Fuente: Universidad de Alicante |
Esta novedosa mezcla, desarrollada y patentada por el Grupo de Investigación de Tecnología de Materiales y Territorio, permite mejorar propiedades mecánicas, como el aumento de las resistencias iniciales, y resuelve un problema ambiental valorizando los residuos de posidonia oceánica.
“Actualmente, las adiciones en forma de cenizas utilizadas son las cenizas volantes, las características de cada ceniza volante en particular, afectan a las resistencias del mortero u hormigón a una determinada edad y a la evolución de las mismas, produciendo un retardo en las resistencias iniciales, aunque si se mantiene el mortero u hormigón en estado húmedo, su actividad puzolánica contribuye a aumentar su resistencia a edades posteriores, ofreciendo incluso más resistencia que el mortero u hormigón sin cenizas volantes”, explica el profesor José Miguel Saval Pérez, perteneciente al Departamento de Ingeniería de la Construcción, Obras Públicas e Infraestructura Urbana de la Universidad de Alicante.
“En el caso del empleo de las cenizas procedentes de la calcinación de residuos de Posidonia oceánica, se produce el efecto totalmente contrario, consiguiendo un aumento de las resistencias iniciales de los morteros adicionados”, añade José Miguel Saval.
El grupo ha diseñado este nuevo mortero y ha trabajado con él de modo que se ha caracterizado, entre otros aspectos, su fluorescencia, su comportamiento y resistencias a compresión para distintas proporciones de posidonia en el mortero.
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Fuente: Universidad de Alicante y UPM