El tema de la llamada Economía
Circular se está manejando ya en todos los aspectos productivos de la
industria, incluso de los servicios. El concepto como tal es muy amplio y,
aunque parece nuevo, en determinados ámbitos ya se venía aplicando.
Este modelo de afrontar la
producción y los hábitos de consumo conlleva dos principios fundamentales:
- La reducción de los residuos y tender al vertido cero
- El residuo como recurso, es decir, como materia prima
En este marco, la gestión de los
residuos se mueve perfectamente, generando nuevos modelos de negocio basados en
el ecodiseño, que alargue el ciclo
de vida de los productos y los preparare para su reutilización, reparación y
reciclaje y manejando la cantidad de datos que se van a generar (BigData).
Estos aspectos son los retos más importantes de la Economía Circular y donde la
Responsabilidad Extendida del Productor, se manifiesta como la única
herramienta eficiente para concluir con éxito este reto.
Por desgracia actualmente esto se
cuestiona a través de una politización del asunto y generación de una cierta
alarma social generada por determinados grupos y personas que les interesa este
elemento de discusión. El sistema de Responsabilidad Extendida del
Productor (SCRAP) es un sistema de gestión de los residuos ampliamente
extendido en el mundo y que está generando muy buenos resultados. Este sistema,
aplicado a todo tipo de residuos (no sólo a los envases domésticos) provocará un incremento muy importante de las
tasas de reciclaje, dando por sabido que el sistema tiene mucho recorrido y que
cualquier injerencia no va más que a generar confusión e ineficiencia.
Así los datos de Eurostat 2012, mostraron que Bélgica es el país de Europa
con mayor tasa de reciclaje (más del 80%) con un sistema similar al de España,
que en 2015 alcanzamos ya el 75% de reciclaje de envases domésticos.
Por desgracia, a pesar de estos
números, la guerra está abierta con los que quieren imponer el Sistema de
Depósito, Devolución y Retorno (SDDR), sistema que solamente admite los mejores
residuos de envases y que no va a generar más que confusión al usuario e
ineficiencia en el sistema global del reciclaje, como ya se está viendo ocurre
en otros países donde lo tienen
implantado. Frente a esta disputa
político, económica, social, entendible por otra parte, aunque no deseable,
nosotros apuntamos más allá buscando un mayor rendimiento de los sistemas
actuales por contenedores y para ello vamos a asumir un concepto nuevo como es
el del Reciclaje 4.0 o más
genéricamente Residuos 4.0.
El concepto de industria 4.0 responde a la llamada
cuarta revolución industrial, que no es más que una nueva forma de organizar
los medios de producción a través de cuatrobases tecnológicas:
- Internet de las cosas
- Sistemas ciberfísicos
- Cultura maker
- Fábrica 4.0
Todo ello tiene cabida en el
actual sistema de reciclaje y de ahí que lo denominemos Reciclaje 4.0 o si se desea también R4.0.
En los sistemas colectivos de
reciclaje, es decir, lo que conocemos por contenedores, el ciudadano juega un
papel muy importante, pero aún más, será lo más importante en este nuevo
sistema.
Cuando establecemos niveles de
reciclaje que hay que alcanzar para el horizonte 2020 ó2030, tenemos que pensar
que la sociedad será muy distinta a la que hoy conocemos. Ahora está comenzando
el cambio y ese cambio pasa porque todo esté interconectado.
La R4.0 constituye no solo una oportunidad clave para la
mejora de los niveles de reciclaje en nuestras ciudades, sino también para las
industrias y comercios, en todos los flujos de residuos o materiales, contribuyendo
a alcanzar los niveles mínimos impuestos.
Para ello es necesario abordar una profunda transformación
digital basada en la relación público-privada, definiendo para los residuos un
nuevo estilo de gobernanza para facilitar su desarrollo e implantación.
¿Cuáles son los retos del Reciclaje 4.0? Pues la
digitalización de la sociedad y de la industria del reciclaje que plantea retos y
genera oportunidades para el sector, el cual deberá adaptar sus procesos,
productos y modelos de gestión.
Gracias a la hiperconectividad, los ciudadanos estarán más
informados y tendrán acceso a toda la información que se genere a través de la
gestión de los residuos. Se trata de un entorno muy competitivo pero con muchas
oportunidades para los emprendedores.
Ya se sabe dónde se encuentra un contenedor, ya se sabe el
grado de llenado, ya se sabe de dónde procede el residuo cuando se carga en un
camión de recogida, ya se optimizan las rutas de recogida para una mayor
eficiencia… sólo falta conectar toda la información y que haya una proximidad
entre el gestor, la administración y el ciudadano.
Afrontar este desafío con éxito permitirá generar un nuevo
modelo de reciclaje en el que la innovación sea colaborativa, los medios
productivos estén conectados y serán completamente flexibles; las cadenas de
suministro estén integradas y los canales de distribución y atención al
ciudadano serán digitales.
Nos vamos a mover en nuevos modelos de negocio en el mundo
de los residuos. Estos modelos darán soluciones a problemas actuales, pero sobre
todo, a los que vayan surgiendo en el futuro. Está siendo ya un caldo de
cultivo para los emprendedores, donde las ideas fluyen por doquier.
También es un hecho que la digitalización de los procesos
conlleva generación de infinitos datos que son difíciles de digerir. Esto se
resuelve a través de soluciones de inteligencia y control (BigData y Analytics)
abriéndose igualmente un mundo de profesiones y oportunidades muy importante.
Finalmente, gestores, administración y ciudadanos, están
condenados a entenderse a través de las plataformas colaborativas en materia de
residuos. Esto no es más que un espacio virtual que centraliza toda la
información o funcionalidades (aplicaciones) de la gestión de los residuos a
nivel local, autonómico, nacional o internacional, poniendo las mismas a
disposición de todos los agentes implicados, a través de herramientas muy
sencillas como los smartphones e internet.
Esta revolución 4.0 la estamos viviendo ya en nuestro día a
día nos hace olvidar disputas absurdas de aquellos que quieren cambiar el
modelo o, en el mejor de los casos y según ellos, coexistiendo los modelos, lo
cual no lleva a más que a confundir al ciudadano y a una ineficiencia del
sistema. Con el reciclaje 4.0 seguro se van a alcanzar para el 2020 los valores
de reciclaje que la UE ha marcado para sus estados miembros, pero en nuestro
caso de los envases domésticos, no sólo se va a conseguir, sino que se van a
superar y la tendencia se mantendrá hasta alcanzar el límite técnico, junto a otras
medidas de apoyo que afectarán al ciudadano, que serán objeto de otro artículo.
Cátedra Ecoembes de Medio Ambiente UPM