Con el objetivo de contribuir a la conservación del medio ambiente y
mejorar la calidad del agua, un programa social promueve el reciclaje de los
residuos urbanos y combate las difíciles condiciones de vida de los
recolectores de basura en el sur de Brasil.
Bautizado como "Colecta
Solidaria", el proyecto se enmarca dentro de un ambicioso programa que
desde hace nueve años ejecuta la hidroeléctrica de Itaipú con el empeño de mitigar
el impacto nocivo del ser humano en la cuenca del río Paraná, frontera natural
entre Paraguay y Brasil.
La iniciativa tiene la función de
alejar de la exclusión social a un colectivo que vive en los límites de la
marginalidad y también contribuir al reciclaje de los residuos urbanos para
evitar que se filtren sustancias contaminantes en las aguas que constituyen la
fuente energética de la represa de Itaipú.
El asesor de energías renovables
de Itaipú, Cícero Jayme Bley, explicó a Efe que el fenómeno del cambio
climático afecta al ciclo de las aguas, por lo que la hidroeléctrica
"entró en el juego" de potenciar las energías renovables y la
sostenibilidad por "supervivencia y por solidaridad".
El proyecto, que en la actualidad
beneficia a unas 2.500 personas, prevé la organización de los recolectores bajo
la fórmula de asociaciones o cooperativas para dotarse de una mayor fortaleza
como gremio y conseguir mejores condiciones de trabajo.
Una de las ramas del proyecto es
la construcción de naves a las que llega la basura para poder separarla, además
de dotar esos espacios con balanzas, prensas y maquinaria para el transporte de
la basura.
Asimismo, la iniciativa entrega
uniformes de trabajo y carros para la recogida de basura a los recolectores,
además de cursos formativos.
Una de estas unidades se
encuentra en el municipio de Sao Miguel de Iguazú, en el estado de Paraná,
donde unos 34 recolectores, con predominio de mujeres, acuden diariamente a su
cita con el reciclaje.
El presidente de esa cooperativa,
José Feijoo, dijo a Efe que en ese almacén procesan diariamente un poco más de
una tonelada de basura y precisó que desde que se constituyeron como grupo las
cosas "han mejorado", tanto por las ganancias que reciben, como por
las condiciones en las que desarrollan su trabajo.
En el almacén, donde está
presente la pestilente mezcla de olores procedentes de los residuos procesados,
los trabajadores esperan la llegada de los camiones y una vez que descargan
comienza la labor de clasificación de embalajes por sacas para luego hacer la
compactación en la prensa y vender los residuos.
Pero las quejas también son
comunes entre los miembros de la cooperativa, que demandan a los responsables
del programa más equipamientos de trabajo y recibir mejores salarios.
Nelton Miguel Friedrich, director
de coordinación del programa Cultivando Agua Buena, en el que se integra el
proyecto de reciclaje, se muestra entusiasta con las diferentes iniciativas
llevadas a cabo por la hidroeléctrica, que tiene una capacidad instalada de
14.000 megavatios y genera el 20 por ciento de toda la energía consumida en
Brasil.
Según el experto, que
recientemente presentó el programa en la conferencia de la ONU de Desarrollo
Sostenible Río+20, desde 2003 la política de la hidroeléctrica dio un giro para
comprender por primera vez la responsabilidad social y convertirse en "una
empresa ciudadana".
"La mayor lección que
tenemos es la naturaleza", concluye Friedrich.
Fuente: Que.es (03/07/2012)