Rafael Luque, investigador en la universidad de Córdoba, y Rick Arneil
Arancon, graduado universitario en Filipinas, han desarrollado conjuntamente
una nueva forma de producción de biodiésel más limpia y barata. El sistema
obtiene combustible de alta calidad a partir de aceites vegetales de fritura
residuales, usando como catalizador un material carbonoso procedente de
desechos de mazorcas de maíz. Todo ello, gracias a la comunicación que
establecieron en la red social para científicos ResearchGate.
Si no hubiera existido ResearchGate, Rafael
Luque, profesor de química inorgánica de la Universidad de Córdoba y Rick
Arneil Aracon, graduado de la Universidad Xavier, en Cagallan de Oro
(Filipinas), difícilmente se habrían conocido. Pero gracias a la comunicación
que establecieron en esta red social 2.0 para científicos, ambos han
desarrollado una nueva forma de producción de biodiésel más limpia y barata a
partir de residuos.
Arancon estaba en 2010 haciendo
su trabajo de máster de fin carrera cuando contactó en ResearchGate con Luque,
un experto en catálisis de biocombustible y en nanomateriales y nanopartículas
soportadas. “Él estaba haciendo un proyecto sobre biodiésel y al principio solo
colaboré enviándole bibliografía y supervisión, después, orientación sobre cómo
enfocar el proyecto. Y, por último, me envió sus muestras desde Filipinas para
que yo hiciera las pruebas y las caracterizara en el laboratorio de mi
universidad”, explica Luque a SINC. Los resultados del trabajo conjunto se han
publicado en la revista Green Chemistry.
Según Luque, el proceso que han
establecido para la obtención de biodiésel se basa en la catálisis heterogénea.
“Hemos logrado una transesterificación (de triglicéridos) y esterificación (de
ácidos grasos) simultanea para la producción de ésteres metílicos de ácidos
grasos (biodiésel), logrando un biocombustible más limpio y a partir de aceites
de fritura residuales. Además, el material carbonoso utilizado como catalizador
está derivado de las mazorcas de maíz, otro residuo alimentario muy extendido
en Filipinas:”.
Ventajas respecto a
procedimientos convencionales
Rafael Luque explica que la
catálisis que han desarrollado posee numerosas ventajas con respecto a los
procedimientos convencionales que utilizan sosa o potasa como catalizador
homogéneo, especialmente cuando se utilizan aceites de desecho con alto
contenido en ácidos grasos (10%). “El procedimiento convencional da lugar a la
formación de jabones y emulsiones con dichos residuos oleaginosos, mientras que
con nuestro procedimiento se logra una transesterificación y esterificación
simultáneas, evitando procesos engorrosos de separación y purificación del
biodiésel obtenido”, explica.
Además, señala, el catalizador es
recuperable y reutilizable en el proceso. “Se trata de un material barato y
compatible con el medioambiente al ser derivado de la biomasa y hemos visto que
también podría tener otras aplicaciones como cromatografía e incluso en
adsorción para atrapar CO2.
Rick Arneil Arancon señala a SINC
que la colaboración establecida con el investigador español a través de
ReseachGate ha sido fundamental en su trabajo. “Es uno de los expertos más
respetados en el campo de los biocombustibles en España y en Europa. Además de
guiarme en todo el proceso, él ha hecho toda la caracterización de materiales
de mi proyecto y yo me he encargado de la síntesis. Sin los medios de su
laboratorio, nunca habría sabido si mi idea se habría podido llevar a la
práctica”.
Arancon está ahora trabajando en
mejorar el proceso de catálisis y, si todo va bien, el año que viene hará su
doctorado con Luque en la Universidad de Córdoba.
En opinión de Rafael Luque,
ResearchGate es una plataforma muy potente para fomentar la colaboración entre
científicos. Luque resalta las oportunidades que se abren gracias a esta red
para investigadores que viven en países desfavorecidos al poder establecer
colaboraciones con investigadores que cuentan con más medios.
Luque está colaborando ahora con
otra joven investigadora filipina que está haciendo un proyecto para obtener
biodiésel a partir de cultivos de un tipo de alga llamada espirulina. Su punto
de encuentro también ha sido ResearchGate.
Una red en constante
crecimiento
Hace cuatro años, Ijad Madisch (Wolfsburg, Alemania, 1980) creó junto a
otros dos jóvenes doctores ResearchGate, una red 2.0 para investigadores. Hoy
tiene ya 1,7 millones de usuarios procedentes de casi 200 países y crece a un
ritmo de entre 4.000 y 5.000 usuarios cada mes. La comunidad española de la red
tiene en actualidad 32.500 miembros procedentes de varias universidades,
centros e institutos de investigación. Además, cuentan con más de 120.000
usuarios hispanoparlantes de países como Méjico, Colombia y Argentina.
Fuente: AgenciaSINC.es
(17/07/2012)