jueves, 3 de enero de 2013

Investigación revela gran potencial energético en residuos forestales

Un grupo de investigadores misioneros está llevando adelante un trabajo científico cuyo objetivo principal es determinar cuánto material aprovechable para la generación de energía queda como residuo en plantaciones forestales después de cumplir con tareas de cosecha y raleo. También se evalúa el impacto ambiental que generaría retirar del campo esos materiales. Sus conclusiones servirán para determinar la viabilidad económica y ambiental del uso de residuos de la forestación como combustible para la generación de energía y determinar la ubicación que deberían tener las plantas generadoras.

Las primeras experiencias a campo arrojaron resultados muy alentadores. En relevamientos realizados en terrenos donde se habían practicado talas rasas, los investigadores encontraron un promedio superior a 90 toneladas de residuos -trozas y ramas- aprovechables para la generación de energía, por hectárea de pino cosechada. Trabajos similares realizados en Entre Ríos sobre plantaciones de eucaliptus arrojaron promedios en torno a las 22 toneladas por hectárea.

El trabajo se realizó en predios de los departamentos de Libertador General San Martín, Montecarlo y Puerto Iguazú en los que se había realizado una cosecha sobre plantaciones de pino taeda de alrededor de 30 años y con una densidad promedio de alrededor de 200 plantas por hectárea.

El profesor Alejandro Friedl, a cargo de la secretaría de Ciencia, Técnica y Posgrado de la Facultad de Ciencias Forestales de Eldorado, aclaró que los resultados obtenidos, si bien son muy alentadores, no pueden ser extrapolados al resto de las plantaciones forestales de la provincia, ya que hasta ahora se analizaron solamente los residuos dejados por forestaciones de mucha edad y estimó que cuando comiencen a relevar cosechas practicadas sobre plantaciones de menor edad, se obtendrán números menores.

“Inicialmente enfocamos áreas de cosecha tala rasa donde suponemos que está la mayor cantidad de esos residuos, avanzaremos en las otras actividades en la medida en que los resultados así lo justifiquen”, dijo el especialista en el marco de la presentación del Informe Técnico del Área Forestal.


Objetivos

Friedl explicó que la investigación se propone “cuantificar la oferta de los residuos de las operaciones forestales de cosecha y de raleo de reforestaciones de especies implantadas difundidas en la provincia y estimar parámetros estadísticos relacionados a especies, edad, edad del raleo, altura de corte. La idea es que tengamos un valor promedio para pinos, eucaliptos y araucaria, que son las de mayor superficie implantada en la provincia”.

El desafío es determinar la cantidad de biomasa aprovechable como insumo energético y el posible impacto de su uso en el ciclo de nutrientes del suelo. El problema es que la falta de información en ese sentido no permite el desarrollo de estrategias en relación a la búsqueda de nuevas fuentes de energía vinculadas a residuos de las forestaciones.

Una vez cuantificada y caracterizada la oferta de residuos que dejan las cosechas y raleos forestales, se podrán resolver cuestiones técnicas que tienen que ver con los mecanismos de recolección y transporte de los residuos.


Resolver la ecuación costo/beneficio

El trabajo que lleva adelante el equipo de investigadores de la Facultad de Ciencias Forestales se propone no solo cuantificar los residuos forestales aprovechables para la generación de energía, sino también tomar en cuenta la viabilidad económica de utilizarlos.

Para ello tomarán en cuenta el valor del material que queda disponible tras las operaciones de cosecha y raleo, tomando como referencia el precio del chip leña, y restarle costos de recolección, carga y transporte.

“Buscamos establecer un balance de energía. Si yo tengo residuos que tienen energía, pero para recogerlos y trasladarlos, también tengo que gastar energía, hay que hacer un balance para saber qué resulta de esto”, analizó Friedl.

Aseguró que también se tomará en cuenta el costo en materia de pérdida de nutrientes para el suelo, que genera la recolección de residuos. “Cuando saco esas ramas y trozos de madera que quedan en el suelo, estoy retirando elementos que van a aportar nutrientes a la tierra, entonces tenemos que saber cuánto costaría la reposición de esos nutrientes al suelo, es un valor que también tiene que estar en la ecuación”, explicó el investigador.

Fuente: Misiones online

miércoles, 2 de enero de 2013

Madrid apoyará en la financiación de los residuos a los municipios de 5.000 a 20.000 habitantes

La Comunidad de Madrid va a adecuar su Estrategia de Residuos para el periodo 2013-2016 con el objetivo de que la recogida y gestión de los desechos domésticos en los municipios de la región siga prestándose a los ciudadanos con todas las garantías.

Así lo aprobó hoy el Consejo de Gobierno, que autorizó que el Ejecutivo madrileño apoye en la financiación del tratamiento de los residuos a los municipios de entre 5.000 y 20.000 habitantes, pues anteriormente estaba prevista la financiación sólo a las localidades de menos de 5.000 vecinos.

Además, el Gobierno regional ha establecido que donde no estén constituidas las mancomunidades de municipios, la Comunidad de Madrid podrá seguir prestando los servicios de recogida, transporte y tratamiento de los residuos urbanos hasta el 30 de junio de 2013, y ha fijado nuevas ayudas a la financiación de la recogida a los municipios de más de 1.000 habitantes que actualmente reciben dicho servicio o que sean de la Sierra Norte.

La gestión de los residuos domésticos es una competencia exclusivamente municipal. La Estrategia regional de Residuos 2006-2016 contempla que han de ser los municipios quienes asuman sus competencias en la gestión de los desechos urbanos, preferentemente a través de mancomunidades.

La Comunidad de Madrid llevaba más de 20 años ejerciendo esta gestión y continuaba de manera transitoria hasta que quedasen constituidas las mancomunidades, para lo cual ha llegado a modificar los plazos en dos ocasiones por dificultades en la constitución de algunas de ellas. En este sentido, aunque el plazo originalmente previsto para que la Comunidad dejase de gestionar los residuos era el 1 de enero de 2009, se amplió hasta el 1 de enero del 2013.

Apoyo a los Ayuntamientos

El consejero de Presidencia y Justicia y portavoz del Gobierno, Salvador Victoria, recordó hoy que la Mancomunidad del Este está en funcionamiento desde 2009, mientras que la Mancomunidad del Sur está previsto que inicie su gestión el próximo 1 de enero de 2013. Por su parte, la Mancomunidad del Noroeste se encuentra ctualmente en fase de constitución, y dado que la gestión de los residuos es un servicio básico que no puede dejar de realizarse, se hace necesario adaptar la Estrategia de Residuos para que la Comunidad de Madrid siga prestando este servicio hasta que las Mancomunidades puedan hacerse cargo del mismo no más allá del 30 de junio de 2013.

Aunque los Ayuntamientos deberán asumir sus competencias, el Ejecutivo madrileño continuará colaborando con los municipios, prestándoles un importante apoyo en el funcionamiento de las mancomunidades, en su financiación, así como en la transferencia del uso de las infraestructuras de las que dispone la Comunidad.

La Estrategia de Residuos de la Comunidad de Madrid determina que se prestará especial asistencia a los municipios que, por sus especificidades (volumen de población, requisitos medioambientales, dotación de infraestructuras) tengan mayores dificultades para la correcta gestión de sus desechos. En concreto, esta adaptación del Plan regional de Residuos Urbanos señala que además de la financiación de los servicios de recogida de los municipios de menos de 1.000 habitantes de la Sierra Norte, serán apoyados económicamente por la Comunidad los municipios que sean de la Sierra Norte o que actualmente reciben dicho servicio.

Asimismo el Consejo de Gobierno de hoy autorizó que se financie a los municipios de entre 5.000 y 20.000 habitantes con el objetivo de ayudar, en la difícil situación actual, a estos Ayuntamientos. Se trata, en definitiva, de que en una situación como la actual no se obligue a los pueblos pequeños a que hagan un sobresfuerzo para el pago del tratamiento de sus residuos urbanos.

Estrategia de Residuos 2006-2016

La mejora en la gestión de residuos es uno de los principales objetivos medioambientales del Ejecutivo que preside Ignacio González. En este sentido, la Comunidad considera vital la adecuada gestión en materia de residuos, pues un correcto tratamiento de los residuos que generan los ciudadanos es vital para conservar intacto el medio ambiente y que no genere problemas para la salud pública.

La Estrategia de Residuos 2006-2016 es una herramienta dirigida a hacer más eficiente la gestión de los desechos mediante la coordinación de nueve planes distintos que prevén medidas concretas para gestionar los residuos urbanos, industriales, aquellos procedentes de la construcción, los de aparatos eléctricos y vehículos en desuso, materiales aislantes, neumáticos fuera de uso, lodos precedentes de depuradoras y descontaminación de suelos.

Este documento de planificación prevé medidas concretas para reducir la producción y fomentar la reutilización, el reciclado y el aprovechamiento energético de los diferentes tipos de residuos que se generan en el territorio regional. La Comunidad de Madrid es la primera región que crea un proyecto integral para gestionar todos los residuos de manera coordinada y adecuada. Es, por tanto, un plan único por su carácter innovador e integrador de los distintos tipos de residuos, y una de las estrategias más ambiciosa a nivel nacional.

Con esta iniciativa, la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio persigue el objetivo de lograr que toda la basura que se genere en los municipios madrileños sea tratada antes de ir a vertedero de forma que se recicle, reutilice o valorice la mayor parte de los desechos urbanos.

Fuente: Gestores de Residuos

lunes, 17 de diciembre de 2012

Proyecto 'BlowPET' para envases de material reciclado

El Instituto Tecnológico del Plástico (Aimplas), ha llevado a cabo durante este año la primera fase del proyecto 'BlowPET', que tiene como objetivo evaluar la idoneidad del uso de material reciclado de PET como alternativa al polímero virgen en la fabricación de envases plásticos para bebidas.

A través del proyecto se busca definir un método que permita relacionar propiedades reológicas de los materiales con su comportamiento durante su procesado. De este modo se podrán minimizar los tiempos de ajuste y las piezas desechadas durante el proceso de fabricación permitiendo incrementar la competitividad de la industria del material reciclado plástico, principalmente en el sector del envase.

"Hasta el momento se han realizado pruebas en preformas y los resultados han sido muy positivos, ya que se espera obtener un producto final que además de cumplir los requisitos establecidos tendrá un precio más competitivo", ha afirmado Carolina Losada, investigadora principal del proyecto.

La utilización del PET reciclado, cuyo coste ronda el 50% del material virgen, puede ser determinante para rebajar la inversión productiva que precisa el envase (el plástico puede llegar a constituir el 50% del coste del packaging, para el caso del embotellado de agua mineral). Además, gracias a este nuevo método se conseguirá dotar de una segunda vida al material PET, transformándolo en un producto con valor añadido, muy superior al que puede tener una fibra textil para relleno, que es uno de los destinos más habituales del PET recuperado.

El proyecto 'BlowPET se enmarca dentro de la convocatoria Desarrollo Estratégico del IMPIVA y ha sido cofinanciado por los Fondos FEDER, dentro del Programa Operativo FEDER de la Comunitat Valenciana 2007-2013.


Fuente: Alimarket

viernes, 14 de diciembre de 2012

No nos conformemos: una llamada al optimismo



Los asistentes al pasado Congreso Nacional del Medio Ambiente (Conama) tuvimos la oportunidad de escuchar a ponentes que estuvieron presentes en la última Conferencia de las Naciones Unidas sobre el desarrollo sostenible (Río + 20). En la sesión, dedicada a la búsqueda de una nueva economía que tenga en cuenta la variable ambiental en la toma de decisiones (economía verde), se resaltaron las dificultades para llegar a acuerdos, motivadas muchas veces por la falta de voluntad política pero también enraizadas en unos argumentos que se repiten en todos los niveles de la sociedad, que sin embargo no se corresponden necesariamente con la realidad y nos predisponen a asumir una visión muy pesimista del mundo y los problemas que se nos presentan.

El principal obstáculo en la Cumbre de Río + 20 lo constituyeron las reticencias de los propios países participantes, tanto desarrollados como en vías de desarrollo, aunque por motivos distintos. Mientras que los países desarrollados perciben que los esfuerzos que han llevado a cabo en los últimos 20 años han supuesto una incomodidad pero han logrado escasos resultados, los países en vías de desarrollo no están interesados en realizar sacrificios que limiten su crecimiento económico.

Resulta llamativa la cantidad de veces que se presentó una oposición entre estos conceptos. Se habló de punto de vista ambiental frente a punto de vista del desarrollo, reducción de impactos ambientales frente a crecimiento económico, las leyes del mercado frente a las leyes de la naturaleza, o el derecho al trabajo frente a la preservación del medio ambiente. Incluso se ha planteado el “decrecimiento sostenible” como única solución para evitar agotar los recursos y permitir la supervivencia de la humanidad.

No es una visión nueva. Este antagonismo ha calado tan hondo que es común comentar lo desafortunado que es que para lograr una mejora de la calidad ambiental haya que renunciar al bienestar, las comodidades o la calidad de vida. Me recuerda a la escena del documental Una verdad incómoda en la que, en tono jocoso, Al Gore presenta una imagen de una balanza, con el planeta Tierra en un platillo y los frívolos dólares en el otro. Estas reflexiones se han repetido tantas veces que creo que lo damos por sentado, sin pararnos a reflexionar que sobre ello. ¿Son completamente incompatibles el desarrollo y la protección medioambiental?

Mi opinión es que no; sencillamente, aún no hemos avanzado lo suficiente. Como sociedad, tal como se propuso en las sesión de financiación de la recogida de residuos, tenemos que buscar un modelo eficiente, priorizando lo que realmente nos podamos permitir, sin conformarnos con un sistema de suma cero, en el que para ganar algo tengamos que perderlo por otra parte.

La búsqueda de la eficiencia se puede aplicar a cualquier ámbito, y está en las manos de cualquier ciudadano contribuir a ello: por ejemplo, consumir un mismo producto tendrá un impacto y un coste mucho menor si ha sido producido en nuestro ámbito local que si procede del otro lado del mundo. (Un apunte: la iniciativa para etiquetar los productos en función de su huella de carbono, que favorecería el consumo de productos locales, ha quedado en segundo lugar en la Bolsa de Ideas Verdes del Conama. La lista se elaboró con los votos de los asistentes.)

Otro punto a considerar es el progreso tecnológico. No creo que el “precio del progreso” sea contribuir a un mundo cada vez más deteriorado. Es una visión derrotista, o tal vez pretenciosa, pensar que lo que tenemos es lo mejor a lo que podemos aspirar, que el sistema no puede mejorarse. Pienso que aún nos queda mucho progreso que alcanzar y que éste conllevará unos procesos productivos no sólo más eficientes, sino también menos contaminantes. Ya hemos cambiado mucho desde los primeros momentos de la industrialización, y todavía queda un buen camino que recorrer.

Según los estudios realizados por el Programa de las Naciones Unidas para el Medo Ambiente (UNEP), una economía verde no supone necesariamente una disminución del crecimiento económico o una pérdida de empleos, y puede superar a largo plazo a una economía tradicional. Para este grupo, la disyuntiva entre el progreso económico y la sostenibilidad ambiental no es más que un mito[i]. En Europa encontramos algunos de los países más desarrollados del mundo, y es donde se está haciendo un mayor esfuerzo por desarrollar normativa protectora del medio ambiente. En cuanto a los países en vías de desarrollo, no se puede negar su derecho a crecer económicamente, pero pueden guiarse por las experiencias, tanto positivas como negativas, que otros países ya han disfrutado o padecido en las últimas décadas.

Durante la sesión sobre valorización energética se mostró cómo se ha reducido notablemente la huella contaminante de las incineradoras mediante la imposición de límites de emisión más restrictivos y las mejoras tecnológicas. La idea de que un mayor desarrollo contribuirá a una disminución de la contaminación y un uso más racional de los residuos no parece tan descabellada. Por supuesto, para llegar a este punto se requerirán importantes inversiones en I+D, pero ésa es otra cuestión.

En esa misma sesión se defendió que, para lograr una auténtica sostenibilidad y dar una respuesta a los problemas comunes de todos los países (incluidas la preservación del medio ambiente y la erradicación de la pobreza), no se puede elegir entre lo ambiental, lo económico o lo social y descartar el resto. De ser así, sólo estaríamos conformándonos con aceptar el mal menor.

El lema de Conama 2012 ha sido “Reinventémonos”. Propongo que, para reinventar la sociedad y el modo en que perseguimos nuestras metas, empecemos reinventando nuestra forma de pensar y arrinconemos las ideas preconcebidas que nos impiden avanzar. 

Autor: Miguel Pérez Rodríguez
Máster en Gestión Sostenible de los Residuos - UPM





[i] UNEP, 2011, Towards a Green Economy: Pathways to Sustainable Development and Poverty Eradication - A Synthesis for Policy Makers, www.unep.org/greeneconomy

jueves, 13 de diciembre de 2012

Utilizan residuos de papel para fabricar ladrillos

Investigadores de la Universidad de Jaén han incorporado los desechos que genera una industria papelera al material cerámico que se usa en la construcción. El resultado son unos ladrillos con una baja conductividad térmica, por lo que actúan como buenos aislantes, aunque todavía hay que mejorar su resistencia mecánica.

"El uso de los residuos de la industria del papel puede suponer un beneficio económico y medioambiental, ya que permite reutilizar como materia prima un material considerado como desecho”. Esta es una de las conclusiones de un estudio desarrollado por investigadores de la Escuela Politécnica Superior de Linares (Universidad de Jaén) y que publica la revista Fuel Processing Technology.

Los científicos han recogido los residuos de celulosa que produce una fábrica de papel –que además, en este caso, es reciclado–, así como los lodos procedentes de la depuración de sus aguas residuales. Después, han unido este material a la arcilla que se emplea en la construcción, le han dado forma mediante presión y extrusión en máquinas, y así han obtenido unos ladrillos en el laboratorio.

“La adición de los residuos hace que el producto final presente una conductividad térmica baja, por lo que actúa como un buen aislante”, explica Carmen Martínez, investigadora de la Universidad de Jaén. “Además del consiguiente beneficio que esto conllevaría si se utilizaran estos ladrillos en lugar de los que se elaboran con materias primas tradicionales”, apunta.

Otra de las ventajas de añadir residuos a los ladrillos es que les aportan energía debido a la presencia de materia orgánica. Esto puede ayudar a reducir el consumo de combustible y el tiempo de cocción que se requiere en su producción.

De momento los prototipos son de pequeñas dimensiones (3x1x6 cm), aunque el equipo ya ha hecho pruebas con tamaños mayores y los resultados son similares. “En conjunto, esta técnica podría suponer un ahorro energético y de materias primas para las fábricas de ladrillos, así como un beneficio medioambiental por la valorización de unos residuos que, en principio, se descartan”, comenta Martínez.

La investigadora reconoce, no obstante, que el ‘talón de Aquiles’ de estos ladrillos es su menor resistencia mecánica respecto a los tradicionales, aunque este parámetro está por encima de los mínimos que marca la legislación. También quedan por resolver algunos problemas de adherencia y conformado de aquellas piezas que llevan porcentajes altos de residuo de papel.

El equipo continúa trabajando para buscar el punto de equilibrio entre sostenibilidad y resistencia del material, además de investigar las ventajas de incorporar otros productos, como los lodos de las depuradoras o los residuos que generan las industrias cervecera, olivarera o las productoras de biodiésel.

De hecho, los investigadores han publicado otro trabajo que confirma que los residuos generados en la elaboración del biodiésel se pueden emplear en la fabricación de ladrillos, aumentando la capacidad aislante de este material de construcción hasta en un 40%.

Fuente: Infoambiental

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Investigadoras proponen un fungicida natural para industria del vino

El proyecto Desarrollo de un fungicida producido a partir de residuos de la industria vitivinícola contra el hongo fitopatógeno Botrytis cinerea, es una de las cuatro propuestas de la Universidad de Santiago (USACH) que se adjudicó recursos del Concurso de Ciencia Aplicada del Programa de Investigación y Desarrollo en Acción para Instituciones de Investigación (IDeA) de Fondef. El estudio sugiere el uso de un fungicida de origen natural elaborado a partir de residuos de la industria vitivinícola y, según explica la investigadora a cargo del estudio, Dra. Milena Cotoras, cuenta con dos ventajas importantes.
La primera de ellas, tiene que ver con hacer frente a uno de los principales problemas de la producción de frutas en Chile y en especial la uva de mesa y vitivinícola: la pudrición gris, causada por el hongo Botrytis Cinerea, infección que no sólo genera importantes pérdidas económicas en la industria, sino que también implica el uso de fungicidas sintéticos que contaminan suelos, aguas y provocan daño a la salud.

La segunda ventaja del estudio es que propone la utilización de residuos sólidos producidos por la industria vitivinícola, que en el año 2011 alcanzaron cifras aproximadas a las 146 mil toneladas.

Resultados previos conseguidos en los laboratorios de la Facultad de Química y Biología demuestran que extractos obtenidos de estos residuos poseen actividad antifúngica moderada contra Botrytis cinerea.
La académica Cotoras explica que “las plantas son una fuente importante de metabolitos secundarios, entre los que destacan los compuestos fenólicos, que han demostrado actividad contra variadas especies fúngicas y que, además, se encuentran en abundancia en los residuos de la industria vitivinícola”. Por esta razón –agrega- “el proyecto plantea como objetivo general la formulación de un fungicida constituido de compuestos fenólicos, obtenidos de los residuos sólidos de la industria vitivinícola, los que presentan niveles de actividad superiores a los fungicidas naturales usados para controlar este hongo”.

Respecto a sus expectativas, la investigadora de la U. de Santiago proyecta “tener un fungicida de origen natural, formulado y validado a nivel piloto en el campo, y participar en la formación de estudiantes de pregrado y postgrado, apoyando la realización de sus tesis de grado”.

La propuesta tiene un plazo máximo ejecución de 24 meses e involucra a los investigadores, Dra. Leonora Mendoza (Facultad de Química y Biología), Dr. Rubén Bustos (Facultad de Ingeniería) y a representantes de la Viña Miguel Torres.
El Concurso de Ciencia Aplicada del Programa IDeA de Fondef, financiará 55 proyectos que, en promedio, recibirán montos de hasta 120 millones de pesos, de un total de seis mil 200. Su propósito es apoyar proyectos de I+D con un fuerte componente científico y que consideren obtener resultados intermedios en plazos breves, en la perspectiva de convertirse en productos o servicios con un impacto productivo, económico y social.

Fuente: DiCYT

martes, 11 de diciembre de 2012

La Cumbre del Clima acuerda prorrogar hasta 2020 el Protocolo de Kioto

(c) REUTERS
La Conferencia de las Partes de la Convención de la ONU sobre Cambio Climático (COP18) que se celebra en Qatar ha concluido con un acuerdo para prorrogar hasta 2020 el conocido como Protocolo de Kioto para la reducción de gases de efecto invernadero.

El acuerdo, conocido como Puerta Climática de Doha, supone prorrogar Kioto ocho años, el único tratado internacional vinculante para combatir el calentamiento global. Sin embargo, Rusia, Japón y Canadá, entre otros, no han accedido a este nuevo compromiso con lo que las emisiones de CO2 de los participantes suponen ahora apenas el 15 por ciento de las emisiones globales.

"Les agradezco a todos ustedes su buena voluntad y el duro trabajo para avanzar en este proceso", ha afirmado el presidente de la Conferencia, Abdulá bin Hamad al Attiyah, durante la presentación de los resultados de las negociaciones maratonianas de la conferencia. La COP18 en realidad debería haber concluido el viernes, pero fue prorrogada para lograr un acuerdo.

El delegado ruso, Oleg Shamanov, sin embargo, ha manifestado la negativa de su país, que rechaza prorrogar el Protocolo de Kioto más allá de 2012. Rusia defendía una utilización menos restringida de los derechos de emisión no usados.

Todas las delegaciones presentes en Doha han reconocido que el acuerdo final no satisface las recomendaciones de los científicos, que pedían medidas drásticas para evitar un calentamiento que provoca olas de calor, tormentas de arena, inundaciones, sequías o la subida de los niveles del mar.

El Protocolo de Kioto, firmado en 1997, obligaba a 35 países industrializados a reducir una media de al menos un 5,2 por ciento las emisiones de gases de efecto invernadero tomando como referencia las emisioens de 1990. Sin embargo, ya en su origen no incluía a países desarrollados tan importantes como Estados Unidos --que lo firmó, pero no lo ratificó-- y no imponía objetivos de reducción de los gases a los países en desarrollo como China, India, Brasil o México.

Las emisiones de dióxido de carbono, el principal gas de efecto invernadero, crecerán este año un 2,6 por ciento a nivel mundial y duplican ya las tasas de 1990, fundamentalmente por las aportaciones de grandes potencias en desarrollo como China o India.

CALENDARIO DE NEGOCIACIÓN

El acuerdo alcanzado en Doha aplaza además hasta 2013 las negociaciones sobre la demanda de los países en vías de desarrollo, que exigen mayores donaciones para ayudarles a frenar las emisiones de gases de efecto invernadero, y deja para 2015 la firma de un nuevo acuerdo global que entraría en vigor en 2020.

Las negociaciones se dividirán en dos "corrientes", una que estudiará las medidas para combatir el cambio climático a partir de 2020 y otra que se encargará de las medidas para estimular un acuerdo ambicioso antes de esa fecha.

La primera ronda de contactos, según el acuerdo alcanzado en Doha, será entre el 29 de abril al 2 de mayo de 2013 en Bonn (Alemania); la siguiente posiblemente en septiembre de 2013 y al menos dos reuniones más en 2014 y otras dos en 2015. Estas negociaciones se denominarán Plataforma de Durban, nombre de la ciudad sudafricana donde el año pasado se celebró la reunión sobre calentamiento global en la que se acordó 2020 como fecha para la entrada en vigor de un pacto mundial.

En cuanto a los objetivos económicos, en Doha no se ha cerrado un calendario para cumplir con el objetivo de incrementar hasta los 100.000 millones de dólares anuales las ayudas para que las economías en desarrollo recorten sus emisiones.

El texto "anima a los países desarrollados a incrementar sus esfuerzos para proveer de recursos de al menos el nivel (de 2010-12) para el periodo 2013-15" y prevé negociaciones el año próximo para determinar nuevas fuentes de finanziación. En 2009 los países desarrollados acordaron destinar 10.000 millones de dólares anuales a los países en desarrollo para adaptarse y fijaron el objetivo de 100.000 millones de dólares para 2020.

Fuente: Europa Press

lunes, 10 de diciembre de 2012

Casi el 70% de los envases que se utilizan en España se reciclan

En España se reciclan 7 de cada 10 envases de plástico y sólo en 2011 se sometieron a este proceso 1,2 millones de toneladas, lo que en volumen equivale a llenar 90 estadios de fútbol.

Pero, pese a estos datos, aún hay muchos ciudadanos que se preguntan qué ocurre con la basura que separan en casa.

Seguro que tampoco saben que con 80 latas de refresco recicladas se puede hacer una llanta de bicicleta, con 6 briks de leche se hace una caja de zapatos y con 40 botellas de plástico un forro polar.

Estos datos los aporta Ecoembes, una organización creada por 12.000 empresas españolas que utilizan envases, que nos explica que la basura que arrojamos a los más de 500.000 contenedores amarillos repartidos por España se recoge por el servicio de basuras de nuestro ayuntamiento, se traslada a una planta de selección de envases y luego a un reciclador homologado.

Ecoembes es la empresa encargada de coordinar este proceso y, para ello, han firmado más de 103 acuerdos con entidades locales, cuentan con 94 plantas de selección y 150 recicladores.

En el contenedor amarillo nos encontramos con botellas de plástico, briks y latas que antes de enviarlos a los recicladores, tienen que ser clasificados en plantas de selección de envases.

Como ejemplo, se expone el caso de la planta de Salto del Negro, en Gran Canaria, donde reciben 28.000 toneladas de envases al año procedentes de toda la isla.

Los camiones llegan a Salto del Negro cargados de residuos que se depositan en la playa de descarga donde dos operarios apartan los impropios (objetos que no son envases ligeros) de los materiales válidos. Estos últimos van a parar al tromel, una especie de centrifugador gigante, que clasifica la basura, por tamaño, en tres cintas transportadoras.

Los envases ligeros se someten un segundo trillaje manual en el que se clasifican según el tipo de plástico (PET, polietileno de alta densidad y plástico mezcla). Después se prensan para viajar hasta las plantas de reciclaje.

Por otro lado, las latas se clasifican en acero o aluminio y también se prensan en pequeños bloques; los briks sufren el mismo proceso.

Los ciudadanos separan bastante bien la basura: sólo un 25 % de los residuos que llegan a las plantas de selección son impropios. El jefe de planta de Gran Canaria, Marcial Betancor, destaca lo "importante" que es que separar bien en casa. Un ejemplo: las antiguas cintas de vídeo deben ir a parar a un punto limpio, no al contenedor amarillo, porque la cinta se enreda y estropea la maquinaria.

El reciclaje se lleva a cabo en centrales como Plascan, en el caso de Gran Canaria, donde gestionan 12.000 toneladas de plástico al año.

El proceso consiste en triturar, lavar, secar y grancear (crear pequeñas bolitas) el plástico para dar lugar a una materia prima de calidad "equiparable" a la pura, aclara el director ejecutivo de Plascan, Francisco Ruiz.

Al final del proceso, la materia prima se vende para la fabricación de otros productos y ahí comienza la segunda o tercera vida del plástico (se puede reciclar de manera ilimitada).

En 14 años, desde que hay contenedores amarillos, se han reciclado 11,7 millones de toneladas de envases y se han ahorrado 11,5 millones de toneladas de CO2; 13,3 millones de Mwh (lo que consumen al año 1,2 millones de ciudadanos) y 314 millones de metros cúbicos de agua (cantidad que emplean 5,6 millones de habitantes).Estos datos sitúan a España, explica Ecoembes, entre los 10 países que más y mejor reciclan en Europa, superando en 13 puntos la tasa mínima de reciclaje establecida por la Comisión Europea (un 55 %).



Fuente: EFE Verde y ECOEMBES

viernes, 7 de diciembre de 2012

Se investigan nuevos procesos para valorizar residuos

El Instituto Tecnológico del Embalaje, Transporte y Logística (Itene) trabaja en el proyecto de valorización de residuos denominado VALORES, que tiene como objetivo desarrollar nuevas aplicaciones para residuos generados en los ámbitos del envase y embalaje, cerámico, madera-mueble y construcción, cuya valorización resulta especialmente difícil. Bajo la dirección técnica de Itene, participan en el proyecto el Instituto Tecnológico de la Construcción (Aidico), el Instituto de Tecnología Cerámica (ITC) y el Instituto Tecnológico del Mueble, Madera, Embalaje y Afines (Aidima) centros con amplia experiencia en el desarrollo tecnológico de cada uno de los sectores industriales para los que desarrollan sus capacidades.

Con el propósito de generar soluciones a los residuos, el proyecto VALORES pretende desarrollar nuevas aplicaciones para este tipo de desechos. Los investigadores, además, buscan nuevas alternativas a su valorización a partir del tratamiento previo de estos materiales, a fin de adaptarlos a diferentes procesos productivos. A través de novedosas alternativas propuestas por esta iniciativa de I+D+I se podrá, por un lado, minimizar el impacto ambiental de los residuos y, por otro, desarrollar nuevas salidas comerciales para estos materiales, abriendo nuevas áreas de negocio que a su vez propiciarán el incremento de la competitividad de la industria en la Comunitat Valenciana. Cada centro tecnológico trabaja en distintas líneas de investigación sobre propuestas específicas.

Concretamente, desde Itene, además de ejercer la dirección técnica del proyecto, se trabaja en el aprovechamiento del residuo procedente de la fracción rechazo de las plantas de clasificación de envases. Concretamente, se está trabajando en opciones de valorización material y energética. Desde el punto de vista material la investigación de está centrando en la obtención de paneles con funciones de aislamiento acústico. Desde la parte energética se está trabajando en la obtención de materiales combustibles y en concreto de CSR (Combustible Sólido Recuperado).

Según los técnicos responsables del proyecto, “los residuos generan un elevado impacto ambiental e importantes costes económicos que repercuten de manera notable en ámbitos industriales estratégicos de la Comunitat Valenciana, como son el envase y embalaje, el cerámico, la construcción y la madera, y esta investigación permitirá minimizar el impacto ambiental, reducir los costes por residuos y proceder a su valorización, bien como energía, bien como material para la fabricación de otros productos”. El proyecto 'Valores 2 – Valorización de Residuos' cuenta con la financiación del Impiva de la Generalitat Valenciana a través de los Fondos europeos Feder de Desarrollo Regional.


Fuente: Alimarket