Hoy nos hacemos eco del siguiente artículo:
Hasta ahora no había unos criterios claros que delimitaran cuándo un material deja de ser considerado chatarra para convertirse de nuevo en un producto. Sin embargo, esto ha empezado a cambiar en la Unión Europea para dos metales: el acero y el aluminio. A partir de ahora, cumpliendo ciertas pautas de calidad y determinados requisitos establecidos por el Reglamento (UE) 333/2011, queda claro a partir de qué momento las chatarras de estos materiales dejan de ser consideradas residuo para pasar a ser productos.
La nueva legislación puede suscitar ciertas dudas a la hora de su aplicación, por ello, en enero se celebró en Madrid una jornada divulgativa en la que se trató este tema desde distintos puntos de vista. El programa de la jornada incluyó ponentes de primer orden.
Así, María Gamo (SGS) y Laura Zamora (PIR) hablaron del fundamento del Reglamento 333/2011 y sus implicaciones (Reach/CLP). A lo largo de su exposición pormenorizaron los requisitos que han de cumplir las chatarras férricas y de aluminio que pretendan ser desclasificadas como residuos. Una de las cuestiones importantes es que se lleve a cabo un control radiológico para asegurar que los materiales no se encuentran contaminados.
Además, como planteaba Gamo, “si la chatarra deja de ser residuo, será producto y por lo tanto, tendrá que estar bajo el control de la normativa Reach (este reglamento regula el registro, la evaluación, la autorización y la restricción de las sustancias y los preparados químicos, con el objetivo de garantizar un elevado nivel de protección de la salud humana y del medio ambiente, así como la libre circulación de sustancias en el mercado interior)."
Por su parte Zamora explicó en profundidad lo relativo al Reach y al CLP (reglamento europeo sobre clasificación, etiquetado y envasado de sustancias y mezclas químicas). Así planteó que “es necesario conocer bien el origen del material para poder solicitar la exención de aplicación de la normativa Reach”.
Requisitos
Alicia García-Franco, directora general de FER (Federación Española de Recuperación y Reciclaje), analizó el tema desde el punto de vista del sector productor/reciclador y las iniciativas que se están poniendo en marcha. Su ponencia fue especialmente clarificadora y tranquilizadora ya que fue explicando en términos comunes del sector qué requisitos hay que cumplir para que las chatarras se desclasifiquen como residuos. En palabras de García-Franco, “en realidad, el sector ya cumple con la mayoría de los requisitos exigidos, dados los altos niveles de calidad de los procesos de recuperación”. Además precisó que “aunque el material se desclasifique como producto, seguirá estando bajo la inversión del sujeto pasivo en todo lo relativo al IVA”.
“FER ha preparado un dossier a disposición de sus socios para demostrar que las chatarras férricas y de aluminio ya han sido registradas, de manera que puedan hacer uso de ella sin coste en caso de que quiera que su chatarra deje de ser residuo”, concluyó García-Franco.
Y, finalmente, Santiago Oliver, director de Medio Ambiente de Unesid (Unión de Empresas Siderúrgicas) enfocó el asunto desde el punto de vista del sector consumidor. Oliver narró cómo vivió el sector siderúrgico el registro de las sustancias: “el sector siderúrgico decidió jugar con dos raquetas para consumir chatarra tanto si la misma había sido desclasificada como residuo como si mantenía esta consideración”.
Al finalizar la jornada, tuvo lugar un interesante coloquio, en el que los asistentes pudieron realizar preguntas a los ponentes y aclarar sus dudas. Con una nutrida asistencia que superó las 80 personas, esta jornada vino a arrojar luz sobre un tema tan complejo como revolucionario para el sector del reciclado.
Fuente: Interempresas.net (20/01/2012)