de comparar y de consumir. Así se pasa por la disminución del desperdicio alimentario, que cierto afecta al consumidor, pero donde hay una responsabilidad clara en el sector de distribución.

Ofertas del 3x2 en productos perecederos en general, incitan al consumidor a comprarlo y luego a tener que tirarlos deteriorados por falta de velocidad en el consumo doméstico; o packs de productos que de igual forma son adquiridos, cuando tal vez no se necesite ni un tercio del mismo. También se debe incidir en evitar compras de productos de usar y tirar. Aunque cada vez hay menos en el mercado, siguen ofertándose y “por comodidad” el consumidor los compra, generando un residuo evitable.

En el campo de los envases, el ecodiseño es el arma fundamental para conseguir una reducción de materiales en los residuos. Aquí los planes de prevención de las empresas o en su defecto los sectoriales, validados por Ecoembes, son las mejores herramientas para evitar estos residuos , además de contribuir a una economía en la producción y abaratamiento del producto para el consumidor.

Finalmente, un campo claro de actuación en la disminución de los residuos, son los de la gestión adecuada de los residuos de Construcción y Demolición (RCD), cuya reutilización es fundamental y, en el peor de los casos, su adecuada gestión (control, cuantificación y disposición) es necesaria de hacer en todos los casos.

¿Qué acciones favorecen la prevención?

Podemos agruparlas en cuatro grandes ámbitos:
  1. Comercial/industrial
  2. Compra responsable
  3. Uso responsable de los productos
  4. Evitar la disposición final de los productos


1º. El ámbito comercial e industrial. La prevención pasa por cuatro niveles que afectan desde la fase de diseño del producto hasta los excedentes en comercios. Las estrategias, por tanto, son:

  • Elaboración de planes de prevención empresarial,  bien a nivel individual, en su defecto a nivel sectorial, si éste acuerda un plan para el sector. Ecoembes juega un papel primordial en el asesoramiento y gestión de los planes de prevención, que asegura el cumplimiento de toda normativa y encauza el cumplimiento igualmente de los objetivos de gestión emanados de la UE.
  • Aplicación del ecodiseño o diseño ecológico de los productos, de manera que se obtengan beneficios tales como disminución de los materiales en el proceso de fabricación, adecuación del producto para su reutilización y reciclaje, y minimización de impactos ambientales en general. El concepto de ecodiseño no es nuevo y ya en la década de los 80 del pasado siglo, muchas empresas del sector tecnológico, aplicaban técnica de ecodiseño para sus productos, haciendo tener ventaja competitiva frente a otros productores del sector que no lo aplicaban.
  • Regulación de la producción de publicidad en los medios masivos. El principio de la publicidad es que el consumidor elija un determinado producto o servicio frente a otro de la competencia, remarcando lo que le diferencia o mejora respecto a los demás. El problema estriba cuando esta publicidad se hace masiva e inclusiva en los hogares, sin remarcar aspectos ambientales del producto, bien porque no los tenga, bien porque sus directivos de publicidad no lo crean interesante incluir en sus campañas. Este es un elemento esencial en la prevención, donde los fabricantes y empresas publicitarias deberían incidir de lleno.
  • Finalmente, otro gran grupo de medidas pasaría por gestionar de manera adecuada el excedente alimentario y su donación.  No nos referimos aquí tanto a las grandes superficies o comercios, sino a los excedentes en la agricultura y ganadería. Muchos alimentos quedan en los campos sin recoger o en los silos por culpa del mercado. Antes de echarse a perder, las cooperativas y agricultores podrían firmar acuerdos con ONG`s para que voluntarios pudiesen recoger estos excedentes y cosechas no aprovechadas y donarlas a entidades de ayuda a personas sin recursos. Aquí, los ayuntamientos  jugarían un papel fundamental a la hora de canalizar estas demandas.


2º. Compra responsable: las estrategias son muchas pero vamos a describir las más interesantes.

  • Consumo desmaterializado de bienes y servicios inmateriales, refiriéndose fundamentalmente a todo el tema de facturas sin papel o transacciones comerciales a través de entidades financieras. Es una clara herramienta de prevención, si bien no todo el público acepta de buena gana esto. Las clases de edad más avanzada que no tienen acceso a internet o les cuesta o simplemente no se fían del sistema, no aceptan esta forma de consumir. Hay que tener en cuenta, que la población tiende a envejecer y esta estrategia puede quedar disminuida en el futuro.
  • Consumo de productos duraderos y reutilizables. Es de aplicación a muebles y enseres, juguetes, etc., donde desaparece el concepto de usar y tirar. Aquí hay que distinguir entre la obsolescencia programada y la obsolescencia tecnológica. La obsolescencia programada es una práctica fraudulenta por todos conocida y que hay que perseguir. Que un lavavajillas o frigorífico de problemas a los 7 ó 10 años, cuando antes duraban más de 20, es porque existe una manipulación en los chips que controlan los sistemas electrónicos de estos aparatos. La obsolescencia tecnológica, en cambio, es cuando el producto se queda fuera del mercado pro la propia evolución. Por ejemplo, un Smartphone puede tener una vida media de 2 a 4 años, no porque deje de funcionar, sino porque se crean nuevas aplicaciones o requerimientos en las redes de comunicación que el aparato no pueda adaptarse de forma adecuada o acceder a las mismas.
  • Consumo de productos a granes y con envases reutilizables. Siempre que se cumplan las normas de sanidad y seguridad alimentaria, es una buena estrategia. Por ejemplo, en un supermercado se puede optar por comprar fruta envasada (bandejita + film + bolsa) o a granel (guantes de plástico + bolsa de pesaje + bolsa). Se debería elegir lo que menos residuos en peso genere. Respecto a los envases reutilizables, también se deben cumplir las mínimas normas de sanidad sobre aquellos productos que puedan expenderse a granel. Aquí ha habido un gran avance en la eliminación de las bolsas de plástico de un solo uso en los supermercados y grandes superficies, sustituyéndose por bolsas biodegradables, de plástico reutilizables y de rafia.
  • Ordenación de la publicidad no nominal. El buzoneo o publicidad callejera genera grandes cantidades de residuos papeleros cuyo reciclaje es difícil por la cantidad de tintas que tienen estos folletos. Eliminar este tipo de publicidad es un factor importante a la hora de prevenir residuos.
  • Es muy interesante que el consumidora cualquier escala, demande productos ecoetiquetados, que garanticen su sostenibilidad. Por ejemplo, los derivados y transformados de la madera que tengan el sello FSC o PEFC; o los sellos de la ISO 14.000 o del Reglamento EMAS, y otros similares, lo cual hace que al menos ese producto se ha elaborado de forma sostenible y su impacto sobre el medioambiente es menor. Con estas actitudes de consumo obligaremos a otras empresas a entrar por el sistema de las ecoetiquetas y es el consumidor quien manda aquí.
  • La introducción de cláusulas ecológicas en los pliegos de condiciones para las compras de las administraciones públicas es esencial. La administración debe ser un motor de innovación a través de la copra pública innovadora, y también un motor de la ecología a través de la compra pública verde. El PIB europeo  generado por la administración es del 19% lo cual es bastante significativo. Si la administración decide adquirir coches eléctricos para sus múltiples necesidades, sin duda, esta tecnología se desarrollaría rápidamente y se generalizaría para el público en general. Los fabricantes verían mercado abierto y se iría sustituyendo los vehículos contaminantes por estos otros ecológicos.


3º. Uso responsable de los productos: Esta acción respecto a la prevención, es también muy importante, porque afecta al consumidor en sí mismo en la fase de utilización del bien o servicio y las posibilidades de no tirar el producto al final de su servicio o utilidad. Las estrategias más importantes a seguir son:
  • Antes de usar papel, la utilización de los sistemas de información tecnológicos y posteriormente el uso racional del papel. Cierto es que no se puede dejar de consumir papel y cartón, por cuanto en el propio proceso de fabricación y reciclaje, se pierde materia fibrosa, lo cual supone incorporar al proceso nuevamente, madera. Estamos hablando de un 40% en pérdidas en peso del proceso desde que se fabrica el papel hasta que se recicla. Por ello, el uso eficiente es fundamental, si bien, el papel tiene la ventaja que procede de un recurso natural renovable y que gestionado de forma sostenible, minimiza los impactos sobre el medio.
  • En cambio, en el sector industrial es muy interesante la compra y uso de envases reutilizables. Eliminado el problema de sanidad, en la industria se pueden reutilizar infinidad de veces, bidones de plástico o metal sin necesidad de adquirir nuevos envases. Aquí el impacto de esta medida es mucho mayor que a nivel consumidor privado por lo que es interesante explicar esta idea de gestión a nivel sectorial en el caso de PYMES y a nivel individual en grandes  empresas o instalaciones fabriles.
  • Reutilización de productos y preparación para la reutilización con acciones a favor de la reparación y los centros de segunda mano, lo cual hace que se generen menos residuos, sobre todo en el sector de los aparatos eléctricos y electrónicos. Al menos, con esta medida se legraría emplear menos recursos naturales no renovables y evitar el agotamiento de determinados minerales . Esta medida está muy relacionada con la obsolescencia programada y la tecnológica y puede crear numeroso puestos de trabajo al igual que fomentar una economía colaborativa de intercambio de productos.
  • Finalmente, la reducción del despilfarro alimentario. Esta medida permite, entre otros beneficios, la eliminación de material orgánico (bíorresiduos) y envases asociados que puedan  ir a los vertederos. Las acciones afectan al canal HORECA y a las grandes superficies, que pueden llegar a acuerdos con ONG para donar o evitar estos desechos. Se quiere demonizar al público en general respecto al despilfarro alimentario, pero se constata que esta medida es más efectiva a nivel comercial y a grande generadores, que a público en general, si bien a nivel particular conviene minimizar este aspecto.


4º. Evitar la disposición del residuo en vertederos. Esta estrategia conlleva que el consumidor evite tirar sus desechos y para ello, acude a cuatro posibilidades fundamentales:
  • Donación. Cuando un determinado producto desde nuestro punto de vista ha cumplido con nuestras necesidades y su estado es bueno, puede acudirse a la donación (libros, juguetes, muebles, enseres, aparatos eléctricos y electrónicos, etc.), a través de ONG o directamente a conocidos y necesitados.
  • Intercambio. Economía colaborativa real, una persona cede u determinado bien a otra, a cambio de otro bien que necesite. No hay compensación económica ni transacción comercial. Alguien puede pensar en una situación similar de una economía de postguerra, pero las desigualdades actuales unidas a los límites de vertido, hacen que esta sea una medida a considerar.
  • Segundo uso. Este concepto más amplio que el de segunda mano, también es una buena estrategia para determinados bienes. Un segundo uso puede ser similar a la reutilización en su sentido más estricto y es adecuado para muebles, enseres y otros productos susceptibles de usarse para otra cosa. Por ejemplo, una mesa doméstica que queramos cambiar, puede tratarse y utilizarse como mesa de jardín y así con muchos ejemplos.
  • Si hay un residuo que más se lleva a los vertederos este es la materia orgánica. Existen varias estrategias para evitar que este residuo llegue a los vertederos, además de la propia recogida selectiva municipal del bíorresiduos. Estas estrategias no siempre son viables, pero al menos cabe estudiaras:
    •  Auto compostaje comunitario, o sistema de compostaje a nivel de comunidades o asociaciones de vecinos, siempre y cuando dispongan de espacio suficiente.
    • Huertos urbanos. Tendencia a utilizar espacios públicos vacíos o sin uso directo para instalar huertos donde se incorpora la materia orgánica en forma de compost. Hay que tener en cuenta que no siempre es posible instalar estos equipamientos y sobre todo, las molestias que puede causar al vecindario los olores y proliferación de insectos, por una mala gestión.
    • Centros educativos y universidades pueden realizar auto compostaje en sus campus. Igualmente necesita espacios adecuados y que no causen molestias al alumnado.
    • Compostaje individual en terrazas o parcelas, como elemento de transformación de los bíorresiduos, a través de composteras y tecnologías de vermicompostaje y otras similares. Igualmente, hay que tener especial cuidado de no molestar al vecindario y realizar esta práctica de forma correcta y continua.


Conclusiones
Evidentemente los principios de prevención de residuos afectan a todos, desde la fase de diseño de un producto o servicio hasta la de utilización y fin de vida o utilidad de ese producto o servicio.

Las estrategias posibles son muchas, pero hemos esbozado las más eficientes y posibles de realizar, tanto en el ámbito productivo, como las que afectan al propio consumidor. Cierto que es fundamental el cambio de paradigma de consumo. Pero este cambio debe hacerse a nivel global, empezando, sí, por los propios gestos del individuo, pero sin perder la perspectiva general.

Hace algo más de 10 años, en una visita a  China, pude observar que casi no existían teléfonos móviles entre la población y los que existían eran modelos que ya en nuestro país ni siquiera se comercializaban. En la actualidad, China es el país que más productos electrónicos de esta clase consume. Este desequilibrio, que puede trasladarse a otros productos, anula lo que individualmente podamos aportar. Se precisa un consenso a nivel general y políticas ejemplarizantes por parte de las propias administraciones a través de las compras públicas verdes u compras públicas innovadoras.

La cantidad de recursos que venimos consumiendo en el planeta es muy elevada, por encima de nuestras posibilidades y no de necesidades, por cuanto la población humana se ha disparado y sigue en crecimiento exponencial.

Siguiendo con la anécdota anterior, tomando los elementos de la Tabla Periódica, hace 10 años se utilizaba el 10% de los mismos para la fabricación de productos eléctricos y electrónicos, actualmente se están utilizando el 55% de los elementos. Esto es indicativo y alertante a la vez, de la delicada situación a la que nos estamos enfrentando. Para llegar a cumplir con los objetivos de reciclaje y con un vertido cero, es condición necesaria la prevención.


José Vicente López Álvarez

Conferencia impartida en la Semana de la Prevención organizada por el Ayuntamiento de Fuenlabrada bajo el título “Jornada sobre el aprovechamiento de los alimentos” 24  noviembre 16.