Un equipo de científicos ha
desarrollado un proceso que podría reducir diez veces la cantidad de lodos
generados por las plantas de tratamiento de aguas residuales. Este tratamiento
biológico es fruto del proyecto Innowatech («Tecnologías innovadoras integradas
para el tratamiento de aguas residuales industriales»), que recibió una
financiación de 2,75 millones de euros a través del área temática «Desarrollo
sostenible, cambio global y ecosistemas» del Sexto Programa Marco (6PM) de la
Unión Europea.
Una de las formas más económicas
de tratar las aguas residuales industriales es mediante procesos biológicos. No
obstante, existe el inconveniente de que los microbios empleados sólo consiguen
hasta cierto punto descomponer los contaminantes generados en actividades
industriales de producción de cuero, tejidos, fármacos, etcétera. Ahora un
equipo de científicos del Instituto de Investigación Hídrica (IRSA) del Consejo
Nacional de Investigación de Italia ha desarrollado una técnica sofisticada que
permite que la biomasa microbiana, capaz de descomponer los residuos, crezca en
su mayor parte en forma de gránulos. Además de desarrollar el proceso, lo han
probado y aplicado a gran escala.
El proceso se ha dado en llamar
Sequencing Batch Biofilter Granular Reactor (SBBGR, reactor discontinuo
secuencial granular con biofiltro). En este reactor, los gránulos quedan
atrapados en poros entre material plástico de soporte. Al someter a estrés a
los microbios, se generan menos lodos, ya que no encuentran las condiciones
propicias para proliferar. Por consiguiente, se reduce la cantidad de microbios
y de residuos.
La desventaja de utilizar un
sistema biológico radica en que al eliminar un kilo de aguas residuales se
producen 500 gramos de lodo del que también hay que deshacerse posteriormente.
Gracias a la innovadora técnica presentada, la cantidad de lodos generados es
mucho menor. «Con esta tecnología sólo se generan 50 gramos de lodo», aseguró
el coordinador del proyecto del IRSA, Antonio López. Así, una planta que utilizase
esta tecnología podría ser diez veces más pequeña de lo habitual.
No obstante, algunos
especialistas manifiestan su inquietud por la posibilidad de que surjan
factores adversos y cuestionan, por ejemplo, lo que se introduce en el reactor
y la concentración de biomasa. «Que la producción de lodos disminuya diez veces
no significa necesariamente que el volumen del biorreactor se reduzca en la
misma proporción», puntualizó Christoph Brepols, experto en tratamiento de
aguas residuales perteneciente a la asociación de aguas del Río Erft
(Erftverband).
El tratamiento de los efluentes
del procesado de cuero y tejidos es posible cuando se integran procesos a base
de oxígeno en el reactor. Pese a su elevado precio, el ozono es capaz de oxidar
y descomponer la mayoría de compuestos orgánicos. Si bien la innovadora técnica
mencionada no es capaz de descomponer los contaminantes al 100 %, sí que
puede transformarlos en compuestos más biodegradables. Cuanto menos ozono se
utilice, menos costoso será el tratamiento.
«Las aguas residuales procedentes
de curtidurías se consideran un patrón de referencia en el ámbito de las aguas
residuales industriales», informó el Dr. López, ya que su composición es
compleja y su tratamiento difícil.
Su equipo se manifiesta optimista
de cara al uso de reactores para lodos granulares. La producción de lodos no
hace sino aumentar en Europa. Hace 20 años la producción de sólidos secos en
las plantas era algo superior a 5 millones de toneladas, mientras que en 2007
esa cifra ascendió a 10 millones. Actualmente la eliminación de una tonelada de
sólidos secos acarrea un coste de entre 350 y 750 euros. Así pues, toda
innovación tecnológica en este ámbito reviste gran importancia.
Fuente: Cordis.Europa.eu
(08/06/2012)