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martes, 25 de enero de 2011

BIODEGRADACION DE ENVASES DE BIOPLASTICOS EN PLANTAS DE COMPOST

Planta de compost de Torija (Guadalajara)(Foto Aida Fernando, 2010)
La Cátedra Ecoembes de Medio Ambiente de la Universidad politécnica de Madrid, acaba de firmar un acuerdo con Ecoembes para el desarrollo de la investigación sobre el comportamiento de los envases de bioplásticos en las plantas de compost, bajo la tecnología de túnel. Colaboran en este proyecto URBASER y el Ayuntamiento de Madrid, cediendo las instalaciones de La Paloma del Parque Tecnológico de Valdemingómez.
El proyecto completa una línea de I+D en la que se viene trabajando desde hace tres años, abordando estudios desde la fase de laboratorio bajo condiciones controladas segun la norma EN-UNE-13432, hasta experiencias en plantas de compostaje en pilas tradicionales con volteo. 
Ahora se pretende experimentar envases que potencialmente van a aparecer en los residuos orgánicos, tales como bolsas tipo film de almidón y envases de alimentos y frutos secos a base de ácido polilático (PLA). También se ensayarán las bolsas denominadas oxodegradables (polímeros derivados del petróleo con aditivos) y las biodegradables sintéticas derivadas del petróleo y las copoliméricas biodegradables.
Reactor de ensayos de bioplástico (Foto Aida F. de Fuentes, 2010)
Finalmente, ese compost obtenido, junto con un blanco, se empleará para evaluar la posible fitotoxicidad del mismo. Estos ensayos se realizarán en los invernaderos de la Escuela de Ingenieros de Montes de la UPM. 
El proyecto tiene una duración de 12 meses, durante el cual se realizarán 20 experiencias bajo condiciones industriales, para contrastarlas con los resultados obtenidos en ensayos anteriores bajo otras tecnologías.
El proyecto aportará de una manera clara, la definición concreta de la biodegradación de estos potenciales residuos en plantas con tecnología avanzada, dado que los resultados hasta la fecha han sido muy dispares en cuanto a las bolsas biodegradables de almidón, no en cualto a los envases de PLA.

Tunel piloto de ensayo en Valdemingómez (Foto Aida Fernando, 2010)
 El equipo de trabajo está compuesto por parte de la UPM de: Aida Fernando de Fuentes, licenciada en CC. Ambientales y coordinadora del proyecto; Rocío Torrejón Gómez, Ingeniera de Montes; Verónica Villagordo, Licenciada en CC. Ambientales. Por parte de Ecoembes, Mercedes Gómez Paniagua, responsable de I+D de Ecoembes y Cristina Tello del Hierro, Licenciada en CC. Ambientales. La dirección del proyecto de investigación la ostenta José Vicente López Alvarez, Director de la Cátedra Ecoembes de Medio Ambiente de la UPM.



José  Vicente LOPEZ ALVAREZ
Director de la Cátedra Ecoembes de Medio Ambiente

lunes, 20 de diciembre de 2010

EL NUEVO MARCO DE LA GESTION DE RESIDUOS EN ESPAÑA

Los denominados nuevos retos ambientales actuales, que no son más que el reconocimiento a nivel general de los efectos ambientales que venimos detectando desde hace ya varias décadas, están sirviendo para cambiar la filosofía productiva e integrarse en las políticas económicas, educativas,... de toda índole y, por supuesto, en las propias leyes. 
La nueva Directiva Europea de Residuos de 2008 y el Plan Nacional Integrado de Residuos, constituyen el nuevo marco de actuación en materia de gestión de residuos. Ello culminará con la transposición de la mencionada Directiva en una ley de residuos, que sustituirá a la ya caduca Ley 10/98.
Por otro lado, hay que constatar el hecho que la aprobación de la Directiva 94/62/CE y su transposición a la legislación española a través de la Ley 11/97 de envases y residuos de envases, ha generado unos resultados importantes en cuanto a recuperación de materiales (plásticos, latas, papel/cartón, vidrio), alcanzándose con creces los objetivos marcados en la misma para todos los países del área comunitaria, si bien ha dejado en entredicho la gestión de otros residuos urbanos que no han sido abordados hasta ahora.

La Ley de Envases y Residuos de Envases, preveía dos modos de operar: el sistema de devolución y retorno (SDDR) y el sistema integrado de gestión (SIG). La industria del envasado optó por el SIG (bolsa amarilla) con resultados óptimos y contrastables en la actualdiad, si bien hay disparidad en los números según comunidades autónomas. En su conjunto el balance no sólo ha sido positivo, sino que se han creado otros SIG tales como SIGRE para los medicamentos; SIGFITO para los envases plásticos de origen fitosanitario; ECOASIMELEC para los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos, etc. Ahora bien, mientras se ha avanzado en estas fracciones de residuos, se ha dejado de lado otra no menos importante como lo es la materia orgánica, la cual representa en peso bruto entre un 30-40% en el conjunto de la basura urbana.
¿Cómo será la gestión de los residuos en los próximos 10 años?
La Directiva de Residuos 2008/98/CE (DOUE 22/11/2008) estabelce una nueva jerarquía en la gestión:
- Prevención
- Preparación para la reutilización
- Reciclado
- Valorización energética
- Eliminación
Para ello, se introduce una nueva definición de residuo de manera que todo subproducto, material, envase, etc, pierde su condición de residuos,  siempre que pueda valorizarse a través de su reutilización como materia prima, que disminuya el consumo de recursos no renovables y se reduzcan los impactos ambientales en el medio de extracción. El fin de la condición de residuo es facilitar su reciclaje material. Por ejemplo, actualmente el papel y cartón que usamos y depositamos en los contenedores azules, hoy por hoy son residuos para reciclar. Con la nueva ley, pasan a ser materias primas. Lo mismo ocurrirá para los envases, vidrio, aceites usados......, dejando sin aplicación una extensa y farragosa legislación actual específica de los mismos.
Otro aspecto importante de la nueva ley es la inclusión de la responsabilidad ampliada del productor, que obligaría a que los residuos de sus productos sean aceptados por él y gestionados de manera que se hagan cargo de los costes correspondientes a dicha gestión. Un efecto claro, para todo aquello que no esté sometido a un SIG, va a ser el incremento en el precio de los productos finales, repercutiendo esa gestión en el consumidor, como era de esperar. Esta medida hoy por hoy, tal y como está la economía, no tiene mucho futuro, máxime cuando la discusión de la directiva se realizó antes de la crisis económica y no contemplaba la profundidad de la misma, sobre todo en determinados estados miembros de la UE.
También incluirá la nueva ley los objetivos de reciclaje para las fracciones de papel, metal, vidrio y plástico, abriendo la posibilidad de incluir en éstas, los biorresiduos (residuos biodegradables de parques y jardines,  alimenticios y de cocina procedentes de los hogares y canal HORECA y otros asimilables procedentes de plantas de transformación de alimentos). Sin embargo, no plantea objetivos para los residuos peligrosos o de origen industrial.

Finalmente, hace mención a los aceites industriales usados y prevé la regeneración de los mismos. La incineración de residuos urbanos pasa a considerarse una operación de valorización si se cumple con los principios de eficiencia energética.
La nueva legislación fijará, por tanto, el marco para la próxima década, si bien la atención a los problemas ambientales tales como el cambio climático o el sobre consumo de recursos naturales asociados a los residuos, hacen necesaria la aplicación de políticas de gestión avanzadas y la demanda de nuevos técnicos en la materia, que se formen al amparo del nuevo marco y bajo esa perspectiva, que sin duda, generará nuevas necesidades y puestos de trabajo, con independencia de la situación económica regional.
JVLA_CEMA

domingo, 19 de diciembre de 2010

LA VIDA SECRETA DE LOS ENVASES


Los productos y envases que usamos cada día dejan una huella en el medio ambiente. Pero no sólo ellos. Nosotros, como consumidores, producimos un impacto incluso mayor. Una mesa redonda, dentro de las Jornadas de Medio Ambiente de Madridiario, analiza las fórmulas que deben seguir las empresas y los ciudadanos para reducir ese impacto.
El reciclaje es uno de los cambios de mentalidad más importantes que ha sufrido la sociedad en los últimos años. Nos hemos acostumbrado a separar la basura en casa y ya no nos sorprendemos porque se haya multiplicado el número de contenedores en nuestras calles. Sin embargo, todos esos cambios son relativamente recientes y, lo que es más importante, esa mentalidad está en constante proceso de renovación para reducir cada vez más nuestra huella ambiental en el entorno.


Así lo constataron -durante una mesa redonda titulada 'El ecodiseño en la fabricación de productos reciclables'- el presidente de la Asociación de Recuperadores de Madrid (Arema), Antonio García Gleiser; la jefa del departamento de Prevención de Ecoembes, Esther Colino, y el director del Grupo de Investigación en Gestión Ambiental de la Escuela Superior de Comercio Internacional de la Universidad Pompeu Fabra, Pere Fullana.

Los dos primeros expusieron la labor que realizan sus asociaciones para avanzar, respectivamente, en el reciclado eficiente del papel y cartón, y de los brick y latas. García Gleiser, en primer lugar, recordó el importante paso que ha dado Madrid en los últimos diez años a la hora de reciclar el papel. Su asociación -creada en el año 1995 y que en la actualidad integra a ocho empresas recuperadoras y a un fabricante de papel- ha pasado de reciclar 30.000 toneladas de papel en el año 1999 a las 92.000 del año pasado. "La siguiente ciudad que más recicla es Barcelona, pero apenas llega a 60.000 toneladas", subrayó García Gleiser.

Durante su intervención -enmarcada en las VIII Jornadas de Medio Ambiente organizadas por Madridiario-, García Gleiser explicó las dificultades que se encuentran a la hora de recuperar el papel que tiramos a los contenedores azules. En ocasiones, esas dificultades se derivan de un uso incorrecto de los contenedores -como echar vidrio o plásticos al contenedor azul-, pero en otras ocasiones esos problemas provienen de los propios materiales. "Las tintas de los papeles, las grapas o los laminados hacen que ese papel llegue contaminado", explicó el responsable de Arema. "No todos los papeles pueden ser destintados. Además en los últimos años ha proliferado la colocación de pegatinas, adhesivos que dificultan el proceso de reciclaje al producir manchas en los nuevos rollos de papel recuperado".

Dificultades parecidas se las encuentra Ecoembes a la hora de dar una segunda oportunidad a los brick y latas. La empresa, a la que están asociadas cerca de 12.000 empresas españolas reciclen, logró ahorrar más de 70.000 toneladas de envases en 2009. "Nosotros ayudamos a las empresas a identificar qué más pueden hacer para reducir su huella ambiental -aseguró Colino-. Es muy importante hacer ver que un envase mal diseñado genera un impacto ambiental mucho mayor".

En otras palabras, intentar que la huella ecológica de un producto sea lo más leve posible desde su fabricación hasta que se convierte en residuo. "Pero para todo eso hay que superar barreras 'invisibles' -lamentó Colino-. Todavía se tiende a pensar que ese proceso es un problema, y esa es una visión que hay que superar".

En este sentido, la representante de Ecoembes recordó algunos de los factores a tener en cuenta para alcanzar mayor eficiencia en el proceso de reciclado. "Es importante que los elementos del envase sean facilmente separables -como el tapón de una botella-, pero también hay que tener en cuenta las dimensiones del envase, el color o, uno de los elementos más importantes, la composición de los materiales que lo forman -advirtió Colino-. Un fragmento de PVC en un envase de Pet, por ejemplo, impide completamente el reciclado".

Pero la huella de los materiales no es, ni mucho menos, la más importante. "Debatir sobre si es bueno o no retirar las bolsas de plástico de los supermercados es una pérdida de tiempo -sentenció un contundente y escéptico Pere Fullana-. Lo que hay que discutir es nuestro modelo basado en un consumo masivo".

Fullana, director del Grupo de Investigación sobre Gestión Ambiental de la Escuela Superior de Comercio Internacional de la Universidad Pompeu Fabra, instó al auditorio a cuestionar el concepto de reciclado desde su misma base. "Ahora reciclamos porque nos han dicho que hay que reciclar y que unos materiales son malos, pero no es verdad. No hay materiales malos, sino aplicaciones incorrectas, y no siempre es bueno reciclar. Los envases pueden ser contaminantes, pero hay que tener en cuenta que el impacto ambiental del producto que va dentro de ese envase es mucho mayor".

  Fullana echó mano de un concepto que pugna por hacerse un hueco en nuestros días y que supone una pequeña revolución: la inteligencia ecológica. "Esta inteligencia ecológica es fundamental para la supervivencia de nuestra especie -prosiguió-. Las políticas ambientales no han funcionado para crear una sociedad sostenible. Cada día somos más y sociedades como la china o la india se van incorporando a nuestra forma de consumo masivo. En 2011, sin ir más lejos, pondremos en el mercado un 15 por ciento más de productos que se convertirán en residuos. Ello nos obliga a que esos productos sean un 15 por ciento más ecológicos para compensar".

25-11-2010 - David Canellada - Fotografías: Diego Sánchez