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viernes, 21 de septiembre de 2012

Proyecto europeo "Agrogas" para generar energía mediante residuos agrícolas



La Comunidad Europea ha creado el proyecto "Agrogas" con el objetivo de estudiar la rentabilidad del tratamiento de residuos de mataderos o purines. Mediante la biodigestión anaerobia, los residuos agrícolas pueden convertirse en biocombustible para las industrias, agua de riego o abono para la tierra. Agrogas trabajará en 100 explotaciones de Francia, España y Portugal.

En España, participan treinta explotaciones agrícolas extremeñas. Las actividades agrícolas consumen un 8% de la electricidad total de la Comunidad de Extremadura, porcentaje que desde la Agencia Extremeña de Energía se considera que debe reducirse. Para ello, confían en la generación de energía a través del tratamiento de residuos.

Dentro de nuestro país se le dará especial importancia a las explotaciones porcinas y a las agrícolas, como las del tomate, donde la Comunidad extremeña es líder, para llevar a cabo estos análisis.

 El Director General de Agricultura y Ganadería de la Comunidad de Extremadura, Jesús Barrios, ha destacado el papel de los residuos para la eficiencia de las empresas, mediante una óptima utililización de los mismos en la explotación que ayude a eliminar los sobrecostes.

Además, añadió de que en un futuro las explotaciones aumentarán debido al incremento de la demanda mundial de alimentos proteicos de origen animal; y será "cada vez más necesario", ha añadido, el tratamiento eficiente de los residuos.

Fuente: ABC

viernes, 29 de junio de 2012

Enusa inaugura una innovadora planta de biogás en Salamanca


La nueva instalación aprovecha los residuos agrícolas y ganaderos para producir electricidad y fertilizantes.


El presidente de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), Ramón Aguirre, ha sido el encargado de inaugurar oficialmente la nueva planta de biogás de Enusa en Juzbado después de su puesta en funcionamiento en el pasado mes de diciembre.

Esta planta es la primera de origen agroganadero de estas características instalada en Castilla y León y sus objetivos son:
  • La gestión de los residuos agroganaderos y agroindustriales
  • La obtención de energía renovable
  • La valorización agronómica del digestato
  • La reducción de emisiones de gases de efecto invernadero


Desde diciembre de 2011, en la nueva planta se han tratado 7.910 toneladas, de las que 7.000 han sido de purín, 800 de polvo de cereal, 60 de lodos de matadero y 50 de lactosuero en las más de 3.000 horas de funcionamiento. Durante este tiempo, la planta de biogás ha generado 1.082.613 kWh de energía y 800 metros cúbicos de digestato.

El proceso de producción de biogás consiste fundamentalmente en introducir los residuos agroganaderos en un digestor -que es un tanque cerrado- que con una determinada humedad y en ausencia de oxígeno (digestión anaeróbica) hace que los residuos se descompongan y produzcan gas metano y fertilizantes orgánicos ricos en nitrógeno, fósforo y potasio.

Como resultado de este proceso se obtiene por un lado el biogás (con un alto porcentaje de metano que puede combustionarse generando energía que se vierte a la red eléctrica) y por otro lado, los residuos con una gran concentración de nutrientes y materia orgánica estabilizada, que pueden aplicarse como abonos orgánicos.

De este modo, Enusa se compromete a combatir dos de los mayores problemas medioambientales: las emisiones de gases de efecto invernadero y los residuos generados.

Ramón Aguirre ha destacado en la inauguración que "estamos ante una planta cuyas dos grandes aportaciones a las industria son: el respeto al medio ambiente y la innovación del procedimiento por el que se va a generar la energía eléctrica". Aguirre recordó que se han invertido "tres millones de euros, todos ellos provinientes del presupuesto de Enusa".

Además, Aguirre -que visitó el resto de instalaciones de Enusa en la provincia, subrayó: "He podido comprobar el compromiso de Enusa con Salamanca, que viene desde el año 70, que se traduce en la estabilización de 850 puestos de trabajo y de 15 filiales que trabajan para el entramado de la empresa. Los pedidos que tiene en el horizonte garantizan todos los puestos de trabajo al menos hasta 2020, por lo que Enusa hace una aportación muy importante a la economía de Salamanca", añadió.

Aguirre ha estado acompañado del alcalde de Salamanca Alfonso Fernández Mañueco, el presidente de la Diputación Javier Iglesias, el subdelegado de Gobierno, Javier Galán o el presidente de la Cámara de Comercio, Juan Antonio Martín Mesonero, entre otros.
Fuente: TRIBUNAsalamanca.com (28/06/2012)

martes, 19 de junio de 2012

Residuos agroindustriales como base para la fabricación de envases biodegradables


El aislado de proteína de soja es un subproducto de la producción del aceite de soja y ha sido la materia prima de los materiales biodegradables preparados por el doctor Pedro Guerrero

En la actualidad, el empleo de plásticos está muy extendido para diversos usos. Sin embargo, la utilización de recursos no renovables para producir plásticos sintéticos tiene un importante impacto ambiental. En concreto, el empleo intensivo de polímeros que no son ni biodegradables ni renovables por parte del sector del envase está generando un grave problema en la gestión de los residuos, principalmente los urbanos, ya que los materiales empleados para este fin son generalmente desechados tras un solo uso.

El diseño de envases basados en biopolímeros tiene que tener en cuenta consideraciones de diversa naturaleza de cara a poder fabricar materiales con las propiedades requeridas para la aplicación deseada. Consciente de ello, el investigador Pedro Guerrero ha obtenido materiales biodegradables utilizando las técnicas de procesado empleadas en la obtención de los materiales sintéticos, valorizando un subproducto industrial (proteína de soja) para la fabricación de envases alimentarios.

La tesis doctoral internacional que ha presentado en la UPV/EHU se titula 'Processing and characterization of soy protein-based materials', inscrita en el programa de doctorado de Ingeniería de Materiales Renovables del Departamento de Ingeniería Química y del Medio Ambiente.

Proteína de soja como materia prima

Las proteínas vegetales están disponibles en gran cantidad, siendo los residuos de la industria de soja, especialmente los generados en la producción de aceite, los de mayor volumen. La extracción con solvente es un proceso industrial, actualmente utilizado para la obtención de aceite de soja, en el que la soja se divide en dos fracciones: un aceite crudo, que puede transformarse en aceite de cocina, y una fracción proteica (harina de soja), que se transforma en aislado y concentrado.

Las proteínas son biopolímeros con potenciales propiedades para aplicaciones en el campo de envases por su capacidad para formar films con buenas propiedades barrera en condiciones secas. Además, al ser biodegradables y provenir de recursos renovables, ofrecen importantes ventajas desde el punto de vista medioambiental y económico. "Sin embargo, los films basados en proteínas son frágiles y presentan una baja resistencia a la humedad, por lo que se requiere su modificación para fabricar materiales útiles en las condiciones de servicio. El objetivo de la tesis ha sido reducir la absorción de humedad y simultáneamente mejorar las propiedades mecánicas de los materiales fabricados con proteína de soja. Para ello, es necesaria la adición de sustancias que puedan interaccionar con los grupos polares de la proteína, reduciendo así su carácter hidrofílico y la absorción de humedad, y que a la vez puedan actuar como plastificantes, reduciendo la fragilidad del material fabricado. Además, las condiciones de procesado también influyen en las propiedades del material, por tanto, la optimización del procesado ha sido otro de los objetivos de la tesis", explica el investigador Pedro Guerrero.

Productos biodegradables con buenas propiedades en servicio

En el presente trabajo se han obtenido materiales transparentes con excelentes propiedades funcionales que han sido procesados por las técnicas industriales convencionales (extrusión, compresión). "Además, las propiedades mecánicas de los materiales permanecen invariables tras dos meses de almacenamiento, lo que resulta de gran interés de cara a la aplicación de los mismos como envases. Por otra parte, la resistencia a la luz ultravioleta es excelente, sugiriendo el potencial de estos materiales para su uso como envases para alimentos ya que retardan la oxidación del producto envasado por efecto de la luz. Es también de destacar que el material obtenido presenta una permeabilidad al oxigeno inferior a 10 g/m2día, indicando que se trata de materiales impermeables", concluye Guerrero.

Sobre el autor

Pedro Guerrero (Donostia-San Sebastián, 1966) es ingeniero Técnico Industrial, máster en Ingeniería de Materiales Renovables y doctor internacional por la UPV/EHU en el programa de de doctorado de Ingeniería de Materiales Renovables. Ha redactado la tesis bajo la dirección de la doctora Koro de la Caba, profesora titular en la Escuela Universitaria Politécnica de Donostia de la UPV/EHU. Durante la realización de la tesis, Pedro Guerrero colaboró con el doctor Joseph Kerry, director del grupo de investigación 'Food Packaging' de la University College Cork (UCC) de Irlanda. En la actualidad, el doctor Guerrero es personal investigador contratado en el Departamento de Ingeniería Química y del Medio Ambiente de la Escuela Universitaria Politécnica de Donostia de la UPV/EHU.
Fuente: EHU.es (18/06/2012)

lunes, 18 de junio de 2012

Calefacción a partir de biomasa, solución a los residuos agrarios


La Fundación Cajamar y Coexphal expusieron en su último seminario los resultados de proyectos de investigación de la presente campaña 

En la provincia de Almería se generan cada año 900.000 toneladas de residuos agrarios procedentes de los invernadero, entrañando para el sector agrario un problema que, con el paso de los años, ha quedado demostrado que sigue sin una solución efectiva. Estos datos se exponían en el último seminario agronómico de la actual campaña, organizado por la Fundación Cajamar y Coexphal para exponer los resultados de los proyectos de investigación en los que los expertos han trabajado en el último año. En relación a la problemática de la generación de restos vegetales y su posterior gestión, desde la Fundación Cajamar trabajan en un proyecto centrado en producir calor a partir de biomasa. María Dolores Fernández, investigadora de la Estación Experimental 'Las Palmerillas' de la Fundación Cajamar, centró parte de su intervención en exponer los resultados del proyecto que se lleva a cabo, determinando la oportunidad de utilizar estos restos vegetales como fuente de calor y dióxido de carbono para los cultivos de invernadero, ya que «los residuos de invernadero están formados principalmente por carbono, de esta manera se puede eliminar el problema medioambiental derivado de la generación de residuos, además de reducir el coste de producción en los invernaderos por uso de combustibles fósiles así como aumentar el beneficio como aumentar el beneficio por el aumento de producción derivado del uso de calefacción y técnicas de enriquecimiento carbónico».

miércoles, 30 de mayo de 2012

Un estudio de la UJI apuesta por la biometanización de los residuos biodegradables como generador de biogás

La biometanización de los residuos biodegradables podría convertirse en una alternativa eficaz en la gestión tradicional de los residuos, capaz de generar energía renovable como el biogás (compuesto fundamentalmente de metano y dióxido de carbono); reducir el volumen y peso de los residuos que van a los vertederos y disminuir la emisión de metano a la atmósfera, muy adecuada para un país como España, con un amplio tejido agrícola y mucha industria agroalimentaria, según las conclusiones de la investigación realizada por el ingeniero industrial de la Universitat Jaume I de Castellón, Álvaro Álvarez Arregui.

El objetivo fundamental de la biometanización es la reducción del volumen de residuos biodegradables como consecuencia del proceso anaeróbico (sin oxígeno) de descomposición producido por las bacterias y microorganismos en la materia orgánica mediante el que se obtiene una fracción gaseosa llamada biogás, que puede ser utilizada por la producción de electricidad, combustible para vehículos o como nutriente por la tierra.

viernes, 11 de mayo de 2012

Agrowaste saca el jugo a los restos vegetales


La industria agroalimentaria produce anualmente millones de toneladas de desechos para los que se debe de buscar una salida que permita reducir el impacto ambiental que provocan en el medio ambiente, así como mejorar la competitividad de las empresas. En los últimos años ha cobrado fuerza la vía de aplicar y desarrollar nuevas técnicas para sacarles un provecho y obtener un beneficio económico. 'Agrowaste' es un nuevo proyecto europeo que pretende aportar un valor añadido a los residuos y subproductos orgánicos (pieles, huesos, cáscaras, lodos de depuración,...) que se generan a diario en las empresas de productos transformados de frutas y hortalizas, a través del uso de tecnologías limpias.

Se trata de una iniciativa liderada por el Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura (Cebas-CSIC), que cuenta con la colaboración del Centro Tecnológico de la Conserva y la Alimentación (CTC) y la Agrupación de Conserveros y Empresas de Alimentación de Murcia, Alicante y Albacete (Agrupal).

El proyecto, que tiene un presupuesto de 1,7 millones de euros y ha recibido para su ejecución ayudas del programa europeo Life+, se desarrollará íntegramente en la Región de Murcia durante los próximos tres años. La elección se debe a su larga tradición en el sector de los transformados de frutas y vegetales (conservas, zumos,...), así como el potencial que tiene para llevar a cabo acciones de valorización, desarrollando productos a partir de la gran cantidad de residuos agroalimentarios que se generan. El proyecto podría aplicarse en el futuro en otras zonas con características similares a las de la Región en concentración de industria agroalimentaria.

'Agrowaste' tiene como objetivo ayudar a las empresas a tomar decisiones sobre la manera más adecuada de aprovechar y sacar el máximo rendimiento a los restos que resultan de las frutas y hortalizas procesadas. La idea es que puedan disponer antes de 2014 con una información extensa y detallada sobre las diferentes posibilidades tecnológicas que tienen para obtener la mayor rentabilidad de sus residuos, incluyendo estudios económicos y de viabilidad en consonancia con la política medioambiental de la Unión Europea.

La coordinadora del proyecto y científica titular del Cebas, Margarita Ros, señala que la primera fase consiste en la creación de una base de datos con todos los residuos y subproductos orgánicos que se crean en el proceso de transformación de vegetales, que incluirá la mayor cantidad de información «para una caracterización tanto cualitativa como cuantitativa».

Para este fin, se tendrán en cuenta aspectos como el tipo de residuo o subproducto orgánico, el proceso agroindustrial involucrado y la estacionalidad y localización por comarcas de los diferentes restos vegetales considerados. También incorporará una estimación de los volúmenes generados para cada residuo, de acuerdo con las fuentes y las condiciones técnicas en las que se producen, además de las características físicas, químicas y biológicas, y la gestión y métodos de eliminación utilizados hasta el momento, para los que se valorará el coste económico, los problemas ambientales y las dificultades técnicas.

De acuerdo a los estudios con los que trabajan los investigadores, realizados por el CTC y Agrupal, el cardo (penca, hoja y corazón), la alcachofa (brácteas y tallos) y la naranja para zumo (piel, cortezas y semillas), con un porcentaje que oscila entre el 60% y el 65% de restos del total de materia prima procesada, son los que más residuos generan.

Entre los que menos cantidades producen se encuentran los brotes de ajo (partes blancas), con un 17%, el tomate (piel, pepita y podridos), con un 15%, y las espinacas (hojas secas), con tan solo un 13%.

Otros datos que se tienen en cuenta son el volumen de agua residual y la cantidad de lodos de depuradora que generan estos productos durante su elaboración. La alcachofa se encuentra de nuevo entre las primeras, con una cifra que varía entre los 500 y los 1.600 metros cúbicos de agua residual y de dos a cuatro toneladas de lodos por cada 100 toneladas procesadas. También destaca el melocotón, que produce entre 600 y 900 metros cúbicos y entre 4 y 7 toneladas de lodo (pudiendo llegar hasta las 11), y el pimiento, entre 500 y 900 m3, puesto que, junto a la alcachofa, son los productos que más se procesan en la Región.

Aunque 'Agrowaste' está dirigido inicialmente a los productos vegetales transformados, en el futuro se puede ampliar a otros tipos de residuos.

Herramienta 'on line'

La segunda fase del proyecto consiste en poner en marcha una base de datos de las tecnologías limpias para la gestión y valorización de los residuos y subproductos orgánicos. En esta tarea se recopilarán estrategias, métodos y tecnologías limpias que existan a nivel de desarrollo científico-técnico. Para ello, se utilizará toda la información que esté al alcance de los investigadores a través del uso de meta-buscadores específicos capaces de rastrear tecnologías existentes en bases de datos de patentes mundiales, noticias, comunicados de prensa, bases específicas,...

'Agrowaste' contempla el desarrollo de una herramienta informática 'on line', un sistema de decisión inteligente (SDI), que permitirá proporcionar soluciones viables a los casos particulares. Se atenderá a variables como la tipología de los residuos, el volumen, su estacionalidad, la complementariedad con otros restos, la localización,... El sistema, una vez analizadas todas las opciones, recomendará la tecnología más adecuada para aprovechar y dar un valor añadido a los restos vegetales de acuerdo al caso concreto y específico que plantee cada empresa.

José Antonio Pascual, uno de los investigadores científicos del Cebas-CSIC que participa en el proyecto, subraya que, una vez se recopile toda la información, se realizarán demostraciones piloto a escala de las propuestas más viables «para que los empresarios puedan comprobar 'in situ' cómo se puede aprovechar los residuos». Las pruebas irán dirigidas inicialmente a tres sectores: extracción de compuestos de interés, energía y agricultura, que podrían ampliarse en el futuro.

Las frutas y vegetales contienen sustancias de gran interés en la producción alimentaria. A partir de sus restos se pueden extraer, por ejemplo, fibras, compuestos fenólicos o compuestos aromáticos, que se utilizan posteriormente para el enriquecimiento de zumos, leche, frutas en conserva... Se trata de una práctica habitual en el sector alimentario y en el cosmético.

Generar energía

El proyecto también busca mejorar los métodos para obtener energía, puesto que la digestión anaerobia (DA) de los restos y subproductos más adecuados, los que seleccione el sistema de decisión inteligente, permitirá conseguir una mayor cantidad de biogás. Además, el digestato final (subproducto resultante de la DA) se estabilizará mediante un tratamiento aerobio (compostaje) para su aprovechamiento en la agricultura, puesto que se puede utilizar como enmienda orgánica de suelo en diferentes cultivos, como sustituto parcial o total de la turba como sustrato de cultivo en semillero e incluso como biofertilizante, biopesticida o bioestimulante.

El investigador resalta que la inversión en métodos para aprovechar los residuos conlleva un importante ahorro económico. También señala que la idea del proyecto es que, según el tamaño de las empresas, se puedan compatibilizar varias tecnologías limpias en una de gran potencial, así como que varias pequeñas puedan colaborar entre sí encargándose cada una de una técnica en concreto.

«El sistema lógico de trabajo es una gestión integral de los residuos, que consistiría en que al producirse el residuo de las frutas y hortalizas procesadas, se extraen en primer lugar los compuestos de interés para la alimentación. Después, lo que queda se aprovecha para obtener biogás. Una vez que ya no produce más energía, la cantidad restante se somete a una bioestabilización aerobia para utilizarla como enmienda orgánica en el campo o sustrato de cultivo. El objetivo es alcanzar el residuo cero», explica.

Los responsables del proyecto tienen previsto realizar numerosas campañas para concienciar a las empresas agroalimentarias de la rentabilidad económica y la importancia medioambiental de la valorización de los residuos y subproductos orgánicos que generan. Para ello, difundirán los resultados alcanzados en el ámbito local a través de la asociación de conserveros y empresas de la alimentación y mediante la página web del proyecto.
Fuente: LaVerdad.es (08/05/2012)

miércoles, 18 de abril de 2012

Investigan el uso de residuos plásticos agrícolas en base de asfalto de carreteras

El Grupo de Ingeniería de Fluidos Complejos de la Universidad de Huelva está desarrollando una línea de investigación tendente a comprobar la viabilidad del uso de residuos plásticos agrícolas en la fabricación de mezcla bituminosa para uso en carreteras siguiendo la tecnología de vía seca.

La consejera de Obras Públicas, Josefina Cruz, y el rector de la Universidad de Huelva, Francisco José Martínez, han firmado hoy un acuerdo por el que la Junta de Andalucía financiará con 406.000 euros, el 80 por ciento procedente de fondos europeos, este proyecto de investigación, que ha sido seleccionado en el marco de la línea de incentivos para proyectos de i+D+i que impulsa dicha Consejería y que tiene como base la transferencia de conocimiento.

Tras la firma del acuerdo, Cruz ha explicado que este proyecto es uno de los 28 seleccionados, de los más de 130 presentados a esta orden de incentivos, y ha destacado de él su "fuerte componente medioambiental", ya que promueve el uso de residuos plásticos agrícolas y, en este sentido, Andalucía es la comunidad autónoma que mayor cantidad de residuos plásticos de este tipo genera en el conjunto de España, con 60.000 toneladas anuales.

Por su parte, el director del grupo de investigación, Pedro Partal, ha indicado que la investigación básica para este proyecto ya se ha realizado y que ahora lo que se persigue es su puesta en valor, se pretende "transformar esos estudios en un producto que realmente valorice los residuos plásticos".

Ha precisado el problema que suponen los plásticos de invernadero por su "difícil" eliminación ya que su reciclaje es complicado, por ello ha indicado que "su uso en el betún para carreteras puede ser la alternativa de mayor viabilidad".

El proyecto aporta aspectos innovadores como la fabricación de mezclas bituminosas a baja temperatura adicionado con plásticos de invernadero o con polímeros de este tipo de plásticos y material procedente de fresado de firmes, lo que implica una contribución clara a la sostenibilidad en el sector de las infraestructuras; los resultados han de estar para finales de 2013.
En total, la Junta ha aprobado una línea de incentivos por valor de 8,4 millones de euros dirigidos a financiar proyectos de I+D+i en materia de infraestructuras de obras públicas y transportes en Andalucía hasta 2013.
Fuente: Finanzas.com (16/04/2012)

lunes, 6 de febrero de 2012

Paneles fabricados con residuos expandirán el uso de la energía solar


Especialistas de la Universidad de Tennessee, del Instituto Tecnológico de Massachusetts y de la Escuela Politécnica Federal de Suiza han desarrollado un innovador sistema que permite producir energía sostenible a partir de la luz del sol, de manera eficiente y barata. Gracias a él, en tan solo unos años podrían ser realidad los paneles fotovoltaicos fabricados con residuos agrícolas y otros materiales vegetales, lo que supondría una alternativa muy económica a las células solares tradicionales.

La generación de energía eléctrica utilizando estructuras moleculares extraídas de plantas y aprovechando los procesos fotosintéticos podría ser factible en un futuro cercano, si prospera la aplicación tecnológica de un descubrimiento realizado por un grupo de ingenieros e investigadores de la Universidad de Tennessee, del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y de la Escuela Politécnica Federal de Suiza. El avance permitiría la producción de energía de forma sostenible y mucho más económica.

Barry D. Bruce, profesor de la Universidad de Tennessee, y Andreas Mershin, investigador del MIT, fueron los principales responsables de este grupo interdisciplinario de especialistas de distintas instituciones, que ha concretado este importante avance. El hallazgo se difundió a través de una nota de prensa del MIT, de un artículo de Newswise y de un informe de la revista especializada Nature: Scientific Reports.

Básicamente, lo que han hecho los científicos ha sido desarrollar un proceso que mejora la eficiencia de la generación de energía eléctrica utilizando estructuras moleculares extraídas de especies vegetales, y haciendo uso de procesos que ocurren durante la fotosíntesis. El avance biosolar presenta un gran potencial para generar electricidad ecológica de forma mucho más barata y sencilla.

Según Bruce, este sistema es un método ideal para la producción de energía sostenible, ya que es totalmente limpio desde el punto de vista ambiental y puede alcanzar una importante eficacia. A diferencia de los sistemas fotovoltaicos convencionales que se emplean en la energía solar, en este caso se utilizan materiales biológicos renovables en lugar de productos químicos tóxicos para la generación energética.

Mayor eficacia

Asimismo, el nuevo sistema requiere de menos tiempo, tierra y agua para producir energía que la mayoría de los biocombustibles. Para producir energía, los especialistas aprovecharon el poder de un componente clave de la fotosíntesis, conocido como fotosistema I (PSI), a partir de algas verde azuladas (cianobacterias).

Mediante procedimientos de bioingeniería, el complejo se utilizó para interactuar específicamente con un conductor, logrando que al iluminarse y provocar el proceso de fotosíntesis se produjera electricidad. Debido a las propiedades del sistema creado, el mismo se autoensambla y logra de esta forma una mayor efectividad.

De hecho, el enfoque es tan simple que puede ser replicado en la mayoría de los laboratorios del mundo, permitiendo facilitar y multiplicar el trabajo de otros investigadores hacia una mayor optimización del sistema. Bruce cree que, al ser tan barato y sencillo, el sistema se desarrollará rápidamente con mejoras adicionales que permitirán obtener una fuente masiva de energía sostenible en un futuro cercano.

Por otro lado, Bruce remarcó que los combustibles fósiles utilizados en la actualidad fueron alguna vez, hace millones de años, materia vegetal que se transformó en energía, también apoyada por el sol a través del proceso de la fotosíntesis. ¿Será esta la solución a los graves problemas energéticos que acechan al planeta, y que ya no pueden dejar de lado la cuestión ambiental?

Energía solar y social

Las nuevas “células solares verdes” incluyen una unión de materiales no biológicos y biológicos. Se componen de pequeños tubos hechos de óxido de zinc, que atraen a las partículas de PSI y rápidamente se recubren con ellas. Los dos materiales se entremezclan íntimamente, y al ser iluminados por la luz solar logran que las partículas de PSI generen un electrón que, al interactuar con el semiconductor de óxido de zinc, produce la corriente eléctrica.

El mecanismo logra un comportamiento mucho más eficiente que trabajos anteriores enfocados a la generación de bioelectricidad, gracias a la combinación del PSI con la superficie de óxido de zinc, sin embargo aún es necesario mejorar y optimizar el proceso para que sea realmente útil. A pesar de esto, los investigadores son optimistas y esperan un rápido progreso.

La capacidad de Bruce para extraer los complejos fotosintéticos a partir de algas fue clave para el nuevo proceso biosolar. Andreas Mershin, por su parte, trabajó en el diseño conceptual y la creación de los cables a nanoescala, junto a la plataforma necesaria para generar el proceso.

La eficiencia del nuevo sistema es 10.000 veces mayor de versiones anteriores, aunque aún la conversión de la energía solar en electricidad llega solamente al 0,1%, un índice que tiene que mejorar diez veces o más para poder aspirar a su aplicación tecnológica e industrial. El trabajo fue financiado a través del Emerging Frontiers Program de la National Science Foundation.

Como el proceso puede generarse a partir de cualquier residuo o material vegetal, sin requerirse especies o variedades concretas, su desarrollo potencial es inmenso. También podría tener un fuerte impacto social considerando su carácter económico, permitiendo que los pobladores de zonas alejadas y empobrecidas que no cuentan con energía eléctrica puedan acceder a este servicio, prácticamente imprescindible en el mundo actual.
Fuente: Tendencias21.net (06/02/2012)