Los vertederos disponen de un límite para ser rebasados,
existen casos en los cuales se está alcanzando el límite de capacidad del
vertedero y se deben proponer medidas que beneficien la gestión y, de esta
forma, el medio natural. Esta es la situación de Valdemingómez (Comunidad de Madrid): el vertedero
que se sitúa en él, con una ocupación de 210 hectáreas, está colmado en capacidad de acumular residuos.
La posibilidad de que se construyan más vertederos o de
que este pueda ser ampliado es verdaderamente escasa. El territorio no
urbanizable que resta en el municipio es de un 39% y de esta parte, el 88%
pertenece al monte de El Pardo que cuenta con la mayor protección
medioambiental.
La propuesta que plantea
el Ayuntamiento de Madrid es la de utilizar estos residuos en la incineración
ampliando el plazo de vida útil de éstos, convirtiendo Valdemingómez en una gran
central eléctrica. Es decir, los residuos que son llevados a este vertedero se
incineran mediante unas infraestructuras que dan lugar a otro tipo de energías
(eléctrica, por ejemplo). Actualmente, el parque genera algo más del 2% de la
demanda eléctrica de la ciudad, el objetivo de esta gestión es aumentar un 20%
esa cifra antes de 2020.
El único
inconveniente a esta propuesta es la problemática que supone la incineración.
Por un lado la incineración de los residuos podría
suponer una serie de ventajas. En primer lugar, la solución a la problemática
de espacio en el vertedero, pues se reducen los residuos acumulados y se crea
una fuente eléctrica. Además supone un ahorro en combustibles fósiles no
renovables (actualmente se proporciona un ahorro energético anual equivalente
al consumo de 58 millones de litros de fuelóleo) y se reduce en la emisión de
gases de efecto invernadero respecto a una central eléctrica de fuelóleo.
Foto:gentileza del Ayuntamiento de Madrid |
Sin embargo, el
proceso de incineración produce una serie de cenizas, escorias y gases tóxicos
(dioxinas y furanos entre los más famosos y problemáticos) que suponen un problema grave para la salud y
para el medio ambiente. Si las infraestructuras de la estación de incinerado no
disponen de un sistema de filtro de estos gases y productos, las emisiones
suponen una gran contaminación del aire, agua y suelo. Son muchos los grupos y las personas que se
oponen a la Incineradora de Valdemingómez y la catalogan de peligrosa para la
salud humana y para el medio ambiente.
La Directiva Europea
para la gestión de residuos peligrosos 2000/76 indica que en la incineración no se debe pasar
el límite de 0,1 nanogramos de dioxinas y furanos por metro cúbico de residuos.
¿Cumple Valdemingómez con esta normativa? Parece que sí. El Parque Tecnológico
cuenta con un sistema de depuración de gases para ajustarse y quedarse por
debajo de los límites establecidos y asegura que solamente un 5% de las
dioxinas emitidas a la atmósfera procede de la quema de residuos (frente a un
7% del transporte según fuentes del Ayuntamiento de Madrid). También insisten
en que la cuarta parte de las inversiones económicas van destinadas a fines
medioambientales.
La cuestión ahora es si la mayor incineración que se
plantea aumentará las emisiones de gases a la atmósfera de manera que se
perjudique la salud humana y el medio ambiente. ¿Deberían estar preocupados los
ciudadanos de Madrid?
Fuentes:
http://europa.eu/legislation_summaries/environment/waste_management/l28072_es.htm
http://ccaa.elpais.com/ccaa/2013/02/20/madrid/1361348268_093807.html
Ángela Chimeno Saavedra
Marta González Gil
Natalia de Jorge Mayorga
Estudiantes de 3º Grado en Ingeniería del Medio Natural.(UPM)