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jueves, 8 de septiembre de 2016

¿Qué está pasando con el clima?

Estamos viviendo semanas de temperaturas superiores a 40 grados en todo el territorio español, en un mes de septiembre que debería ir dándonos una tregua y acercándonos a las temperaturas otoñales que tanto deseamos ahora. Pero  no queremos quedarnos sólo con lo superficial. Es el momento de plantearnos el porqué de esta ola de calor.

Los expertos en la materia coinciden en que no es habitual tanto calor en esta época del año. Aunque ya hemos vivido septiembres calurosos con anterioridad, como el de 1988, en esta ocasión se han superado las temperaturas  por encima de los 35 grados en la mayoría de localidades españolas.

viernes, 15 de junio de 2012

Los expertos ya consideran el problema de los residuos tan alarmante como el cambio climático


El Banco Mundial alerta del preocupante aumento de la generación de residuos en los centros urbanos.

Un nuevo informe del Banco Mundial sobre la situación de los residuos sólidos urbanos (RSU) predice un marcado incremento de la basura generada en las ciudades hasta 2025. El informe estima que la cantidad de RSU generados aumentará de los actuales 1.300 millones de toneladas anuales a 2.200 millones de toneladas, y que la mayoría del aumento se producirá en las ciudades en rápido crecimiento de los países en desarrollo. Como consecuencia, el coste anual de la gestión de residuos sólidos aumentará de los 205.000 millones de dólares actuales a 375.000 millones, y que el mayor aumento de este gasto se registrará en las ciudades de los países en vías de desarrollo.

lunes, 28 de mayo de 2012

Un estudio señala que es posible reducir las emisiones de gases de efecto invernadero


Si se realizan de aquí a 2020 ciertos cambios necesarios en ámbitos como la vivienda, el transporte de pasajeros y los alimentos, será posible reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en unas 4,5 millones de toneladas. Este es el mensaje que transmite una nueva investigación finlandesa que indagó en la posibilidad de reducir el nivel de emisiones actual.

Los investigadores, pertenecientes al Instituto Finlandés de Medio Ambiente (SYKE), el Centro Nacional Finlandés del Consumidor y el Instituto Gubernamental Finlandés de Investigación Económica (VATT), afirman que las mayores reducciones en vivienda estarían relacionadas con cambios en el aspecto energético. El ahorro de calefacción y electricidad y la promoción de dispositivos eficientes desde el punto de vista energético son otras formas de garantizar dichas reducciones.

Con respecto al transporte de pasajeros se indican dos maneras de disminuir las emisiones: endurecer los impuestos a los automóviles y el combustible e imponer pagos por el uso de las carreteras. Los investigadores aducen que las emisiones relacionadas con los alimentos podrían reducirse si se introduce una dieta baja en carbono en los servicios de cocina y restauración de los sectores público y privado. Otra vía de acción sería garantizar que no se eche comida a perder. 

El equipo destacó la importancia de sus descubrimientos, sobre todo si se tiene en cuenta que el gobierno finlandés se ha propuesto distintos objetivos para reducir las emisiones en los próximos años. Los datos sugieren que Finlandia emite en torno a 70 millones de toneladas de gases de efecto invernadero. Según los investigadores, la vivienda, el transporte de pasajeros y la industria alimentaria suponen cerca de un cuarto del total en equivalentes de dióxido de carbono (CO2). Añadieron que el total de las emisiones atribuibles a Finlandia y otros territorios asciende a 35 millones de toneladas si se tienen en cuenta el ciclo de vida completo de los productos y las emisiones globales. 

En su estudio se pone de manifiesto que los instrumentos políticos aplicados a la normativa climática dedicada a la vivienda no tienen por qué haberse creado a propósito para este efecto y suelen utilizarse en otros ámbitos como por ejemplo la recaudación fiscal. Para más inri, los instrumentos políticos no son completamente coherentes, pues las decisiones que guían el consumo ciudadano se realizaron en distintos momentos ateniéndose a circunstancias diferentes. En este estudio se concluyó que es básico que ministerios y agencias del gobierno central creen relaciones más estrechas y establezcan objetivos comunes de reducción de emisiones en los programas políticos. 

Una de las relaciones identificadas por el equipo fue entre la vivienda y el transporte de pasajeros. Afirman que los niveles de emisiones vienen determinados por las elecciones personales en cuanto a la ubicación de la vivienda y el trabajo y también en relación a cuánta energía se genera y se utiliza. 

Con respecto a la reducción de las emisiones procedentes de hogares, los investigadores afirman que se puede lograr un descenso de 1,3 millones de toneladas si se modifica el sistema de calefacción y se acometen renovaciones con la energía en mente. Decantarse por un estilo de vida «inteligente desde el punto de vista energético» generaría una reducción de 0,36 millones de toneladas en calefacción y electricidad. Si a esto se suma la adquisición de electrodomésticos más eficientes se reducirían 0,34 millones de toneladas adicionales.

La utilización de la bicicleta o el desplazarse a pie en lugar de utilizar el automóvil permitiría ahorrar más de 2,1 millones de toneladas equivalentes de CO2 adicionales.
Fuente: CORDIS.Europa.eu (24/05/2012)

miércoles, 16 de mayo de 2012

Desperdiciar alimentos en los hogares contamina más que las emisiones de miles de coches


Una investigación realizada por científicos de la Universidad de Edimburgo revela que la leche desperdiciada en los hogares de su país (en un gesto tan sencillo como verter los restos del desayuno) genera cada año una huella de carbono equivalente a 100.000 toneladas de CO2, las emisiones anuales de 20.000 coches.

La leche no es una sustancia contaminante, por lo que la elevada huella de carbono que genera su desperdicio no se deriva de su composición, sino de los recursos naturales que se han utilizado en las explotaciones ganaderas para producirla y luego tirarla. Según ha informado el diario ABC, la investigación realizada por la Universidad de Edimburgo ha revelado que la cantidad de leche desperdiciada asciende a las 360.000 toneladas anuales.

La utilización de recursos naturales para producir alimentos que después no son consumidos tiene un grave impacto medioambiental. Reducir la cantidad de comida que se compra para evitar malgastarla es, según los investigadores escoceses, un gesto que podría disminuir de manera significativa las emisiones a la atmósfera. Aunque buscar nuevas formas de producción más eficientes para la industria alimentaria también contribuiría a la reducción del impacto medioambiental de la misma, no desperdiciar alimentos es una solución que podría aplicarse a efectos inmediatos.

Producción cárnica, elemento contaminante.

La producción de carne y otros productos de origen animal como los huevos o la leche envían a la atmósfera mayor cantidad de gases de efecto invernadero que los vegetales, ya que se cultivan grandes cantidades de cereales para alimentar al ganado. Según informa ABC, si la cantidad de pollo que se consume en los países desarrollados se redujera a la mitad, los efectos para el medio ambiente serían los mismos que retirar 10 millones de automóviles de las carreteras.

El responsable del estudio, David Reay, de la Escuela de Geociencias de la Universidad de Edimburgo, ha declarado que “comer menos carne y desperdiciar menos alimentos puede jugar un papel importante en ayudar a evitar el crecimiento de las emisiones de gases de efecto invernadero a medida que aumenta la población mundial”. Las cifras de su investigación son claras: si el consumo de pollo cayera de los 26 kg anuales a la media japonesa de 12 kg, las emisiones mundiales de los gases producidos por las granjas avícolas caerían, reduciendo la producción mundial de óxido nitroso en un 20%.

Sin embargo, no se prevé una reducción de la demanda de carne ni de alimentos en general. Al contrario, se espera que el consumo de carne y alimentos crezca paralelamente a la población mundial.
Fuente: CompromisoRSE.com (15/05/2012)

martes, 8 de mayo de 2012

El Protocolo de Gotemburgo fijará objetivos más ambiciosos para reducir la contaminación del aire transfronteriza


La UE ha llegado a un acuerdo internacional para actualizar el Protocolo de Gotemburgo, según una declaración conjunta de la Presidencia danesa del Consejo y el Comisario Potočnik, que mostraron su satisfacción con este nuevo acuerdo. También hay acuerdo para actuar contra el conocido como “Carbono Negro”, un contaminante con unas características climáticas de corta duración.

El Protocolo de Gotemburgo se actualizará estableciendo objetivos más ambiciosos para reducir la contaminación transfronteriza del aire. Concretamente, los objetivos revisados del Protocolo tendrán una reducción de las emisiones de la UE en torno al 60% para el azufre, el 40% de óxidos de nitrógeno (NOx), el 30% de compuestos orgánicos volátiles (COV), el 6% para el amoniaco y el 20% de partículas en comparación con los niveles de 2005. Recientemente la Comisión ha publicado un documento sobre las medidas de calidad del aire que pueden mitigar sustancialmente el calentamiento global.

Tal como se ha anunciado en un comunicado conjunto de la Presidencia danesa de la UE y Janez, Comisario europeo de Medio Ambiente, el Protocolo de Gotemburgo se actualizará teniendo por primera vez un acuerdo internacional que reconoce el vínculo entre la contaminación atmosférica y el cambio climático. Además, existe un acuerdo para actuar el “Carbono Negro”. un contaminante con corta duración.

El acuerdo implica a la UE, Noruega, Suiza y los Estados Unidos de América, y en las negociaciones también han participado otros países de la región de la Comisión Económica para Europa de Naciones Unidas (CEPENU). El Protocolo de Gotemburgo para luchar contra la acidificación, la eutrofización y el ozono troposférico se adoptó el 30 de noviembre de 1999. En él se establecen límites máximos de emisión para cuatro contaminantes: azufre, óxidos de nitrógeno (NOx), compuestos orgánicos volátiles (COV) y amoniaco. Estos límites se negocian sobre la base de evaluaciones científicas de los efectos de la contaminación y las opciones de reducción.
Fuente: Euroalert.net (07/05/2012)

lunes, 23 de abril de 2012

Contaminación atmosférica producida por el tráfico


La contaminación del aire que respiramos se debe en gran parte a los gases y partículas emitidos por el tráfico ya sea en el interior de las ciudades o en los trayectos interurbanos. El Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT) trabaja en colaboración con otras instituciones y empresas privadas en distintos proyectos como, por ejemplo, el denominado “Creación de un Sistema Multicarril de Detección de las Emisiones y Consumos del Tráfico Circulante”.

La incorporación de importantes novedades tecnológicas en el sector del automóvil ha permitido reducir sustancialmente el consumo de combustible y las emisiones producidas por los nuevos vehículos a nivel individual, sin embargo, la calidad del aire de las áreas urbanas sigue sin mejorar, razón por la que es necesaria la caracterización experimental y precisa de las emisiones.

La contaminación atmosférica se produce por la presencia en el aire de sustancias capaces de inducir efectos negativos sobre el medioambiente y la salud humana. El máximo exponente de esta problemática tiene lugar en las grandes ciudades de los países desarrollados, en donde la emisión a la atmósfera de los productos de combustión procedentes del tráfico de vehículos es la causa principal de la pérdida de calidad del aire. Las mejoras tecnológicas introducidas en motores y combustibles en los últimos años han evitado un verdadero colapso ambiental como consecuencia de la masificación del uso del vehículo privado en las ciudades. No obstante, no hay que olvidar que existen factores externos al vehículo, como las condiciones de la circulación, la señalización, el comportamiento del conductor o la orografía, que también condicionan en gran medida las emisiones que finalmente se producen. 

En el ámbito de la investigación del impacto ambiental del tráfico, el CIEMAT trabaja en colaboración con otras instituciones y empresas privadas en distintos proyectos como, por ejemplo, el denominado “Creación de un Sistema Multicarril de Detección de las Emisiones y Consumos del Tráfico Circulante”. El objetivo de este proyecto es la creación y puesta a punto de un sistema no intrusivo, pensado para ser instalado en vías de alta capacidad, y capaz de medir por medios ópticos las emisiones contaminantes producidas por los vehículos que pasan por delante del punto en donde se encuentre instalado. La tecnología en que se basa este sistema se viene aplicando desde hace tiempo en los Estados Unidos, pero sólo en vías monocarril. Este proyecto pretende conseguir un sistema de detección más versátil, adaptado a la normativa europea, y los datos que proporcione integrados con la información de las bases de datos oficiales (DGT, Ayuntamientos, etc.) permitirán generar resultados de gran valor añadido, haciendo de este sistema un eficaz elemento de gestión y ayuda para lograr una movilidad sostenible en las ciudades. Los gestores públicos podrán utilizar este equipo para recabar información real sobre la que apoyar sus decisiones y llegar a proponer e implementar las medidas correctoras más adecuadas para conseguir un aire más limpio en sus ciudades, pese al intenso tráfico que soportan. 

En este proyecto la Unidad de Emisiones Contaminantes del CIEMAT a través de su Grupo de Emisiones de Vehículos (GEV) ha puesto el conocimiento, la experiencia y los medios técnicos de que dispone para definir e implementar procedimientos de ensayo y análisis adecuados para poder evaluar el rendimiento del sistema de medida objetivo del proyecto. En este sentido, destaca el papel del laboratorio móvil SEAT-Alambra del GEV, un prototipo único en España de vehículo completamente instrumentado, que permite medir en tiempo real la concentración y la masa total de los gases de combustión así como el tamaño y número de las partículas emitidas por su propio tubo de escape durante su circulación normal. Simultáneamente un ordenador va grabando también de manera continua todas las señales eléctricas provenientes del motor que informan de sus condiciones de funcionamiento, del consumo de combustible y del manejo de los controles del vehículo por parte del conductor. 

Una estrategia de trabajo basada en el uso de este laboratorio móvil, no sólo es útil para evaluar el funcionamiento del sistema de medida desarrollado en este proyecto sino que permite investigar sistemáticamente la verdadera influencia de los distintos factores internos y externos al vehículo que repercuten sobre su emisión de gases y partículas. También permite estudiar los ciclos de conducción urbanos, el comportamiento emisor del parque móvil circulante globalmente considerado, estudiar su evolución, establecer balances e inventarios de emisiones y, finalmente, proponer medidas que puedan incidir positivamente en una reducción en la emisión de contaminantes a la atmósfera. 

Esta línea de trabajo del GEV, centrada en la medida y caracterización de las emisiones de nanopartículas y gases producidos por motores de combustión interna alternativos que propulsan vehículos y camiones se viene desarrollando desde hace más de cinco años y tiene una gran proyección futura.
Fuente: Madrimasd.org (23/04/2012)

martes, 13 de marzo de 2012

Siete consejos para reducir nuestra huella de carbono


Reducir la huella de carbono ayuda a combatir el cambio climático, cuidar el medio ambiente y ahorrar dinero

A mayores emisiones de dióxido de carbono (CO2), mayor impacto en el cambio climático. La huella de carbono nos alerta de este problema medioambiental y sirve para concienciarnos en la toma de medidas para reducirla. Ahorrar energía, asumir una dieta baja en carbono, calcular nuestra huella de carbono, compensar emisiones de CO2, consumir productos con etiquetas de huella de carbono y reducir, reutilizar y reciclar son consejos que nos ayudan a luchar contra el cambio climático, a ser más ecológicos y a ahorrar dinero.

1. Ahorrar energía
La energía es uno de los bienes que más huella de carbono genera: su producción, en buena parte con carbón y petróleo, emite CO2, uno de los principales gases de efecto invernadero (GEI) involucrado en el cambio climático. Consumir menos energía sin mermar la calidad de vida, y de paso ahorrar dinero, es posible conmedidas como combatir el frío o el calor de forma ecológica, tener electrodomésticos de alta eficiencia energética, a poder ser de la clase A+++, desactivar el "stand by" de los aparatos electrónicos, sustituir las bombillas incandescentes por otras de bajo consumo, instalar un buen aislante térmico en la vivienda, hacer la colada de forma ecológica, etc.

2. Asumir una dieta baja en carbono
La producción de algunos alimentos genera más emisiones de GEI que otros. Seguir una dieta baja en carbono puede ser saludable y contribuir de manera importante a reducir las emisiones. Los más aconsejables son los alimentos locales, que evitan el transporte desde puntos lejanos, el uso de energía y la liberación de GEI. Se deben primar los productos frescos, de temporada, no envasados ni procesados, y reducir en lo posible el consumo de carne. El agua mineral embotellada es una de las peores compras por la gran cantidad de recursos utilizados.

3. Calcular nuestra huella de carbono
En Internet hay diversas calculadoras para conocer nuestras emisiones concretas de CO2. Estas páginas web realizan varias preguntas relacionadas con el consumo de energía o el transporte y, según los datos aportados por el usuario, determinan las emisiones producidas. Las primeras calculadoras de huella de carbono se crearon en los países anglosajones, pero en la actualidad se pueden encontrar varias españolas, como CeroCO2, de la ONG Ecología y Desarrollo; Ekopass, promovida por la empresa Naider, especializada en desarrollo sostenible; Twenergy, de la compañía eléctrica Endesa; o la calculadora de la Fundación Reduce Tu Huella.

4. Compensar emisiones de CO2
Emitir CO2 en las diversas actividades cotidianas es hasta cierto punto inevitable. El Protocolo de Kyoto estableció los "Mecanismos de Desarrollo Limpio" (MDL), un sistema para invertir en proyectos de tecnología limpia en países en desarrollo. Puesto que el cambio climático es un problema global, las emisiones en un lugar se pueden compensar si se reducen en otro. Desde su implantación, diversas iniciativas ayudan a empresas, instituciones y particulares a compensar sus emisiones. Es común que las citadas páginas webs que calculan la huella de carbono propongan proyectos para compensar las emisiones.

5. Consumir productos con etiquetas de huella de carbono
Un producto con etiqueta de huella de carbono (o etiqueta de carbono a secas) indica las emisiones de CO2 generadas en su fabricación, transporte y eliminación. Este sistema puede ayudar a los consumidores a elegir los productos con menos emisiones y a las empresas que lo incorporan, a vender más (la demanda de productos respetuosos con el medio ambiente es cada vez mayor) y gastar menos dinero (para reducir huella, ahorrar energía es una de las acciones principales). En países como Estados Unidos, Reino Unido o Suiza, ya se pueden comprar este tipo de productos. En España, EROSKI ha puesto en marcha la campaña "Reduce tu huella de CO2". La actitud de los consumidores es esencial para reclamar el uso de estas etiquetas.

6. Reducir, reutilizar y reciclar
Las actividades de gestión de residuos originan gases de efecto invernadero que también contribuyen al cambio climático. Aun siendo un porcentaje pequeño en comparación con los grandes emisores de estos gases, hay que tenerlo en cuenta y tomar medidas para su reducción.
El consumidor que asume las tres erres básicas (reducir, reutilizar y reciclar) genera menos emisiones de CO2: utilizar bienes básicos como el agua, la energía o la comida de forma responsable y eficiente, evitar productos con un empaquetado excesivo y de usar y tirar, prolongar la vida útil de los bienes con más de un uso, intercambiar productos o buscarlos de segunda mano y separar los residuos de manera adecuada para su posterior reciclaje. El consumidor concienciado y activo puede seguir incluso cuatro erres más: reflexionar y ser crítico, rechazar productos tóxicos, no biodegradables o no reciclables, redistribuir el consumo para disminuir las diferencias entre países ricos y pobres, y reclamar a instituciones y empresas un mayor apoyo al consumo ecológico.
Jornadas como “Residuos y CambioClimático” del próximo 22 de marzo en la Universidad Politécnica de Madrid nos ofrecen la oportunidad de reflexionar y debatir al respecto.

7. Viajar de manera sostenible
El transporte es otro de los grandes emisores de GEI. Lo idóneo sería reemplazar el automóvil privado por la bicicleta, ir a pie o utilizar el transporte público. Si no queda más remedio que usar el vehículo privado, compartirlo con otros usuarios, incluido el garaje, y conducir de forma eficiente reduce también las emisiones.
Fuente: Eroski Consumer.

viernes, 2 de marzo de 2012

La AEMA revela que la contaminación atmosférica industrial le costó a Europa hasta 169.000 M€ en 2009


La contaminación atmosférica procedente de los 10.000 complejos contaminantes más grandes de Europa les costó a los ciudadanos entre 102.000 y 169.000 millones de € en 2009. Esta es una de las conclusiones contenidas en un nuevo informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA), que analizó los costes de los perjuicios para la salud y el medio ambiente ocasionados por la contaminación atmosférica. La mitad del coste total de los daños medioambientales, entre 51.000 y 85.000 M€, fue provocado por 191 complejos industriales.

El informe «Revealing the costs of air pollution from industrial facilities in Europe» (Los costes de la contaminación atmosférica procedente de las plantas industriales en Europa al descubierto) ofrece una lista de las plantas industriales en que provocan el mayor perjuicio.

Entre las plantas industriales incluidas en el análisis se encuentran las grandes centrales eléctricas, las refinerías, las industrias que emplean combustión en sus procesos de fabricación, los residuos y determinadas actividades agrícolas. Las emisiones de las centrales eléctricas representan la mayor parte de los costes medioambientales (estimados entre 66.000 y 112.000 M€). Otras contribuciones significativas a los costes totales procedían de los procesos de producción (entre 23.000 y 28.000 M€) y la combustión en los procesos de fabricación (entre 8.000 y 21.000 M€).

Algunos sectores están excluidos del análisis de la AEMA: el transporte, los hogares y la mayoría de actividades agrícolas. Si se incluyeran estos sectores, el coste de la contaminación sería incluso superior.

Conclusiones principales

  • La contaminación atmosférica producida por las plantas industriales incluidos en el análisis de la AEMA le costó a cada ciudadano europeo entre 200 y 330 de euros de promedio en 2009.


  • Los países como Alemania, Polonia, Reino Unido, Francia e Italia, donde están ubicados gran parte de las plantas de gran tamaño, son los que más contribuyen a los costes totales causados por daños al medio ambiente. No obstante, al ponderar dichos costes con vistas a reflejar la productividad de las economías nacionales, el orden de los países varía considerablemente. Así, las emisiones procedentes de países como Bulgaria, Rumanía, Estonia, Polonia y la República Checa son relativamente más importantes si se consideran  los costes por los daños medioambientales.


  • Un número limitado de plantas están ocasionando la mayoría de los costes medioambientales. Las tres cuartas partes de los costes totales fueron ocasionados por las emisiones de tan sólo 622 complejos industriales, lo que representa un 6% de la cifra total de plantas. Los complejos con emisiones asociadas a un coste elevado de daños son, en la mayoría de casos, algunos de los complejos de mayor tamaño de Europa, que liberan la mayor cantidad de sustancias contaminantes.


  • Las emisiones de dióxido de carbono (CO2) contribuyen en mayor medida a los costes totales por daños medioambientales, en torno a 63.000 millones de euros en 2009. Se ha constatado que los contaminantes atmosféricos -dióxido de azufre (SO2), amoniaco (NH3), partículas (PM10) y óxidos de nitrógeno (NOx) -, que contribuyen a la lluvia ácida y pueden provocar problemas respiratorios, son responsables de daños valorados entre 38.000 y 105.000 millones de euros al año.

Fuente: Infoenviro.es (01/03/2012)

viernes, 24 de febrero de 2012

Doce Estados miembros de la UE superaron en 2010 alguno de los límites de emisión contaminantes


La Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) ha publicado un informe en el que muestra que doce Estados miembros superaron uno o más de los límites máximos de emisión nacionales y en algunos casos, los límites se excedieron en cantidades significativas. España fue el único país que superó tres de sus cuatro límites de emisión.

En 2010, doce Estados miembros superaron uno o más de los límites de emisión establecidos por los límites máximos de emisión nacionales de la UE, según un informe publicado por la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA). Estos contaminantes contribuyen a problemas de salud y también puede dar lugar a pérdidas económicas y daños medioambientales. Los datos de la Agencia muestran que muchos Estados miembros no siguieron los límites marcados, por lo que estos países tendrán que hacer mayores esfuerzos para ayudar a reducir la contaminación del aire en Europa. La Comisión Europea adoptó en marzo un plan de trabajo para que la Unión Europea tenga una economía baja en emisiones de carbono y competitiva para 2050.

La directiva de límites máximos de emisión nacionales cubre cuatro principales contaminantes atmosféricos: dióxido de azufre (SO2), óxidos de nitrógeno (NOx), Compuestos orgánicos volátiles distintos del metano (COVDM) y el amoniaco (NH3). El contaminante que más se superó según los registros fue el óxido de nitrógeno. Un análisis preliminar muestra que once Estados miembros superaron sus respectivos límites máximos de NOx (Austria, Bélgica, Dinamarca, Francia, Alemania, Irlanda, Luxemburgo, Malta, Países Bajos, España y Suecia). Seguido de Alemania con dos límites superados, España fue el único Estado miembro que superó tres de sus cuatro límites de emisión en el marco de la directiva. Finlandia superó su límite de amoníaco.

Contribuyendo aproximadamente al 40% del total de la UE de las emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx), el sector del transporte por carretera es uno de los principales factores que contribuyen al gran número de superaciones de NOx. Las reducciones de NOx de este sector en las últimas dos décadas no han sido tan importantes como se había previsto. Esto se debe en parte, a que el sector ha crecido más de lo esperado y también porque los estándares de emisiones de los vehículos no siempre han entregado el nivel previsto de reducción de NOx.
Fuente: Euroalert.net (23/02/2012)

miércoles, 4 de enero de 2012

Proyectos con financiación europea investigan formas de medir las emisiones de gases de efecto invernadero


Dos nuevos proyectos europeos, AMITRAN («Metodologías de evaluación para las TIC en el transporte multimodal, desde el comportamiento del usuario hasta la reducción del CO2») e INGOS («Sistema integrado para la observación de gases de efecto invernadero distintos al CO2») se encargan de investigar nuevas formas de medir los gases de efecto invernadero.

Tanto el proyecto AMITRAN («Metodologías de evaluación para las TIC en el transporte multimodal, desde el comportamiento del usuario hasta la reducción del CO2») e INGOS («Sistema integrado para la observación de gases de efecto invernadero distintos al CO2»), ambos financiados por el Séptimo Programa Marco, tienen como principal objetivo encontrar maneras eficientes de medir las emisiones de gases de efecto invernadero. Los dos proyectos cuentan con la participación de instituciones españolas.

Para cumplir con los objetivos climáticos marcados por la UE es esencial realizar medidas exactas de los gases de efecto invernadero, por lo que la puesta en marcha de estos dos nuevos proyectos se convierte en fundamental. Concretamente, la Comisión Europea tiene como objetivo reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en el sector de los transportes en un 60% en el periodo que va de 1990 a 2050. Las emisiones actuales de dicho sector se sitúan aún un 27% por encima de los niveles de 1990.

Asimismo, INGOS se ha puesto en marcha como iniciativa financiada con fondos europeos dedicada a realizar mediciones precisas de gases de efecto invernadero como el metano y el óxido nitroso, ya que, además del CO2, existen otros gases dañinos de efecto invernadero que también requieren soluciones con carácter urgente.
Fuente: Euroalert.net (04/01/2012)