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lunes, 22 de noviembre de 2010

¿QUÉ HACER CON LOS PLASTICOS?

El diario El País, publica hoy un artítulo sobre el destino de los residuos plásticos en general. Se hace especial mención a los trabajos realizados por la Cátedra Ecoembes de Medio Ambiente, respecto a la biodegradabilidad de los bioplásticos y de la necesidad de incidir más sobre un consumo responsable. Más información en el siguiente enlace:
http://www.elpais.com/articulo/sociedad/hacer/plastico/elpepusoc/20101121elpepusoc_3/Tes

JVLA-CEMA

sábado, 20 de noviembre de 2010

BIOPLASTICOS ¿QUÉ PASA CON ELLOS?

Se denominan bioplásticos, a todos aquellos polímeros obtenidos a partir de recursos naturales renovables y que tienen la característica de ser biodegradables. Ello quiere decir que todos los bioplásticos son biodegradables, pero no todos los plásticos biodegradables son bioplásticos, ya que en el mercado existen polímeros derivados del petróleo que mediante aditivos se convierten en biodegradables.

Los bioplásticos más comunes son el PLA (Acido Poliláctico), la familia de los  PHA (Poli-hidroxi-alcanoatos)(PHB, PHV...), celofán y los derivados del almidón modificado (de patata, maíz....). Cada uno de ellos con una forma de obtención distinta y de aplicaciones sustitutivas diferentes, así por ejemplo en el mundo de los envases, el PLA se utiliza para fabricación de envases que sustituyen al PET; el PHA, PHB..., envases que sustituyen a los Polipropilenos (PP) y Polietilenos de alta densidad (PEAD) en plásticos no dedicados a bolsas; el almidón para sustitutos del PEAD y PEBD en film (bolsas comerciales y de basura).

La caracteística fundamental de todos ellos, tal y como se ha indicado, es su biodegradabilidad. La biodegradabilidad de los residuos de envases de bioplásticos, se certifica a través de la norma ISO EN 13432, que establece un grado de biodegradación del polímero a 180 días superior al 90% en condiciones de laboratorio; que no existan trozos visibles y que su fitotoxicidad sea nula.

La Cátedra Ecoembes de Medio Ambiente, a través de un proyecto de investigación de 3 años, comenzó a comparar los resultados de biodegradabilidad de estos polímeros que se daban a través de las casas comerciales, artículos científicos y comunicaciones a congresos, con las experimentaciones propias en nuestro laboratorio.
Los resultados fueron muy decepcionantes y concordantes con algunas otras investigaciones realizadas independientemente al margen de las casas comerciales o fabricantes. De todos los biopolímeros que se estudiaron (PLA, PHB, almidón) y oxo-degradables, copolímeros derivados del petróleo, si bien  estos dos últimos son derivados del petróleo, se obtuvieron curvas de biodegradación aceptables para el almidón modificado y para los copolímeros derivados del petróleo, mientras que para el resto, los valores quedaban muy lejos de la denominada "certificación de biodegradabilidad" o del sello  "oK compost".

Las razones pueden ser múltiples, pero la más plausible es que los fabricantes certifican un polímero puro como biodegradable (esto no es cuestionable, ya que se hacen en laboratorios acreditados) y trasladan la certificación a los productos con ellos fabricados en el tiempo, sin contar que, a la hora de fabricar el producto en custión (una bolsa, una tarrina, una botella), al polímero se le incorporan aditivos y éstos alteran sin duda, el comportamiento frente a la biodegradación
Actualmente, nuestras investigaciones se centran en ver qué ocurre relamente con los bioenvaes en las plantas de compostaje con distintas tecnologías. Se ha concluido una primera fase en plantas de compost en pilas con volteo, pendiente de publicación de los resultados, quedando por ver lo que ocurre en plantas má agresivas, aparentemente, como el compostaje en túnel.

Estos resultados fueron presentados por José Vicente López Alvarez, director de la Cátedra, en unas jornadas organizadas por ECOEMBES, cuyo enlace para acceder a la ponencia es el siguiente:
http://www.ecoembes.com/es/documentacion/jornadastecnicas/Biopl%C3%A1sticos/Paginas/Ponenciasdelajornada.aspx

JVLA-CEMA

miércoles, 10 de noviembre de 2010

RECICLAJE VS EDUCACION AMBIENTAL

La Cátedra Ecoembes de Medio Ambiente de la Universidad Politécnica de Madrid, ha organizado dos talleres de reciclaje: uno de papel y otro de envases, en la Semana de la Ciencia, el día 12 de noviembre de 2010.  Se ha verificado un overbooking de solicitudes de participación, estando ya completo el programa por la disponibilidad del aforo, con lista de espera, que serán los primeros para la siguiente convocatoria de marzo de 2011.
Pero el hecho, no por menos importante, no es ese, sino las ganas de aprender y de realizar actividades demostrativas desde un punto de vista que entendemos, honesto y realista, aprovechando nuestra experiencia y especialidad.
Cierto es que las generaciones se van concienciando sobre el reciclaje, pero cierto es también, que a pesar de las campañas, sigue sin hacerse bien. Por poner un ejemplo, asomaros a un contenedor de papel y cartón y observad qué materiales hay en el mismo. Podremos ver, cuerdas, bolsas de plástico, papeles de cocina y servilletas, cartones manchados de grasa, briks..... ; o sin ir más lejos, en nuestra bolsa de basura convencional, ¿cuantos envases dejamos caer en la misma?.
Algo falla en el sistema, pues estamos dando nuevamente cantidades de materiales impropios en los contenedores de recuperación de las calles. Además, existen desigualdades autonómicas en cuanto a recepción de materiales correctos en los contenedores (la media nacional de impropios en contenedores amarillos es del 22%, llegando en alguna casi a invertirse este porcentaje)
Por otro lado, los porcentajes de reciclaje son muy variables en función del material que se trate. Así para los envases plásticos se llega a reciclar un 38,4% en peso; envases de alumnio y hojalata, 68,9% y papel y cartón, hasta el 81% (según datos de ECOEMBES, 2008).

Hay dos planos de actuación contrapuestos en estos temas: por un lado, las administraciones que llegan a gastarse un buen dinero en campañas de concienciación para que el ciudadano haga correctamente su función cívica de separar en origen los materiales y, otro, también de algunas administraciones, que se dedican a incoprorar infraestructuras de depósito y transporte (contenedores, contenedores soterrados o sistemas neumáticos) sin verificar la eficiencia ambiental o el buen uso de dichas instalaciones. En algunos casos pueden verses contenedores convencionales de papel y cartón o amarillos, sobre la plataforma de contenedores soterrados. Esta imagen es suficiente para desvirtuar todo lo ganado en un momento.
Habría que hablar largo y tendido de muchas otras variables que influyen en la cantidad de impropios que se depositan en los contenedores, pero esto será motivo monográfico de cada una de ellas. Baste por ahora, para abrir boca, estas reflexiones genéricas.

lunes, 8 de noviembre de 2010

¿Por qué no empleamos más cartón en los envases y embalajes?

El cartón ondulado es el material líder en embalaje a nivel mundial. Ha ganado esa posición gracias a su versatilidad -permite diseñar cualquier embalaje para cualquier producto- y a una condición que ha tenido siempre, pero que en el siglo XXI cobra una relevancia fundamental: es natural y sostenible, respeta la salud del consumidor y del planeta y ahorra emisiones de CO2 a la atmósfera.
La ONU, la UE y las diversas instancias de la Administración española están abogando para que se reduzcan los gases de efecto invernadero y la huella de carbono de productos y servicios. 


A finales de 2008, el Congreso de los Diputados aprobó una Proposición no de Ley para promover en España el uso de embalajes sostenibles para el transporte de mercancías, definiéndolos como “aquellos fabricados a partir de materias primas renovables, reciclables y biodegradables”, al tiempo que señala al cartón ondulado como uno de los ejemplos de embalaje sostenible que se debe promover.

En una reunión mantenida en Barcelona, en junio de 2009, la comisaria europea de Protección del Consumidor, Meglena Kuneva, manifestó el compromiso formal de la Comisión Europea de extender el principio de sostenibilidad a toda la cadena de suministro y, muy especialmente, a aquellos productos que, como los embalajes de transporte, permanecen ocultos a los ojos de los consumidores pero, sin embargo, tienen un peso considerable en la balanza ecológica.

Por su parte, la Comisión de Industria, Turismo y Comercio del Senado aprobó, el pasado 16 de junio, una moción que insta al Gobierno a eliminar el plástico y fomentar el uso de envases y embalajes ecológicos. Según la iniciativa aprobada, las medidas dirigidas a la eliminación del plástico como material de envase, que ya están en marcha en el caso de las bolsas de un solo uso, deberán extenderse también al ámbito de los embalajes, sustituyendo aquellos fabricados a partir de derivados del petróleo por otros que sean ecológicos. Los embalajes sostenibles serán discriminados positivamente por las administraciones públicas, a través de ayudas, propuestas y tratamientos fiscales favorables.

Sostenibilidad

Según datos de la Federación Europea de Fabricantes de Cartón Ondulado (FEFCO), el sector europeo de fabricantes de cartón ondulado ha conseguido reducir un 11,7% su huella de carbono en los últimos tres años.
A estos datos de ahorro de CO2 se suman otros factores de innovación, como la reducción del gramaje medio de las cajas, los diseños estructurales cada vez más eficientes, el suministro de las cajas plegadas, los envases hechos a medida y la modalidad SRP (Embalajes Listos para Vender), con todo lo que esto conlleva de ahorro de espacio y de transporte.
La industria del embalaje de cartón ondulado está haciendo sus deberes y el resultado final de esta carrera tecnológica es el ahorro de materias primas, combustible, energía y emisiones, así como la reducción de la contaminación ambiental. Cada una de estas novedades contribuyen a mitigar el cambio climático y a preservar la calidad de vida en el planeta.
El esfuerzo desplegado por la industria para consolidar al cartón ondulado en el podio de la sostenibilidad es enorme y se apoya en estudios científicos y en datos cuantitativos que refrendan. El liderazgo de este material dentro del ámbito de los envases y embalajes se fundamenta en la incorporación de nuevas tecnologías, la formación de sus recursos humanos y la creatividad puesta al servicio de diseños de vanguardia para nuevos usos.

Más árboles

¿Por qué, entonces, se siguen oyendo tantos mensajes negativos, que vinculan el consumo de papel y cartón con la tala de árboles, con la contaminación y con el despilfarro de recursos? Básicamente, por falta de información.
La sociedad, en general, desconoce que para fabricar papel se plantan árboles. El cultivo de madera para fabricar papel ha incrementado la superficie forestal española en 430.000 hectáreas, que absorben y almacenan 7,5 millones de toneladas de CO2 al año.
Estos bosques, cultivados por la industria papelera, han permitido que Europa gane superficie boscosa en los últimos decenios, en vez de perderla como ocurría en el pasado y como sucede en otros continentes, a causa de las talas para agricultura y de los incendios.
Esas nuevas masas forestales existen porque son necesarias para fabricar papel y cartón. De otro modo, no existirían. Si se dejase de consumir productos papeleros, los bosques cultivados desaparecerían y, con ellos, la enorme capacidad de absorción de CO2 que tienen estos árboles jóvenes bien gestionados.

Las vidas del cartón ondulado

El papel y cartón que se deposita en el contenedor azul vuelve al circuito productivo. El esfuerzo de recuperación de todos los ciudadanos no se pierde, sino que se convierte en materia prima secundaria para fabricar papel y cartón reciclados.
Así, el cartón ondulado tiene muchas vidas. Puede volver a nuestras manos una y otra vez, en forma de nuevos embalajes. Cada vez que lo depositamos en un contenedor azul, le estamos dando otra oportunidad, porque la industria papelera española garantiza el reciclaje de la totalidad del papel y cartón que se recupera: nada menos que cinco millones de toneladas al año, es decir, el 69% de todo el papel y cartón que se consume en nuestro país. Con estas cifras, ya estamos muy cerca del llamado “Club del 70%”, conformado por los seis países que más reciclan en todo el mundo: Suiza, Noruega, Alemania, Holanda, Japón y Austria.
Ecoembes, sociedad dedicada a la recogida y reciclaje de envases, destaca en su memoria anual de 2009 que se recicla más del doble de papel y cartón que de plástico (84,2% frente a 41,9%).
Ese porcentaje supone un ahorro de espacio en vertederos similar al de 50 grandes estadios de fútbol llenos hasta arriba, con un ahorro de 4,5 millones de toneladas de CO2, esto es, más del uno por ciento de las emisiones totales que produce el país.

Más conciencia medioambiental

Son muchos los consumidores que se preocupan por las implicaciones medioambientales de sus compras; muchas las empresas que han comenzado a abanderar políticas de responsabilidad social corporativa; muchos los gobiernos que ya están legislando para que quien contamina, pague, y para que la huella de carbono que genera cada actividad industrial se cuantifique y se reduzca a través del uso racional de las materias primas y de la innovación en materia tecnológica y de diseño.
Algunas entidades ya se están pronunciando a este respecto. Ana Etchenique, vicepresidenta de la CECU (Confederación de Consumidores y Usuarios), manifestó que uno de los problemas de los envases de plástico es el pésimo reciclaje que se hace con ellos - cuando se hace -, llegando en muchos casos a ser más caro el proceso de reciclaje que el propio producto. Afirmó también que “una buena opción sería apostar por materiales ecológicos como el papel y el cartón con certificación forestal”.
Conclusiones similares pueden extraerse de la última encuesta del Instituto Feedback, según la cual el 80,3% de los consumidores apoya la eliminación de las bolsas de plástico de los supermercados y respaldaría la eliminación de las bandejas de poliexpán. Como alternativa, la mayoría considera que el cartón es el material de envase y embalaje más sostenible y menos perjudicial para el medio ambiente.

Las doce razones del cartón ondulado

1. Nace en la naturaleza y vuelve a ella
Con una materia prima, el papel, que proviene de un recurso natural y renovable como es la madera, se fabrican embalajes de cartón ondulado 100% reciclables y biodegradables. Al ser un ciclo integrado y sostenible, es responsable con el medio ambiente: se planta, se cultiva, se elabora, se usa y se recicla.
2. Ayuda a nuestro planeta
La industria del papel y cartón se basa en una gestión forestal sostenible. Gracias a las modernas técnicas de silvicultura, los bosques europeos han crecido un 10%. Los bosques jóvenes, limpios y controlados, tienen menor riesgo de incendios.
3. Vela por el futuro de nuestros hijos
Las industria papelera contribuye a evitar el cambio climático, porque los bosques cultivados son eficientes sumideros de CO2. Una sola hectárea de árboles en crecimiento absorbe 20 toneladas de CO2 al año.
4. Es responsable del entorno natural y social
Los procesos productivos son eficientes, limpios y responsables. Gracias a la constante inversión medioambiental, el crecimiento en la producción no genera un aumento del impacto ambiental. También contribuye a proteger el entorno social creando empleo estable y cualificado.
5. Nada se pierde, todo se aprovecha
Número uno en reciclaje. En España se recuperan al año cinco millones de toneladas de papel y cartón usados, equivalentes a 50 grandes estadios de fútbol. Los envases de papel y cartón ya usados se convierten, a través del reciclado, en materia prima secundaria. Cerca del 85% de la materia prima empleada en la fabricación de cajas de cartón ondulado procede del reciclaje.
6. Máxima garantía de protección
El envase de cartón ondulado, además de sólido y muy resistente, es ligero, fácil de manejar y transportar, y permite una perfecta apilabilidad, optimizando la logística. Puede contener todo y nada lo deforma. El producto siempre llega en condiciones óptimas.
7. Diseño a medida
Cada embalaje es funcional, práctico y versátil. Capaz de adoptar tantas formas y medidas diferentes como requiera el producto, sin desperdiciar espacios en almacenes y camiones.
8. Cada producto estrena caja
Se utiliza una sola vez, lo que se traduce en máxima calidad, seguridad e higiene. No existe riesgo de contaminación de usos anteriores.
9. Es el mejor soporte de comunicación, información e imagen
Su facilidad y calidad de impresión convierten al cartón ondulado en el mejor aliado de la trazabilidad y en la herramienta de marketing más eficaz. Es el DNI del producto. Se puede personalizar según las necesidades de cada cliente.
10. La opción más rentable
Los costes totales asociados al uso de una caja de cartón ondulado de un solo uso son siempre inferiores a los de una caja reutilizable.
11. Está en todas partes
De media, un consumidor entra en contacto con 10 ó 20 embalajes distintos de cartón ondulado cada día.
12. Ha sido, es y seguirá siendo líder mundial
El embalaje de cartón ondulado es el más utilizado en todo el mundo, para todo tipo de productos.

Fuente AFCO, 2010

jueves, 4 de noviembre de 2010

NUEVOS MATERIALES BIODEGRADABLES

Los bioplásticos forman parte de los nuevos materiales que se desarrollan como opción sustitutiva de los materiales plásticos convencionales ante el incierto futuro de las fuentes de materias primas fósiles como el petróleo. 
Los conceptos que se manejan habitualmente en el ámbito de los bioplásticos y normativa que regula estos materiales, aplicación de los bioplásticos en el mercado y en particular en el envase doméstico, dar a conocer las diferentes tipologías de bioplásticos que circulan en el mercado y por último dar una visión general de los pros y contras de la gestión de los envases bioplásticos una vez que culminan su vida útil, es decir, su tratamiento como nuevos residuos en el actual sistema de gestión de los RSU, son aspectos que se han de dar a conocer para mejor comprensión de estos biomateriales y el alcance que peude tener su utilización.

Aida Fernando de Fuentes


Para más información del seminario el próximo día 12 de noviembre en: http://www.catedraecoembes.upm.es/site/actividades/2010/2010_semana_ciencia.html
(*) Fuente de la imagen, BASF.

lunes, 1 de noviembre de 2010

De bolsas de plástico y plásticos biodegradables



La reducción de la puesta en el mercado de estas bolsas, tradicionalemnte denominadas derivadas del petróleo o plástico sintético, ha llevado a campañas de determiandos grupos de hipermercados de eliminación en sus líneas de caja de estas bolsas, sustituyéndolas si se desea, por otras reutilizables de rafia (no reciclables al final de su vida útil), o por bolsas biodegradables de almidón modificado. 

Sin entrar en la estrategia, que puede considerarse sostenible, caben dos comentarios, uno como consumidor y otro como técnico. 

Como consumidor, no cabe duda que las bolsas en línea facilitan la compra, la carga y la descarga en el hogar de la compra realizada. Estas bolsas a su vez, se suelen utilizar otros usos eventuales o como bolsa de basura de resto o bolsa de fraciones reciclables (contenedor amarillo). Al eliminarlas, el ciudadano compra la de rafia, dado que las biodegradables las ve como lejanas, salvo que el hipermercado en cuestión, optara por darlas en masa en las líneas de forma aparentemente gratuita, imputando el sobrecoste no en la caja, sino en todos los productos de las estanterías. Las de rafia tienen el problema que tendemos a llenarlas, cargando a veces hasta 20 kg de productos, con la incomodidad de la carga y descarga, imposibilidad física para algunas personas o daños en la espalda.

Como técnico, nos encontramos con las bolsas biodegradables, cuyo destino final sería el compostaje. Pero sabemos, que a la planta de compsotaje las bolsas de film sólo están presentes en un 1% en peso de todo lo que entra. Cabe deducir, entonces, que ese esfuerzo que hacemos al principio de la tubería no tenga una repercusión ambiental adecuada. Por otro lado, estas bolsas se utilizarían también  para meter los envases que van al cobtenedor amarillo. Una vez allí y entrando en las plantas de clasificación, nos encontraremos que con los plásticos derivados del petróleo, existen materiales orgánicos biodegradables, lo cual es incompatible con el reciclaje de los anteriores. Se imaginan una tubería de riego fabricada con una mezcla de polímeros sintéticos del petróleo y polímeros biodegradables?. Con ello, se sonseguirá que, ante la duda, muchos materiales biodegradables y no biodegradables, acaben en la incineradora o en los vertederos.

¿Qué hacer entonces?. En primer lugar, antes de lanzar una normativa u objetivo, hay que investigar sobre las modificaciones que hay que hacer en los procesos actuales, evaluar sus costes económicos y ambientales, establecer prioridades y , finalmente, concienciar a la población y los plazos. El problema es complejo, pues la introducción en masa de estas bolsas paralizarían en buena medida el actual sistema de recuperación y reciclaje de materiales plásticos y por otro, la biodegradabildiad de los mismos, no se vería efectiva en las plantas de compostaje, pues estas bolsas no llegan a las mismas. 

El problema no es nacional, ya que otros países desarrollados tienen planteadas las mismas inquietudes, a los que hay que sumar, la introducción en el mercado de bolsas de plástico derivadas del petróleo y bio degradables. ¿alguien da más?.