El chino Tsai Lun inventó el papel allá por el año 105 de nuestra era. Dos mil años después, China es el principal comprador de papel recuperado del mundo porque es incapaz de gestionar este residuo de forma interna. El gigante asiático compra más de 50 millones de toneladas de material recuperado en todo el mundo y cada año. EEUU y Europa son los principales exportadores. En España, el 64% de este material que se exporta, cerca de 645.000 toneladas al año, termina en el mercado oriental. El papel recuperado viaja hasta Oriente en grandes barcos. ACN y Mark Lyndon, firmas asiáticas que operan desde Londres y Rotterdam, fletan varios buques al año repletos de papel recuperado de origen nacional. ¿Se puede evitar este extraño viaje de ida y vuelta?. Sólo existen dos soluciones. Por un lado, que China cree su propio sistema de recuperación de material, se autoabastezca y deje de importar de forma masiva de otras regiones. Los expertos del sector lo ven complicado por el nivel de desarrollo del país y las grandes dimensiones de su territorio. Por otro lado, mediante una modificación legislativa que, por ejemplo, la Ley de Residuos española no incluye, consistente en el denominado principio de proximidad previsto en la legislación comunitaria. Según este precepto, los Estados miembros deberían adoptar las medidas para ser autosuficientes en la gestión de los residuos y evitar exportaciones e importaciones masivas de productos. Esta medida ya se aplicó en el traslado legislativo italiano, pero no ha sido introducida en España. Expansión (04.03.11)