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miércoles, 30 de octubre de 2013

Nuevo catalizador para obtener biodiesel a partir de residuos


El sistema utiliza una alternativa al ácido sulfúrico basada en el azúcar, que mejora el proceso de esterificación.


Un equipo de químicos de la Universidad de Wake Forest, en Winston-Salem (Carolina del Norte, EE UU), han desarrollado un compuesto a base de azúcar que hace que sea más barato y sencillo convertir grasas y aceites residuales de baja calidad en biodiésel. La investigación, cuyos resultados se publicarán en una próxima edición de la revista Bioresource Technology, fue financiada por el Centro de Biocombustibles de Carolina del Norte.

“Lo que queremos hacer es sacar la grasa de los residuos y convertirla en energía”, afirma Abdou Lachgar, investigador principal del proyecto. Los aceites residuales de baja calidad se utilizan ya para fabricar biodiésel, una fuente de energía limpia que puede utilizarse como sustituto de los combustibles fósiles. Sin embargo, el proceso es costoso y nocivo para el medio ambiente, explica Lachgar, puesto que estos aceites de baja calidad contienen un alto porcentaje de ácidos grasos libres, que tienen que convertirse en biodiésel por separado a través de un proceso llamado esterificación. La esterificación utiliza el ácido sulfúrico, un líquido altamente corrosivo que erosiona el equipo de producción y daña el medio ambiente. Además, su eliminación es costosa.

El equipo de Lachgar y sus colaboradores de la Universidad Tecnológica de Virginia han desarrollado una alternativa al ácido sulfúrico basada en azúcar para mejorar el proceso de esterificación. Es barato, ambientalmente amigable y fácil de filtrar del biodiésel producido. “A diferencia del ácido sulfúrico, que tiene que ser neutralizado durante un largo período de tiempo, nuestro catalizador es un sólido y se puede separar de forma relativamente fácil”, dice Brian Hanson, uno de los investigadores del proyecto.

Reducir costes

Desde un punto de vista comercial, este nuevo catalizador podría reducir los costes hasta un 15% para una planta de producción de biodiésel en pequeña escala, según un estudio de factibilidad realizado por el Wake Forest University Schools of Business. Mientras, se debe continuar con la investigación para probar la viabilidad del catalizador en una escala más grande, fuera del laboratorio.

“En el corto plazo, esto puede tener mucho sentido comercial en los países en desarrollo o en islas”, dice Dan Fogel, profesor de estrategia en la escuela de de negocios de la Wake Forest. “En este tipo de lugares, los costes de energía pueden alcanzar los 50 centavos por kilovatio hora. Aquí en Winston-Salem se paga alrededor de 11 o 12 centavos de dólar por kilovatio hora”. Según explica este experto, si existen instalaciones de biodiésel en archipiélagos –las Bahamas, por ejemplo–, podrían ser adaptadas para utilizar este catalizador, y producir biodiésel a un precio menor que el actual diésel derivado del petróleo.

“Hay muchas oportunidades de utilizar este catalizador para crear combustibles menos costosos y convertir los residuos municipales en electricidad”, concluye Fogel.

Fuente: Residuos Profesional

martes, 19 de marzo de 2013

LA CERVEZA PUEDE “MOVER” EL MUNDO


La cerveza, además de ser una bebida extendida por todo el mundo, tiene un posible nuevo uso: la producción de biocombustible.
En esto se encuentra trabajando el grupo de investigación de la Universidad de Cádiz FQM-286 “Alelopatía en plantas superiores y microorganismos”. Los residuos de cebada generados durante la producción esta bebida son muy ricos en lípidos, hidratos de carbono y proteínas, que tratados convenientemente pueden ser utilizados, además de para la producción de piensos para ganado, que salen poco rentables, para la obtención de precursores de biocombustible, alimentos funcionales y cosméticos que tienen un mayor valor comercial. Para que este proceso sea rentable, es necesario que se cumplan ciertos requisitos, un contenido mínimo de lípidos y carbohidratos situado entre  un 5 y 20% respectivamente.
Con esta innovación, se ha conseguido dar un nuevo valor a los desechos que no eran rentables para las industrias cerveceras, ya que las grandes cantidades de bagazo de cebada resultantes tienen un bajo valor económico. Con estos residuos, se logra producir un biocombustible menos contaminante que los combustibles convencionales,  por lo que es bueno para el medio ambiente, y además, se puede generar en cualquier parte. Sin embargo, existen todavía limitaciones, se necesita mayor rentabilidad económica aparte de de una mejora de la calidad del producto.
Mediante este nuevo proceso, a partir de los residuos de cerveza es posible obtener dos productos: una sustancia rica en azúcares, usada para la producción de biocombustibles (bioetanol o biodiesel) o como suplemento de azúcar para la fabricación de la propia cerveza; y un segundo producto, un aceite, formado por las grasas del bagazo de la cerveza.
Para poder llevar a cabo este proyecto, los investigadores tienen previsto trasladar este estudio a una planta piloto donde mejorar las técnicas y obtener una buena rentabilidad.
En otros países también han pensado en hacer uso de la cerveza. Por ejemplo, en Australia, utilizan los desechos de la cerveza para producir electricidad y agua limpia mediante una célula de combustible microbiana que es capaz de digerir el azúcar, almidón y alcohol del residuo. En el Reino Unido, transforman los residuos cerveceros en bioetanol, alcohol que sirve como biocombustible y en los Estados Unidos, utilizan bacterias que degradan el bagazo para producir gas metano como biocombustible.

Gracias a la labor de investigación de los científicos, los biocombustibles se van abriendo paso poco a poco en el mercado. Es necesario un apoyo social y político para que este tipo de avances sigan desarrollándose.


BIBLIOGRAFÍA

Fecha de consulta de la bibliografía electrónica entre el día 7 de marzo y el 19 de marzo:
http://www.agenciasinc.es/Noticias/Residuos-de-la-cerveza-para-producir-biocombustible-y-cosméticos http://www.ambientum.com/boletino/noticias/Producen-biocombustibles-a-partir-residuo-
cerveza.asp
·         http://catedraecoembesdemedioambiente.blogspot.com.es/2012/01/residuos-de-cerveza-
para-generar.html
·         http://www.vidamasverde.com/2012/biocombustibles-generados-con-residuos-procedentes-
de-la-cerveza/
·         http://www.energias-renovables.com/articulo/residuos-de-cerveza-aprovechables-como-
biocarburante
·         http://www.uca.es/es/

                                                                                Sandra Fernández Freixeda
                                                                                Paula Naranjo Quintanilla
Cristina Rodríguez Coslado

Estudiantes del Grado en Ingeniería del medio Natural (UPM)

martes, 17 de julio de 2012

Un español y un filipino innovan en la producción de biodiésel gracias a la red ResearchGate


Rafael Luque, investigador en la universidad de Córdoba, y Rick Arneil Arancon, graduado universitario en Filipinas, han desarrollado conjuntamente una nueva forma de producción de biodiésel más limpia y barata. El sistema obtiene combustible de alta calidad a partir de aceites vegetales de fritura residuales, usando como catalizador un material carbonoso procedente de desechos de mazorcas de maíz. Todo ello, gracias a la comunicación que establecieron en la red social para científicos ResearchGate.

Si no hubiera existido ResearchGate, Rafael Luque, profesor de química inorgánica de la Universidad de Córdoba y Rick Arneil Aracon, graduado de la Universidad Xavier, en Cagallan de Oro (Filipinas), difícilmente se habrían conocido. Pero gracias a la comunicación que establecieron en esta red social 2.0 para científicos, ambos han desarrollado una nueva forma de producción de biodiésel más limpia y barata a partir de residuos.

Arancon estaba en 2010 haciendo su trabajo de máster de fin carrera cuando contactó en ResearchGate con Luque, un experto en catálisis de biocombustible y en nanomateriales y nanopartículas soportadas. “Él estaba haciendo un proyecto sobre biodiésel y al principio solo colaboré enviándole bibliografía y supervisión, después, orientación sobre cómo enfocar el proyecto. Y, por último, me envió sus muestras desde Filipinas para que yo hiciera las pruebas y las caracterizara en el laboratorio de mi universidad”, explica Luque a SINC. Los resultados del trabajo conjunto se han publicado en la revista Green Chemistry.

Según Luque, el proceso que han establecido para la obtención de biodiésel se basa en la catálisis heterogénea. “Hemos logrado una transesterificación (de triglicéridos) y esterificación (de ácidos grasos) simultanea para la producción de ésteres metílicos de ácidos grasos (biodiésel), logrando un biocombustible más limpio y a partir de aceites de fritura residuales. Además, el material carbonoso utilizado como catalizador está derivado de las mazorcas de maíz, otro residuo alimentario muy extendido en Filipinas:”.

Ventajas respecto a procedimientos convencionales

Rafael Luque explica que la catálisis que han desarrollado posee numerosas ventajas con respecto a los procedimientos convencionales que utilizan sosa o potasa como catalizador homogéneo, especialmente cuando se utilizan aceites de desecho con alto contenido en ácidos grasos (10%). “El procedimiento convencional da lugar a la formación de jabones y emulsiones con dichos residuos oleaginosos, mientras que con nuestro procedimiento se logra una transesterificación y esterificación simultáneas, evitando procesos engorrosos de separación y purificación del biodiésel obtenido”, explica.

Además, señala, el catalizador es recuperable y reutilizable en el proceso. “Se trata de un material barato y compatible con el medioambiente al ser derivado de la biomasa y hemos visto que también podría tener otras aplicaciones como cromatografía e incluso en adsorción para atrapar CO2.

Rick Arneil Arancon señala a SINC que la colaboración establecida con el investigador español a través de ReseachGate ha sido fundamental en su trabajo. “Es uno de los expertos más respetados en el campo de los biocombustibles en España y en Europa. Además de guiarme en todo el proceso, él ha hecho toda la caracterización de materiales de mi proyecto y yo me he encargado de la síntesis. Sin los medios de su laboratorio, nunca habría sabido si mi idea se habría podido llevar a la práctica”.

Arancon está ahora trabajando en mejorar el proceso de catálisis y, si todo va bien, el año que viene hará su doctorado con Luque en la Universidad de Córdoba.

En opinión de Rafael Luque, ResearchGate es una plataforma muy potente para fomentar la colaboración entre científicos. Luque resalta las oportunidades que se abren gracias a esta red para investigadores que viven en países desfavorecidos al poder establecer colaboraciones con investigadores que cuentan con más medios.

Luque está colaborando ahora con otra joven investigadora filipina que está haciendo un proyecto para obtener biodiésel a partir de cultivos de un tipo de alga llamada espirulina. Su punto de encuentro también ha sido ResearchGate.

Una red en constante crecimiento

Hace cuatro años, Ijad Madisch (Wolfsburg, Alemania, 1980) creó junto a otros dos jóvenes doctores ResearchGate, una red 2.0 para investigadores. Hoy tiene ya 1,7 millones de usuarios procedentes de casi 200 países y crece a un ritmo de entre 4.000 y 5.000 usuarios cada mes. La comunidad española de la red tiene en actualidad 32.500 miembros procedentes de varias universidades, centros e institutos de investigación. Además, cuentan con más de 120.000 usuarios hispanoparlantes de países como Méjico, Colombia y Argentina.
Fuente: AgenciaSINC.es (17/07/2012)

viernes, 6 de julio de 2012

Lleida contará con una planta pionera para reciclar aceite


La población leridana de Alcarràs ha celebrado hoy la colocación de la primera piedra de una planta de reciclaje de aceites vegetales que será pionera en Europa ya que todos sus trabajadores serán discapacitados y que aprovechará todos los elementos de los aceites vegetales para crear nuevos productos.

Según ha informado el Ayuntamiento de Alcarràs, se trata de un proyecto impulsado por la Asociación Humanitaria de Discapacitados de Cataluña (ASCAT) y comportará, de entrada, la creación de unos 40 puestos de trabajo directos.

Además, se prevé que ayude a generar unos 500 trabajos indirectos en toda Cataluña mediante la recogida de los aceites usados.

ASCAT es una entidad sin ánimo de lucro que tiene como objetivo la integración sociolaboral de personas con algún tipo de discapacidad.

En la nueva planta se transformará el aceite usado de restaurantes, comercios y domicilios particulares para convertirlo en biodiesel y también para aplicaciones en el campo de la cosmética.

Según destacan desde el consistorio, la planta será pionera porque la totalidad de los 40 puestos de trabajo que creará los ocuparán personas con algún tipo de discapacidad y porque aprovechará todos y cada uno de los elementos de los aceites vegetales para crear nuevos productos, principalmente biodiesel, pero también abonos agrícolas o pienso para piscifactorías.

La planta de reciclaje tendrá 1.800 metros cuadrados y se prevé que pueda construirse en un periodo ocho a doce meses.

El coste de la construcción de la planta, que asciende a 4,5 millones de euros, lo han financiado empresas privadas.

El Ayuntamiento de Alcarràs colaborará con ASCAT ayudándole a conseguir los futuros trabajadores de la planta, que se captarán a través de la bolsa de trabajo municipal.

El alcalde de Alcarràs, Miquel Serra, ha destacado que es un proyecto "pionero en Europa que resuelve un problema medioambiental, puesto que los aceites vegetales acostumbran a ir a la red de alcantarillado con todo el riesgo medioambiental que esto comporta".
Fuente: EFEverde.com (05/07/2012)

miércoles, 27 de junio de 2012

Investigan en Palencia el cultivo de microalgas como alternativa para capturar CO2


Jorge Miñón, del Campus de La Yutera, estudia la viabilidad de estos cultivos también a nivel energético y de biomasa

El Grupo de Investigación de Tecnologías Avanzadas Aplicadas al Desarrollo Rural Sostenible (Tadrus) de la Universidad de Valladolid, ubicado en la Escuela de Ingenierías Agrarias de Palencia y coordinado por el profesor Luis Manuel Navas, trabaja en una línea relacionada con la intensificación del cultivo de microalgas bien para fines energéticos, como la producción de biocombustibles, para su empleo en piensos animales o para la industria de síntesis en general.

Uno de sus investigadores, Jorge Miñón, ha recibido recientemente el premio ¿Investigamos? del centro tecnológico Itragra por su proyecto fin de Master, centrado en la producción de biomasa algal para la captura de gases de efecto invernadero. Este innovador planteamiento, asegura el joven científico, puede suponer una alternativa interesante para las industrias que más emisiones realizan a la atmósfera, como las centrales térmicas de carbón, dado que además de gestionar las emisiones “de forma local y sostenible” podrían obtener un rendimiento económico. “Con el cultivo de microalgas se obtiene una biomasa que después puede utilizarse para otros fines como la producción de biodiesel o bioqueroseno, o la elaboración de piensos animales”, subraya.


El trabajo que ha planteado, que será el germen de su tesis doctoral, se centra en diseñar un modelo con tres ejes principales, un estudio de la viabilidad a nivel energético del cultivo de microalgas, a nivel de potencial captura de CO2 y a nivel de producción de biomasa.


Para ello, el investigador ensayará el cultivo de microalgas con los tres tipos de fotobiorreactores que existen hoy día, instrumentos “que permiten optimizar las condiciones de crecimiento de las plantas, como la temperatura o la radiación”. En concreto, empleará fotobiorrecatores de canales, la tipología más sencilla y la que se ha utilizado tradicionalmente en la industria farmacéutica y de pisficactorías; fotobiorreactores de recipentes o conducciones, cuyo objetivo es maximizar la superficie iluminada e incrementar el rendimiento; y los fotobiorreactores de medio poroso, “que tienen unas perspectivas de futuro grandísimas”.


Posteriormente, realizará el análisis para estas tres tecnologías a nivel energético, de producción de biomasa y de captura de CO2. Con los resultados, “se realizará una extrapolación a Castilla y León y se elaborará un mapa con el potencial de producción de biomasa algal de la comunidad por medio de sistemas de información geográfica (SIG)”.


Unas especies capaces de crecer en condiciones complicadas

Como explica Jorge Miñón, las microalgas son las especies vegetales que mayor eficacia fotosintética presentan, “de ahí el gran interés que están teniendo para la captura de CO2”. No obstante, este potencial depende de la especie, que puede ser más o menos apropiada por ejemplo para la producción de biocombustibles, en función de su contenido en aceite.

Otro aspecto relevante de las microalgas es que son especies “primitivas” que no se ven inhibidas por ambientes reductores, es decir, carentes de oxígeno. “En la atmósfera primitiva, cuando el ambiente era reductor, fueron las especies que poblaron la Tierra. Este es un punto positivo ya que si les inyectamos gases de efecto invernadero ricos en CO2, óxidos de nitrógeno u óxidos de azufre, no solo siguen creciendo, sino que son capaces de aumentar su rendimiento”, agrega.


El proyecto está siendo tutorizado por el profesor Salvador Hernández y será presentado en julio. No obstante, la beca de 4.000 euros que le ha otorgado el Itagra tiene una duración de un año. “Con ella estoy montando una pequeña planta piloto con los tres tipos de fotobiorreactores”, señala el investigador, quien avanza que ha terminado de montar el de medio poroso y que ya se encuentra inoculando una especie de alga edáfica (presente en el suelo) que ha obtenido en la zona de Palencia.


Miñón ya obtuvo una beca Prometeo de la Fundación General de la Universidad de Valladolid para patentar un secadero de biomasa algal que diseñó en su proyecto fin de carrera.

Fuente: DICYT.com (25/06/2012)

miércoles, 28 de marzo de 2012

Utilizan restos de la poda del olivar para producir biodiésel, aditivos y papel

Investigadores de las universidades de Córdoba y Huelva trabajan en un proceso de separación de los distintos componentes de residuos procedentes de poda del olivar y pajas de cereales para obtener biodiésel, aditivos alimentarios y pastas celulósicas.
Un equipo de investigadores del Departamento de Ingeniería Química y Química Inorgánica de la Universidad de Córdoba, en colaboración con el departamento de Ingeniería Química, Química Física y Química Orgánica de la Universidad de Huelva trabajan en un proceso de separación de los distintos componentes de residuos procedentes de poda del olivar y pajas de cereales para obtener biodiésel, aditivos alimentarios y pastas celulósicas para obtener papel.

Los expertos han puesto en práctica el concepto de biorefinería, que trata de aprovechar de manera integral la biomasa disponible, bien sacando partido del poder calorífico de estos residuos como fuente energética o bien obteniendo productos dirigidos a las industrias alimentarias y farmacéuticas.

“La biorefinería es el término utilizado actualmente para describir la tecnología de fraccionamiento de la biomasa vegetal en energía, productos químicos y bienes de consumo”, explica el investigador responsable del proyecto, Alejandro Rodríguez, de la Universidad de Córdoba.

Los investigadores quieren usar la biomasa vegetal como materia prima, tanto para producción de bioenergía como de bioproductos, superando la visión clásica de destinar los residuos sólo a la industria papelera. “Nuestra investigación no sólo aplica los procesos de pasteado clásicos, centrados exclusivamente en obtener una fracción sólida de los vegetales rica en celulosa”, explica Rodríguez.

De esta forma, han puesto en práctica procesos químicos que permiten separar con eficiencia los principales componentes de la materia vegetal. Una vez separados y purificados pueden presentar múltiples aplicaciones industriales como la fabricación de polímeros, es decir, estructuras químicas sobre las que obtener otros compuestos. Otros usos serían la formulación de productos químicos (fármacos, aditivos alimentarios, aromas...), el desarrollo de materiales con propiedades especiales (aislantes, adhesivos, espesantes, barnices, pinturas) y la obtención de bioetanol, además de la pasta celulósica para fabricar papel.

Un residuo, tres fracciones

El método utilizado consiste en separar los residuos en tres fracciones: hemicelulosas, celulosa y lignina. La primera se compone mayoritariamente de azúcares, por tanto, muy interesantes para la obtención de aditivos alimentarios, como los xilitoles que se añaden a los chicles.

Por su parte, la celulosa se ha venido aprovechando hasta la fecha en la obtención de pastas celulósicas para la posterior producción de papel y cartón. Sin embargo, los investigadores piensan en ella como base para la obtención de bioetanol. “Sometemos esta fracción a tratamientos físicos o químicos con objeto de modificar la estructura celular y conseguir soluciones óptimas. La degradamos a glucosa y obtenemos etanol mediante fermentación”, precisa Rodríguez.

Por tanto, los expertos pretenden partir del residuo agrícola extraer las fracciones más interesantes en unas concentraciones y calidad que sea aptas para procesos posteriores como la obtención de azúcares, la industria farmacéutica, la alimentación animal, composites o integrarla en otros compuestos, como base de la química verde.

En esta tarea, también participa la Universidad de Huelva que se encarga de la caracterización de la fracción hemicelulósica y de lignina. Esto supone que los expertos onubenses aportan datos de composición en azúcares que tiene la fracción hemicelulósica, así como la composición y potencia calorífica de la lignina que, dado la diferente naturaleza de cada materia prima, es distinta en la poda del olivo y en la paja de cereales.

Precisamente, en relación a este último residuo, la empresa ECOPAPEL de Écija está muy interesada en los resultados que se puedan obtener de este proyecto. “Están montando una línea de negocio basada en la elaboración de envases a partir de pasta celulósica a partir de paja de trigo y quieren aprovechar este recurso natural al máximo. Les interesa saber si es posible la obtención de etanol en lugar de pasta y qué hacer con las ligninas”, anticipa Rodríguez.

Ventajas ambientales

Además de sus objetivos científicos, los investigadores andaluces aportan con su proyecto un beneficio ambiental. Por un lado, aprovechan residuos abundantes en Andalucía como los restos de poda de olivo y la paja de trigo o arroz.

Actualmente, estos residuos se incineran o se trituran para esparcirlos sobre el terreno, lo que resulta caro y puede dar lugar a otros problemas como la aparición de plagas. La alternativa que proponen los investigadores supondría convertir ese residuo en un nuevo recurso. “Aprovechamos las fracciones hemicelulósica y lignina, que actualmente se queman e investigamos en el aprovechamiento de la celulosa para obtener bioetanol permitiendo un óptimo aprovechamiento de la biomasa vegetal”, precisa el investigador.

Por otra parte, en el proceso de obtención de los nuevos compuestos, los investigadores apuestan por la utilización de tecnologías y principios de química verde. Ejemplo de estas buenas prácticas son la recuperación de disolventes y reactivos, así como minimizar las emisiones de efluentes y gases.

Estos trabajos se desarrollan en el marco del proyecto "Biorrefinería de residuos agrícolas. Beneficio de hemicelulosa, celulosa y lignina", calificado de excelencia por la Consejería de Economía, Innovación y Ciencia de la Junta de Andalucía.
Fuente: AgenciaSinc.es (27/03/2012)

martes, 10 de enero de 2012

Biodiesel, una nueva utilidad del café


Investigadores de la Universidad de Nevada han desarrollado una nueva fuente de energía natural, económica y respetuosa con el medio ambiente: Biodiesel de café. Extrayendo el aceite que contienen los residuos de café que desechan fábricas y tiendas del sector cafetero se consigue fabricar este innovador biocombustible.

Cada pequeño grano de café que consumimos contiene un 15-20% de su peso en aceite. Basándose en este curioso dato, estudiosos de la Universidad de Nevada han encontrado el modo de obtener esas pequeñas cantidades de aceite y reconvertirlo en biodiesel. Teniendo en cuenta que se producen anualmente 7.000 millones de kilos de café en todo el mundo, si se siguiera este proceso de reciclaje, aún experimental, podrían llegar a fabricarse, según los responsables del proyecto, 1.300 millones de litros de biodiesel cada año.

El reciclaje de estos residuos sigue un complicado proceso de tres etapas:
  
1) Disolución de los residuos de café a temperatura ambiente con disolventes químicos (hexano/éter) para extraer el aceite que contiene cada grano.
2) Separación de los aceites a través de un proceso de evaporización. Este paso, permite también recuperar los disolventes químicos que se habían utilizado en la etapa de extracción del aceite.
3) Se transforman esos aceites en combustible a través de un proceso de transesterificación alcalina tradicional.

El resultado: biodiesel de café de mayor calidad y menos costes que los obtenidos de otras materias primas como grasas animales y aceites vegetales. Mayor calidad según Kondamudi, responsable del estudio, ya que contienen un 51’4% de ésteres saturados y un 48’6% de ésteres insaturados. Y menos costes debido a que la propia materia prima, el café, es uno de los productos agrícolas más consumidos, baratos y abundantes del mercado, lo cual hace la fabricación de casi 4 litros de este biodiesel cueste, según sus creadores, 1 dólar. (0’76 euros). Es decir, se convierte en una buena alternativa frente a los combustibles fósiles altamente contaminantes.

El reciclaje de estos residuos de café es doble ya que una vez se les ha extraído el aceite y ya no son de utilidad para la fabricación de biodiesel, pueden ser reciclados por segunda vez como biomasa para la calefacción o como un abono eficaz para las plantas.

En España también se están investigando formas de reciclar café y conseguir biodiesel. En concreto, una empresa palentina reutiliza residuos de café para la realización de productos cosméticos. Y una universidad gaditana está estudiando el modo de conseguir biocombustible sustituyendo el café por residuos de cerveza.
Fuente: Blog de Residuos la cuarta R (04/01/2012)