lunes, 20 de diciembre de 2010

EL NUEVO MARCO DE LA GESTION DE RESIDUOS EN ESPAÑA

Los denominados nuevos retos ambientales actuales, que no son más que el reconocimiento a nivel general de los efectos ambientales que venimos detectando desde hace ya varias décadas, están sirviendo para cambiar la filosofía productiva e integrarse en las políticas económicas, educativas,... de toda índole y, por supuesto, en las propias leyes. 
La nueva Directiva Europea de Residuos de 2008 y el Plan Nacional Integrado de Residuos, constituyen el nuevo marco de actuación en materia de gestión de residuos. Ello culminará con la transposición de la mencionada Directiva en una ley de residuos, que sustituirá a la ya caduca Ley 10/98.
Por otro lado, hay que constatar el hecho que la aprobación de la Directiva 94/62/CE y su transposición a la legislación española a través de la Ley 11/97 de envases y residuos de envases, ha generado unos resultados importantes en cuanto a recuperación de materiales (plásticos, latas, papel/cartón, vidrio), alcanzándose con creces los objetivos marcados en la misma para todos los países del área comunitaria, si bien ha dejado en entredicho la gestión de otros residuos urbanos que no han sido abordados hasta ahora.

La Ley de Envases y Residuos de Envases, preveía dos modos de operar: el sistema de devolución y retorno (SDDR) y el sistema integrado de gestión (SIG). La industria del envasado optó por el SIG (bolsa amarilla) con resultados óptimos y contrastables en la actualdiad, si bien hay disparidad en los números según comunidades autónomas. En su conjunto el balance no sólo ha sido positivo, sino que se han creado otros SIG tales como SIGRE para los medicamentos; SIGFITO para los envases plásticos de origen fitosanitario; ECOASIMELEC para los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos, etc. Ahora bien, mientras se ha avanzado en estas fracciones de residuos, se ha dejado de lado otra no menos importante como lo es la materia orgánica, la cual representa en peso bruto entre un 30-40% en el conjunto de la basura urbana.
¿Cómo será la gestión de los residuos en los próximos 10 años?
La Directiva de Residuos 2008/98/CE (DOUE 22/11/2008) estabelce una nueva jerarquía en la gestión:
- Prevención
- Preparación para la reutilización
- Reciclado
- Valorización energética
- Eliminación
Para ello, se introduce una nueva definición de residuo de manera que todo subproducto, material, envase, etc, pierde su condición de residuos,  siempre que pueda valorizarse a través de su reutilización como materia prima, que disminuya el consumo de recursos no renovables y se reduzcan los impactos ambientales en el medio de extracción. El fin de la condición de residuo es facilitar su reciclaje material. Por ejemplo, actualmente el papel y cartón que usamos y depositamos en los contenedores azules, hoy por hoy son residuos para reciclar. Con la nueva ley, pasan a ser materias primas. Lo mismo ocurrirá para los envases, vidrio, aceites usados......, dejando sin aplicación una extensa y farragosa legislación actual específica de los mismos.
Otro aspecto importante de la nueva ley es la inclusión de la responsabilidad ampliada del productor, que obligaría a que los residuos de sus productos sean aceptados por él y gestionados de manera que se hagan cargo de los costes correspondientes a dicha gestión. Un efecto claro, para todo aquello que no esté sometido a un SIG, va a ser el incremento en el precio de los productos finales, repercutiendo esa gestión en el consumidor, como era de esperar. Esta medida hoy por hoy, tal y como está la economía, no tiene mucho futuro, máxime cuando la discusión de la directiva se realizó antes de la crisis económica y no contemplaba la profundidad de la misma, sobre todo en determinados estados miembros de la UE.
También incluirá la nueva ley los objetivos de reciclaje para las fracciones de papel, metal, vidrio y plástico, abriendo la posibilidad de incluir en éstas, los biorresiduos (residuos biodegradables de parques y jardines,  alimenticios y de cocina procedentes de los hogares y canal HORECA y otros asimilables procedentes de plantas de transformación de alimentos). Sin embargo, no plantea objetivos para los residuos peligrosos o de origen industrial.

Finalmente, hace mención a los aceites industriales usados y prevé la regeneración de los mismos. La incineración de residuos urbanos pasa a considerarse una operación de valorización si se cumple con los principios de eficiencia energética.
La nueva legislación fijará, por tanto, el marco para la próxima década, si bien la atención a los problemas ambientales tales como el cambio climático o el sobre consumo de recursos naturales asociados a los residuos, hacen necesaria la aplicación de políticas de gestión avanzadas y la demanda de nuevos técnicos en la materia, que se formen al amparo del nuevo marco y bajo esa perspectiva, que sin duda, generará nuevas necesidades y puestos de trabajo, con independencia de la situación económica regional.
JVLA_CEMA

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