martes, 25 de septiembre de 2012

El reto en la gestión de residuos de envases de EPS

La industria del poliestireno expandido o “corcho blanco” apuesta por el reciclaje y la valorización energética de este material, frente a su vertido.

La gestión de envases en España es un claro ejemplo de éxito. Desde que en 1997 Ecoembes comenzara su andadura, reciclando ese año un 5% de los envases producidos, hasta el 68,3% actual, se ha conseguido un sistema efectivo que supera los objetivos nacionales marcados por la normativa actual. La colaboración de todos los agentes implicados en la fabricación de envases y embalajes ha sido una pieza fundamental, siendo la industria transformadora de poliestireno expandido (EPS) uno de ellos.

Desde hace más de 15 años, el sector del EPS ha fijado entre sus objetivos el desarrollo de instrumentos que garantizaran la correcta gestión del residuo derivado de sus diversas aplicaciones. Gracias al compromiso de la industria, en la actualidad los envases y embalajes de EPS una vez finalizado su uso, tienen asegurada una gestión eficiente, cerrándose el ciclo de vida del producto.

Los envases y embalajes de EPS se caracterizan por ser muy ligeros y versátiles; además garantizan la conservación del producto en unas condiciones óptimas de higiene y su gran capacidad de aislamiento térmico previene de daños a la calidad del producto contenido. No se puede olvidar tampoco que su resistencia a la humedad y alta capacidad de protección han posicionado al poliestireno expandido como un material líder en el sector del packaging.

Sin embargo, su ligereza y gran capacidad de adaptación han sido también las dos características que han supuesto un reto a la hora de gestionar sus residuos. Los desechos de envase y embalaje de EPS generalmente presentan un gran volumen y bajo peso, lo cual ha delimitado mucho su logística de transporte y gestión.

Conscientes de esta peculiaridad del material, el sector ha centrado sus esfuerzos en lograr una gestión eficiente de sus residuos, identificando para ello todas las vías posibles de tratamiento del mismo: desde el reciclado mecánico para su posterior introducción en el proceso productivo, pasando por la producción de nuevos materiales que sirven de materia prima para nuevos productos (por ejemplo CD), hasta la valorización energética de la fracción residuo no aprovechable.

Vertederos saturados
En el caso de España, la valorización energética no es una opción a considerar en muchas regiones. El resultado se ha traducido en un gran número de vertederos prácticamente saturados donde se han ido depositando residuos a lo largo de muchas décadas, perdiéndose así un recurso muy valioso en términos de materia prima y/o energía.

En el caso de la fracción de residuos plásticos no aprovechables que va a vertedero, la situación es especialmente grave, precisamente por la pérdida en términos energéticos que supone. Por ejemplo, un kilogramo de residuo de EPS equivale a 1,4 litros de combustible fósil, siendo similar su poder calorífico al del gas natural.

Este caso es el mismo para el resto de la fracción de residuo final plástico no aprovechable. Por este motivo, la industria considera que la valorización energética debe tenerse en cuenta para lograr una gestión eficiente de los residuos antes que el vertedero. La tecnología existente en la actualidad y los fuertes controles realizados en el proceso incineración garantizan la protección del medio ambiente y la salud de las personas, especialmente en lo relativo a la emisión de sustancias tóxicas.

Los países europeos que presentan una tasa de recuperación y aprovechamiento de los residuos más eficiente y sostenible, cuentan con la valoración energética como la opción final a utilizar para lograr una gestión y aprovechamiento efectivo del recurso residuo.

Sin embargo, es importante destacar que la valorización deberá ser una opción a considerar cuando la reutilización o reciclado del residuo no sea posible, atendiendo a la jerarquía de gestión de residuos de la Directiva Marco y la normativa estatal.

Los residuos de EPS presentan diversas opciones de reciclado, eliminándose así la fase de producción de materia prima, principal fuente de consumo de energía y recursos en la ciclo de vida de cualquier envase/embalaje.

No hay que olvidar tampoco que los envases de EPS tienen una fracción mínima de materia prima (2%), siendo el 98% restante aire, minimizándose aún más por tanto la cantidad de materia prima que se utiliza en su fabricación respecto a otros materiales de envase/embalaje. Además, su bajo peso, hace que el transporte de productos embalados con EPS sea más eficiente, minimizándose así las emisiones de CO2 derivadas de su logística.

Centros ECO-EPS

En España, la industria transformadora de EPS ha desarrollado una iniciativa pionera, la constitución de una red de Centros ECO-EPS para la recogida, tratamiento y reintroducción de los residuos de EPS limpio en la cadena de producción.

Además, como soporte adicional, se está desarrollando una red de información pública con el fin de identificar a todos los agentes que tratan residuos de poliestireno expandido y el tratamiento que se les da.

La fracción de residuos de envase y embalaje de origen doméstico puede depositarse en los contenedores amarillos destinados al plástico. También pueden ser entregados en los puntos limpios o centros de recogida convenidos con distintas organizaciones públicas y mercantiles para realizar el acopio de este material.

En definitiva, todos los flujos de residuos de EPS están cubiertos, tanto los derivados del uso doméstico, a través del Sistema Integrado de Gestión Ecoembes, como los provenientes del flujo industrial. De esta manera, se garantiza por orden de prioridad su reciclado, bien mecánico o de otro tipo, o si no su valorización energética, evitándose así en todo momento el vertido.

Fuente: Infoambiental

lunes, 24 de septiembre de 2012

Recuperación de cables: Caso práctico de Titech

(c) InfoEnviro
Los cables eléctricos son un material muy valioso debido al precio al alza del kilo de cobre pero se trata de un material difícil y costoso de recuperar de forma manual, haciendo que al final se pierda en el rechazo de planta.

En estos momentos de crisis económica, en los que resulta necesario optimizar todos los procesos y aprovechar al máximo todos los recursos, hay que tener en cuenta que es posible llevar a cabo este proceso de forma eficiente y viable económicamente gracias a la tecnología basada en sensores. La incorporación de esta tecnología permite a las empresas ser más competitivos y sobrevivir a este periodo convulso con éxito y vistas a futuro.

El Reto

Los cables eléctricos de cobre y las piezas de cobre constituyen componentes valiosos que se encuentran en muchas de fracciones consideradas a menudo como "residuales", por ejemplo:
En la fracción pesada de la fragmentadora donde aún tras pasar por un separador de Corrientes de Foucault queda aún mucho metal no férrico, especialmente cables eléctricos y acero inoxidable. Además hay que tener en cuenta que el porcentaje de cable eléctrico ha ido creciendo con el tiempo a medida que nuestros coches se ha indo tecnificando (PVFU).
En la fracción ligera de la fragmentadora, el ciclón aspira junto con las espumas y los textiles los cables eléctricos; resulta necesario retirar estos cables no sólo por su valor, sino para poder producir combustible de esta fracción (LVFU).
En las fracciones derivadas de los procesos de recuperación de equipos eléctricos y electrónicos (RAEES).
En la fracción hundida como en las fracciones flotadas derivadas de las plantas de flotación (DMS) tanto de metales como de plásticos.

Una identificación y separación eficiente de los cables de eléctricos en estos flujos no es posible con la tecnología de clasificación convencional. Tanto los recuperadores de cables como las posteriores fundiciones de cobre exigen un elevado grado de pureza. Esto sólo puede conseguirse eficazmente utilizando los nuevos sistemas de clasificación basados en sensores que explicaremos a continuación.

La solución

TITECH ha desarrollado un sistema de clasificación que reúne dos tecnologías:

TITECH finder (poly) que además de reconocer las partículas metálicas pequeñas mediante un sensor electromagnético (EM) de alta sensibilidad, identifica los revestimientos de plástico de PVC, PP, PE o caucho gracias a un sensor NIR (infrarrojo cercano) adicional de alta resolución.

Combinando las señales de ambos sensores con la tecnología de procesamiento de imagen SUPPIXX® recientemente desarrollada, se proporcionan unos resultados muy precisos. Esto significa que los cables eléctricos aislados son identificados con total seguridad y separados con el máximo grado de pureza gracias a un bloque de válvulas de alta velocidad y precisión.

Las ventajas de la tecnología basada en sensores
Máxima recuperación y alta pureza en el concentrado de cable eléctrico, que se traduce en un alto beneficio por la venta de esta fracción.
Los productos de alta calidad incrementan las oportunidades de negocio.
No existe pérdida de metales gracias al concepto en "dos etapas"
Reducción de residuos y por lo tanto costes de vertido más bajos.
Configuración modular e integración simple en plantas ya existentes.
Disponible una amplia gama de equipos con distintos anchos de trabajo para trabajar con altos caudales.
Corto periodo de amortización para las máquinas gracias a los elevados precios de venta de este concentrado de cable eléctrico.

El concepto del sistema

Los sistemas de clasificación pueden ser integrados a la perfección en diferentes tipos de procesos y adaptarse al material y al tamaño del flujo a tratar.

El diagrama muestra la fase en la que el sistema de clasificación TITECH puede utilizarse de forma óptima. El material de entrada, que ha sido triturado y separado de la fracción ligera, se criba. Los magnéticos y los separadores de corriente de Foucault separan los metales férricos y no férricos. TITECH finder separa entonces los metales remanentes incluyendo los cables eléctricos recubiertos de plástico. TITECH finder (poly) obtiene una fracción de mono-cable de elevada pureza derivada de este concentrado metálico. Gracias a la clasificación en dos etapas no se pierde ningún metal ya sea férrico o no férrico, lo que supone la máxima recuperación.

Proceso de recuperación de cable:


1. El material entra por la cinta

2. Pasa por el sensor electromagnético

3. Opcionalmente pasa además por el sensor NIR

4. El producto llega bien diferenciado a la cámara de separación

Fuente: InfoEnviro

viernes, 21 de septiembre de 2012

Proyecto europeo "Agrogas" para generar energía mediante residuos agrícolas



La Comunidad Europea ha creado el proyecto "Agrogas" con el objetivo de estudiar la rentabilidad del tratamiento de residuos de mataderos o purines. Mediante la biodigestión anaerobia, los residuos agrícolas pueden convertirse en biocombustible para las industrias, agua de riego o abono para la tierra. Agrogas trabajará en 100 explotaciones de Francia, España y Portugal.

En España, participan treinta explotaciones agrícolas extremeñas. Las actividades agrícolas consumen un 8% de la electricidad total de la Comunidad de Extremadura, porcentaje que desde la Agencia Extremeña de Energía se considera que debe reducirse. Para ello, confían en la generación de energía a través del tratamiento de residuos.

Dentro de nuestro país se le dará especial importancia a las explotaciones porcinas y a las agrícolas, como las del tomate, donde la Comunidad extremeña es líder, para llevar a cabo estos análisis.

 El Director General de Agricultura y Ganadería de la Comunidad de Extremadura, Jesús Barrios, ha destacado el papel de los residuos para la eficiencia de las empresas, mediante una óptima utililización de los mismos en la explotación que ayude a eliminar los sobrecostes.

Además, añadió de que en un futuro las explotaciones aumentarán debido al incremento de la demanda mundial de alimentos proteicos de origen animal; y será "cada vez más necesario", ha añadido, el tratamiento eficiente de los residuos.

Fuente: ABC

jueves, 20 de septiembre de 2012

Papel reciclado y paja de trigo: nuevos biocomposites para construcción

Tecnalia desarrollará nuevos biocomposites transformando residuos urbanos y agrícolas en productos de alto rendimiento para el sector de la construcción. Estos innovadores materiales se desarrollaran en el marco de INNOBITE (INNOvative BIocomposiTEs), un proyecto de colaboración del VII Programa Marco de la Comisión Europea que lidera Tecnalia y en el que participan otros centros de investigación y empresas europeas: VTT, EMPA, EXERGY, VERTECH, TECNARO, ECOPULP, ACF y CIMV.
La investigación, enmarcada en el desarrollo de una nueva economía europea basada en patrones sostenibles de consumo y producción, se apoya en dos ideas innovadoras: la valorización de la fracción inorgánica de paja de trigo y la obtención de nanofibras de celulosa (MFC) a partir de papel reciclado. Una vez aislados a través de procesos no contaminantes, estos dos compuestos serán aditivos de alto rendimiento en nuevas formulaciones poliméricas. Las dos fracciones principales de la paja de trigo: la lignina y la celulosa serán, respectivamente, la matriz polimérica y el material de refuerzo logrando así una máxima eficiencia de los recursos.

Para validar los nuevos materiales y procesos, se diseñarán y desarrollarán productos para aplicaciones en el sector de la construcción, concretamente paneles divisores de compartimentos y perfiles para cubiertas. Los nuevos productos se someterán a múltiples ensayos normalizados de resistencia y durabilidad, además de a tests de biodegradabilidad; de los primeros se espera que avalen su introducción en el mercado, al superar los requerimientos técnicos mínimos, mientras que los ensayos de biodegradabilidad pretenden destacar la mejora medioambiental frente a los productos actuales. Tanto los productos como los procesos productivos desarrollados a lo largo de todo el proyecto serán evaluados, respectivamente, mediante Análisis del Ciclo de Vida y Verificación Tecnológica Medioambiental, sometiéndolos así a los más rigurosos controles medioambientales.

La variabilidad del precio del petróleo así como el efecto que su uso tiene sobre los patrones climáticos globales han provocado en la última década una incesante búsqueda de materiales más sostenibles basados a menudo en compuestos naturales que puedan reemplazar a los productos derivados del crudo. Enmarcando esta necesidad en un contexto mucho más general, en marzo de 2010 las autoridades europeas lanzaron la Estrategia Europa 2020, hoja de ruta que ha de definir la evolución inmediata de nuestra sociedad de consumo, con 3 prioridades fundamentales:

El desarrollo de una economía basada en el conocimiento y la innovación (Crecimiento Inteligente)

Promover la eficiencia de los recursos naturales (Desarrollo Sostenible)

Potenciar una economía creadora de empleo (Crecimiento Integrador)

El proyecto europeo INNOBITE pretende tener un impacto directo en todas ellas incorporando los últimos avances científicos, apostando por la revalorización de dos abundantes subproductos naturales y confiando en las pequeñas y medianas empresas como vehículo de desarrollo.

La demanda de los biocompuestos está creciendo, y nuevos sub sectores como la Construcción Sostenible se están asentando en el mercado fuertemente apoyadas en políticas muy favorables y en una concienciación social creciente. Los productos desarrollados en el proyecto INNOBITE generarán nuevas oportunidades de negocio para las industrias del sector de la construcción, permitiéndoles abrirse a nuevos mercados y fomentando la creación de nuevas empresas, modelos y áreas de negocio.

Fuente: Unidad de Vigilancia Tecnológica Ecoinnovación

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Los bioplásticos se consolidan como materia prima alternativa gracias a la nanotecnología

El uso de bioplásticos en diferentes industrias como la del envase y embalaje se está consolidando como materia prima alternativa a los materiales convencionales derivados de fuentes no renovables como el petróleo. Para obtener prestaciones similares, los investigadores del proyecto SustainComp han recurrido a la generación de nuevos materiales a través del uso de nanotecnología, mediante la mezcla de bioplásticos y fibras de celulosa (fibras de madera y celulosa microfibrilada) como materiales de refuerzo.

En concreto, los investigadores han obtenido nuevos biocomposites que cubren las necesidades del producto y reducen el impacto medioambiental, manteniendo la rentabilidad en su proceso de producción.

El Instituto Tecnológico del Embalaje, Transporte y Logística (Itene) ha trabajado conjuntamente con la empresa italiana Novamont y la compañía sueca de investigación Innventia en la evaluación de la sostenibilidad de los nuevos materiales desarrollados para diferentes aplicaciones tales como un sistema de cushioning (amortiguamiento) para aparatos electrónicos (creado por la empresa SCA packaging); un componente de asiento para autobuses urbanos (Elastopoli); bloques interconectables para juguetes (Polykemi); un panel display para aplicaciones de publicidad (3A Composites), y un set de cubiertos para catering (Novamont).

Esta evaluación se llevó a la práctica a través de la implantación de los criterios de ecodiseño (diseño con menor impacto ambiental) en cinco de los prototipos de producto realizados para demostrar la utilidad del proyecto.

El jefe de proyectos de Sostenibilidad de Itene, Antonio Dobón, realizó una ponencia conjunta con el especialista en Análisis de Ciclo de Vida de Novamont, Francesco Razza, en la conferencia final del proyecto en la que presentó los resultados positivos de sostenibilidad y ecodiseño de dichos prototipos, todos ellos fabricados en composites de bioplásticos (PLA y Mater-Bi reforzados con fibras de madera y celulosa microfibrilada).

Los resultados de la evaluación de los nuevos materiales para las aplicaciones de los demostradores del proyecto confirmaron la mejora ambiental sobre algunos efectos tales como el cambio climático, o la disminución de recursos no renovables. En el caso de su desarrollo industrial se espera que estos materiales sean económicamente competitivos, si se tiene en cuenta un escenario futuro en el que se produzca un incremento del precio del petróleo y la implementación de políticas ambientales más restrictivas en muchos países.

Por ejemplo, la sustitución de las fibras de vidrio por las fibras de madera es clave para el éxito de la aplicación de componente de asiento para autobús urbano (aplicación duradera), mientras que la recuperación a través del reciclado orgánico es la característica que marca las diferencias para la aplicación del set de cubiertos biodegradables (aplicación desechable).

La Conferencia Final de SustainComp contó con la presencia de más de 60 asistentes de empresas, universidades y centros tecnológicos de Europa, EE UU y Japón.

Los resultados de este trabajo de I+D, financiado por el 7º Programa Marco de la Unión Europea, generarán nuevas oportunidades para las industrias basadas en productos forestales, biorrefinerías e industrias de bioplásticos para abrir nuevos mercados, así como para la creación de nuevas empresas, modelos y áreas de negocio.

Fuente: Infoambiental

martes, 18 de septiembre de 2012

Residuos orgánicos: ¿son un buen abono?

El Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología de Salamanca (IRNASA, centro del CSIC) ha estudiado los efectos que produce la aplicación de residuos orgánicos como abono sobre la degradación de los fungicidas que llegan al suelo tras ser aplicados para combatir enfermedades de las plantas. Así, junto a la Universidad de La Rioja, los científicos han analizado cómo se disipan algunos de estos productos químicos cuando los agricultores aplican simultáneamente al suelo como enmienda un sustrato postcultivo de hongos. Los resultados, publicados en la revista Journal of Agricultural and Food Chemistry, apuntan a que estos desechos orgánicos ralentizan la degradación de los fungicidas, lo cual tiene efectos sobre la posible contaminación de suelos y aguas del entorno.

María Jesús Sánchez, investigadora principal del grupo de 'Contaminación de Suelos y Aguas por Pesticidas' del IRNASA, firma el artículo junto a sus compañeros Jesús María Marín-Benito y Sonia Rodríguez-Cruz y a Marisol Andrades, investigadora riojana. Sánchez señala que es importante estudiar estos procesos ya que pueden provocar contaminación de aguas superficiales o subterráneas.

El sustrato postcultivo de hongos es un material orgánico que queda como residuo después de cultivar setas o champiñones y está conformado por los materiales del compost utilizado para su producción: paja, serrín, estiércol, carbohidratos o yeso. Puesto que en La Rioja el cultivo más destacado tras el viñedo es el del champiñón, este desecho podría utilizarse posteriormente como fertilizante en los suelos de los viñedos, debido a que tienen un contenido muy bajo en materia orgánica.

La aplicación de residuos orgánicos a los suelos en combinación con productos químicos para las plantas ya fue objeto de estudio anteriormente por el IRNASA, que ha demostrado que modifica la adsorción, movilidad y degradación de los plaguicidas. En esta ocasión, el trabajo publicado analiza la disipación de cuatro fungicidas de diferente estructura química: iprovalicarb, metalaxil, penconazol y pirimetanil, de empleo muy frecuente en el cultivo de la vid para combatir enfermedades como el oídio y el mildiú y la podredumbre.

Un agricultor puede aplicar al suelo del viñedo los sustratos postcultivo de hongos directamente, cuando aún están frescos, o tras un proceso de compostaje. Los datos del estudio apuntan a que las consecuencias son muy diferentes. Con el residuo compostado se reduce la velocidad de degradación de todos los fungicidas; en el caso del residuo fresco apenas frena la velocidad de degradación en alguno de los compuestos químicos.

La conclusión es que los residuos postcultivo de champiñón "pueden servir para controlar el mecanismo de degradación de los fungicidas". Si bien esto puede evitar que se dispersen rápidamente, el producto químico persiste durante más tiempo, aunque "el final deseado para los fungicidas es su transformación en CO2". Por otra parte, el sustrato postcultivo puede favorecer también la formación de productos de degradación con diferente capacidad de adsorción por el suelo que el fungicida original. Además, las comunidades microbianas del suelo también sufren modificaciones debido a la combinación de residuos orgánicos y fungicidas.

El trabajo, financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad, se ha realizado en colaboración con el Centro Tecnológico de Investigación del Champiñón, en La Rioja, y la empresa Intraval.

Fuente: Gestores de Residuos

lunes, 17 de septiembre de 2012

Nueva planta de cogeneración con biomasa en Bizkaia


La empresa Smurfit Kappa Nervión S.A. –sociedad del Grupo SMURFIT KAPPA, líder mundial de papel y cartón de embalaje-, ha puesto en marcha recientemente una nueva planta de cogeneración de vapor, con una potencia instalada de 21,4 MW.

El proyecto se inició a mediados de 2009 con el lanzamiento de las fases de ingeniería y compra de los equipos principales. En enero de 2011 se iniciaron las etapas de construcción y montaje. Se han invertido 20 millones de euros en energía renovable procedente de biomasa, con el objetivo de reducir el impacto medioambiental y mejorar la competitividad de la planta de Iurreta (Bizkaia), una fábrica integrada de pasta y papel kraft para sacos.

El uso de biomasa pretende incrementar la generación de energía térmica y eléctrica de la planta en un 40%, aumentando la eficiencia de los equipos instalados y ampliando la capacidad de tratamiento y gestión de los residuos forestales. De esta manera, se producirán 120.000 MWh al año de energía renovable y se alcanzará una tasa de autosuficiencia energética superior al 65%.

Para ello, se utiliza una trituradora multifuncional, capaz de procesar todo tipo de biomasa residual procedente de explotaciones forestales, en línea con un sistema de clasificación, selección y almacenamiento de la biomasa procesada, que permite incrementar el consumo de biomasa forestal en más de 40.000 Tn/año.

Para la puesta en marcha de la planta de cogeneración ha sido necesaria la construcción de un nuevo edificio de estructura metálica y hormigón para albergar el nuevo turbo generador de vapor a condensación de una potencia de 21,4 MW, así como la ampliación del sistema de refrigeración con la construcción de cuatro nuevas torres de refrigeración y capacidad para circular 2.500 m3/h de agua en proceso continuo.

A los residuos de biomasa que se revalorizan como combustible, licor negro, -subproducto procedente de la cocción de la madera y cortezas generadas en aserraderos y en la propia planta por el descortezado de las apeas utilizadas en la fabricación del papel-, hay que añadir, tras la puesta en marcha de la nueva línea de triturado, residuos forestales procedentes de operaciones silvícolas como podas, desbroces y cortas fitosanitarias que fomentan la gestión forestal sostenible y ayudan a mantener los montes limpios.

Fuente: Smurfit Kappa Nervión S.A.

viernes, 14 de septiembre de 2012

Acciona construirá la mayor planta de tratamiento de aguas residuales de Costa Rica



Acciona y el Gobierno de Costa Rica han firmado un contrato con una inversión de más de 35 millones de euros que empleará a más de un millón de personas en la capital para la construcción de Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) de Los Tajos, situada en el área metropolitana de San José. Las áreas de trabajo serán el diseño, la contrucción, la puesta en marcha, la transferencia de tecnología y la asistencia técnica durante el proceso y su mantenimiento.

El diseño será el de una Planta de Tratamiento de Aguas Residuales de tipo primario con tratamiento completo de lodos para un caudal promedio diario de 2,81 m3/s y máximo de 3,45 m3/s (Fase I). Tendrá capacidad para servir a más de un millón de personas, lo cual constituye aproximadamente el 65% de la población de San José.

Respecto a la construcción, se prevé un periodo de 30 meses. A las fases de transferencia tecnológica y asistencia técnica se les ha otorgado un plazo de dieciocho meses.

La Planta de Tratamiento de Aguas Residuales de Los Tajos forma parte del Proyecto de Mejoramiento Ambiental de San José, con una inversión total de 290 millones de dólares. Cuenta con un préstamo del Banco Japonés para la Cooperación Internacional.

La PTAR constituye el núcelo de la I Etapa de este proyecto; las etapas siguientes contemplan la rehabilitación y extensión de la red de colectores y redes secundarias de alcantarillado en más de 360 kilómetros. Los objetivos son reducir a nivel nacional las aguas de alcantarillado sanitario sin tratamiento, del 20% actual al 0,1%, y sanear la cuenca del río Tárcoles. Así se reducirá el riesgo para la salud pública y se preparará la ciudad para un próximo crecimiento.

Acciona ya ha realizado proyectos en Costa Rica enocasiones a través de su división de Energía. El parque eólico de Chiripa, de 49,5 MW de potencia, supuso una inversión de unos 98 millones de euros, aproximadamente.

Pero los intereses de Acciona contemplan toda Latinoamérica: Su objetivo global es la desalación y tratamiento de las aguas, y para ello ha realizado proyectos en diferentes países desde 2008. Entre ellos, la construcción de la primera desaladora por ósmosis inversa de Venezuela; la asistencia técnica y el mantenimiento de la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) de Arrudas, en Brasil, o la construcción de la planta potabilizadora y el acueducto de Peravia, en República Dominicana.

Entre sus proyectos actuales, Acciona está construyendo la planta depuradora más grande del mundo en Atotonilco, México, y ha ganado el contrato para la construcción, diseño, operación y mantenimiento de la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) de Bello en Medellín (Colombia), además de una desaladora para la industria minera en el Valle de Atacama en Chile y dos depuradoras en Perú.

Fuente: Infoambiental

jueves, 13 de septiembre de 2012

Nuevo invernadero para valorizar residuos agrícolas en Almería



El Centro Tecnológico Tecnova ha construido, en colaboración con empresas del sector de la Industria Auxiliar Agrícola (IAA), un invernadero que pretende revolucionar el campo agrícola almeriense. Esta iniciativa, surgida de la cooperación empresarial, se encuentra enmarcada dentro de un proyecto innovador conocido como “Gestión energética integral de sistemas de cultivo bajo invernadero”, que está financiado por la Consejería de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo de la Junta de Andalucía.


Con el nombre de Solnova, se ha proyectado este invernadero tecnológico, diseñado y calculado por el equipo técnico del departamento de Tecnología de Producción Hortofrutícola del Centro Tecnológico Tecnova, cumpliendo con las directrices del Código Técnico de la Edificación y la norma UNE EN 13031-1 2001.

Solnova, se trata de un invernadero con diseño innovador, elevada inercia térmica gracias a sus 5 m bajo canal, y cuya cubierta está diseñada a dos aguas (en forma triangular) y con una estructura de cerchas, capaz de soportar cultivos de envergadura, realización de técnicas de interplanting y novedosas instalaciones de canales colgantes.

El invernadero Solnova se presenta como parte de los resultados del proyecto de investigación “Gestión energética integral de sistemas de cultivo bajo invernadero”, cuyo objetivo es la creación de nuevas estructuras mejoradas y sostenibles, persiguiendo un ciclo cerrado en producción invernada a través del uso de inputs y valoración de residuos de la agricultura intensiva.

Tecnova presenta con este invernadero una alternativa a la actual producción intensiva que permite la optimización y reutilización de recursos naturales y la reducción del consumo de insumos; para ello, en el proyecto se ha trabajado con tecnologías de recuperación de residuos, recirculación de nutrientes, lucha integrada, recuperación de aguas y sistemas de energías renovables (fotovoltaica y minieólica) que proveen los consumos eléctricos necesarios.


Otra de las aportaciones del proyecto es un sistema de valorización de residuos agrícolas que permite la separación de hilos plásticos de rafia de los residuos orgánicos. La idea fundamental es aportar un valor añadido a los residuos orgánicos generados en los invernaderos, introduciéndolos en el ciclo de cultivo como materia prima para los sistemas de calefacción, constituyendo un proceso cerrado, eficiente y respetuoso con el medio ambiente.

El invernadero Solnova, se encuentra ubicado dentro de un complejo ambicioso de infraestructuras invernadas y otras instalaciones, conocido como Centro Experimental, promovido por el Centro Tecnológico Tecnova, y formado por una superficie de 12 hectáreas, que permitirá a las empresas que así lo deseen, realizar ensayos experimentales, en un entorno estratégico como es Viator, lugar idóneo entre el Poniente y Levante almeriense.

Estas instalaciones se componen de: 3 hectáreas de invernaderos construidos de diversas tipologías (raspa y amagado, multitúnel, ojival, prototipos experimentales como el invernadero Solnova, y el invernadero Raspa y Amagado según norma AENOR,…), 6 has para desarrollos tecnológicos de las empresas, un semillero de 400 m2, 2 invernaderos gemelos de 400 m2, aulas de formación de 200 m2, un almacén-área de manipulado de 400 m2, un área de exposición de tecnología de 1.500 m2, invernaderos equipados con las últimas tecnologías en riego, control climático y un área de gestión y tratamiento de residuos.

Dicho complejo de infraestructuras, permite prestar servicios a las empresas en cuanto a verificación de estructuras de invernaderos sobre cultivo, análisis de vida útil de cubiertas de invernaderos, ensayos de variedades, ensayos de eficiencia de control biológico sobre cultivo, evaluación de productos fitosanitarios, integración de energías renovables en la agricultura intensiva y análisis de lixiviados.

Asimismo, se realizarán evaluaciones y estudios de nuevas tecnologías, técnicas de cultivo, producción integrada, ecológica, eficiencia energética en invernaderos, dirección y ejecución de los ensayos de campo, etc.

En definitiva, el Centro Experimental proporciona mejoras desde la investigación a la horticultura intensiva bajo invernadero mediante la innovación en la gestión energética de la explotación, el diseño y planificación e instalaciones, la gestión en el uso de inputs y la valorización de los residuos de la agricultura intensiva.


Fuente: Gestores de Residuos

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Nueva planta de CDR en Castellón


El Gobierno Valenciano apuesta por la innovación y el reciclaje para fomentar la sostenibilidad. Por ello, ha invertido más de 9 millones de euros en la Planta de Tratamiento y Vertedero de Residuos Urbanos de RECIPLASA, donde el Jefe del Consell colocó simbólicamente la primera piedra para las nuevas instalaciones de Transformación de Rechazo en Combustible Derivado de Residuos (CDR).

Según declaraciones de Fabra, esto "constituye un proyecto pionero en España que convertirá a Onda y a la Comunitat en un referente medioambiental, ya que albergará la primera planta de combustible derivado de residuos de nuestro país". Además ha afirmado que con este proyecto "damos un paso más, no sólo recogemos los residuos, sino que queremos ser mucho más eficientes y el 90 por ciento de los residuos que el ciudadano pone en el contenedor va a ser reutilizado o reciclado".

La nueva planta tendrá una capacidad de 100.000 toneladas anuales, con una producción de salida de 70.000 toneladas, aproximadamente. RECIPLASA gestiona anualmente unas 170.000 toneladas de RSU de diferentes municipios, lo que la convierte en una de las primeras plantas de la Comunitat, razón por la que ha sido escogida para este proyecto.

RECIPLASA surgió por la unión de varios ayuntamientos que previamente constituyeron una empresa pública de gestión de residuos.

Cada vez son más las Comunidades Autónomas que apuestan por la instalación de plantas de CDR como medida de sostenibilidad. El combustible derivado de resuiduos, considerado todavía un combustible alternativo, cuenta con numersos beneficios; entre ellos, la reducción de emisiones de CO2 a la atmósfera y el ahorro en combustibles fósiles, recurso limitado.

 Fuente: Generalitat Valenciana