En los últimos años han comenzado a fabricarse y comercializarse bolsas biodegradables fabricadas a partir de fécula de patata, como alternativa más sostenible a las tradicionales bolsas de plástico hechas con de materiales derivados del petróleo. A diferencia de éstos últimos, los productos biodegradables, tales como la fécula de patata tienen la capacidad de descomponerse bajo condiciones normales en la biosfera, a través de un proceso de compostaje, desaparecen sin dejar residuos tóxicos.
El grupo empresarial Sphere, líder europeo y 4º productor mundial en bolsas de basura y envoltorios alimenticios, ha desarrollado gracias a los avances científicos en el sector las primeras bolsas de basura 100% biodegradables, fabricadas a partir de fécula de patata. De la fécula de 15 patatas se pueden obtener 100 bolsas de basura reciclables. Este material se descompone en menos de seis meses, y se puede convertir en abono facilitando la fertilidad de jardines y cultivos, sin causar consecuencias medioambientales.
También supone otra fuente de ingresos para los agricultores, ya que sus cultivos se pueden emplear no sólo para la industria alimentaria sino también para la industria química.
Esta iniciativa llega a España gracias a una política gubernamental enfocada a la preservación del medio ambiente. Se optó por ésta tras su éxito en Francia donde Alfapac se ha convertido en la marca líder de bolsas de plástico biodegradables. El proceso productivo comienza con la recolección de las patatas. De ahí, por un proceso industrial "se extrae el almidón y se produce la materia prima biodegradable, un termoplástico biodegradable denominado gránulo, que está compuesto por entre un 30 y un 50 por ciento por material vegetal y otro 50 ó 70 por ciento de material plástico degradable" porque "hoy por hoy, no hay patentes ni plásticos cien por cien vegetales", indicó a Europa Press el director general de la factoría de Utebo, Alfonso Biel.
Sin embargo, se trata de un producto con costes altos, tres o cuatro veces más caro que el producto tradicional, si bien "no se pagaría ecotasa de punto verde", explicó Biel, aunque esta cuestión es discutida y discutible.
La utilización de bolsas de fécula de patata ha experimentando en los últimos años un gran incremento. Tanto el pequeño comerciante como las grandes cadenas de supermercados se están uniendo a este gesto. Se observa, sin embargo, que el público no está dispuesto a pagar el coste de la bolsa que ni es reutilizable ni tampoco resistente, generando problemas en el porte de las compras. Este factor negativo ha hecho que las grandes superficies opten por otras alternativas, lo que ha implicado un descenso en la utilización de este tipo de bolsas. Estas bolsas, en cualquier caso, evitan que se sigan aumentando los problemas que generan los otros tipos, tales como:
Reducción de la cantidad de residuo no biodegradable, que oscila sobre las 100.000 toneladas e implica unas 440.000 toneladas de emisiones de CO2.
El tiempo de permanencia en el medio es más de 150 veces inferior a las convencionales (200 años). El umbral de biodegradabilidad exigido por la norma es del 90% y un máximo de seis meses.
Al ser biodegradables y no permanecer tanto tiempo en los ecosistemas, no produce muertes por ingesta (una bolsa podría matar a un solo animal).
Por lo tanto, las bolsas bio parecen una alternativa muy interesante frente a las tradicionales, puesto que, aunque el coste inicial de producción sea mayor las ventajas tanto ecológicas como económicas a largo plazo compensan esta pequeña inversión inicial.
BIBLIOGRAFÍA
http://www.ambientum.com/revista/2010/enero/di-no-a-las-bolsas-de-plastico.asp
http://dpto.educacion.navarra.es/materialespiml/22tecnologia_files/Tecnologia-%20patata%20sustituye.pdf
http://www.vidasostenible.org/observatorio/f2_final.asp?idinforme=1215
http://www.servibags.com/bolsas-biodegradables/
http://www.enbuenasmanos.com/articulos/muestra.asp?art=2359
http://www.traxco.es/blog/produccion-agricola/bolsas-biodegradables-de-fecula-de-patata
Laura Villate López
Marta Ballesteros Gutiérrez
Ángela Sinopoli Velasco
Estudiantes del Grado en Ingeniería del Medio Natural (UPM)