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miércoles, 13 de abril de 2011

RECICLAJE, CULTURA Y SOCIEDAD

En las últimas semanas, leo noticias y artículos tanto nacionales como extranjeros, sobre hacia dónde va la gestión de los residuos urbanos, la situación de la recuperación de materiales de estos residuos, las formas de valorización menos impactantes  para el medio ambiente y un largo etcétera de temas que no hacen más que demostrar lo confuso que está  y ha estado la situación, máxime cuando cada país o sociedad aborda el tema de una manera distinta y, desde leugo, acorde con su cultura y costumbre, al menos así lo creo.
Si hace unos años se tenía claro lo que se debía hacer, lo que se hacía y lo que no se debería de hacer, ahora todo se ha complicado más, debido sin duda a los desarrollos tecnológicos y a plantear soluciones desde un punto de vista globalizado, ambientalmente hablando.
Este tema no es más que otra demostración de una pérdida del rumbo social por parte de los que tienen que dirigir el sistema, es decir, el cambiar por cambiar, sin estudiar previamente la  optimización de lo que hay. La gestión de los residuos urbanos depende de una cantidad de variables elevada. Toda simplificación del modelo, ayuda, pero también puede influir en pervertir las posibles medidas a tomar. Todos alardeamos que cuando una ley da diversas opciones para resolver un hipotético problema (que en muchos casos no existe de forma efectiva, pero sí presuntamente para algunos y sus influencias), es un ejercicio de libertad, pues da alternativas y es la sociedad (hipotéticamente de nuevo) quien de forma natural opta por una, por otra o por una situación intermedia.
Hay dos grandes bloques de variables desde el punto de vista del productor del residuo (nosotros): las pasivas, que engloban al que fabrica el producto y al que le afecta el principio de prevención y las administaciones encargadas de la gestión del residuo que el ciudadano genera; y la activas o propias del ciudadano, que se traducen en la educación y en la voluntad de hacelo bien. En este punto nos podemos plantear la pregunta crucial como ciudadanos ¿ha fallado todo el sistema tanto como para tener que cambiarlo o incorporar  e incidir sobre altenativas presumiblemente más eficaces? Sinceramente, antes de contestar, me gustaría hacer una reflexión.
Tenemos la manía de pensar que lo que se hace en otros paises es mejor que lo que ocurre aquí y movernos en la toma de decisiones a través de indicadores internacionalmente pactados o ratios en forma de objetivos. Esto no es criticable, quede claro, siempre y cuando se tenga en cuenta las costumbres y cultura de las naciones, que en todo caso son equiparables pero distintas y, a veces, mejores, que esos países denominados  de referencia. En definitiva me estoy refiiriendo a un concepto más etéreo y difícil de medir como es el de la calidad de vida y no a otro, que nadie me malinterprete.
Lo que funciona en un determinado país de referencia, no tiene por qué funcionar en los demás. Si se plantean unos deteminados objetivos de recuperación y reciclaje, por ejemplo, y se van cumpliendo, déjese hasta que madure y luego, tal vez, se cambie a otro sistema que incluso, no tendría por qué ser el aparentemente alternativo que originó todo.
Si nos centramos en lo mencionado anteriormente, en la parte que corresponde a esas variables pasivas, cierto que se están haciendo avances importantes en la prevención (siempre que no se implique al consumidor en la forma de gestionar ese criterio), pero cierto es también que en la parte de gestión, por esa variabilidad que permite la ley, se han obtenido resultados muy dispares. 
Frente al sistema de contenerización tradicional (vidrio, papel/cartón, envases, resto...), hay ayuntamientos que optan por un sistema de recogida neumática, otros, en cambio, por un sistema de contenedores soterrados o mixtos, otros pueden optar por un sistema de maquinitas tragaenvases, en fin, tómese las combinaciones que se quieran, de dos en dos, de tres en tres, ..., que no tendría mayor importancia si no se conociese lo que hay detrás de cada sistema, me refiero a nivel tecnológico en las fases de recogida y transporte de los materiales, separación, almacenamiento y reciclaje. Todo ello repercute, sin duda, en el consumidor. No cabe duda, que la administración debe facilitar las cosas para el cumplimiento normativo al administrado, pero lo que nunca debe hacer es crear confusión. Si a esto le unimos el nivel de educación o civismo junto con las ganas de hacer bien las cosas, sin duda no se necesitaría plantearse cambio alguno ni tomar como mocelo a implantar de forma inmediata el de otros países, económicamente más adelantados que nosostros y de dudosa eficacia en los resultados hipotéticos a obtener. Cuando España entró en la Comunidad Europea, Alemania llevaba más de 15 años con el sistema de recogida selectiva implantado, sin embargo, nuestro país, tenía unas de las tasas de recogida de papel y cartón de las más altas del mundo. Al trasponerse la directiva de residuos en su totalidad y reestructurar el sistema de selección, unos materiales fueron beneficados (envases ligeros) dado que no había antecedentes del sistema para ello y otros, como en el caso del appel y cartón, se vinieron abajo, hasta que con el tiempo se ha normalizado nuevamente el sistema y los niveles de recuperación, con no pocos esfuerzos, estudios e inversiones. y aplicación de  indicadores de calidad del material recuperado. Realmente no se le puede echar la culpa de todo al actual sistema de recuperación por contenerización. Simplemente como ciudadanos, obervemos las pautas de comportamiento del personal en general. Observe simplemente como en un kiosko de helados, por ejemplo, unos niños o cualquier otra persona adquiren un producto, le quitan el envoltorio y lo tiran al suelo, estando la papelera al lado (es sólo un ejemplo, por supuesto no generalizable). Podemos observar, igualmente, cómo al contenedor de papel y cartón, se echan los papeles domésticos con las bolsas de plásticos que los contiene. Y si nos fijamos en los contenedores de envases, podemos observar cómo otras personas depositan todo tipo de artículos que nada tienen que ver con los envases (paraguas, macetas, cochecitos de bebé....) y, llegado al extremo, por cierto bastante normal, bolsas de basura de la fracción resto, porque el contenedor correspondiente se ha llenado.
Si en las escuelas se cuentan estas cosas, hay indicaciones suficientes en los contenedores, hay campañas de sensibilización en prensa escrita, radio y televisión..., enonces...¿por qué no se hacen bien las cosas?. Mi opinión, desde luego muy particular, es dar como explicación plausible que las personas depositan estos productos de forma no apropiada, porque o no lo saben o porque piensan que posteriormente el propio sistema los va a separar, sin caer en la cuenta que ello encarece todo el sistema de gestión, y que individualmente tiene poca importancia, sin pensar, que colectivamente estamos hablando de bastante peso de impropios. Por otro lado, si nos vamos al sistema del incentivo por depósito, en parte cubre un ámbito determindo de la recuperación. Uno tiene ya cierta edad y ha visto mucho mundo. He visto socidades donde niños y mayores van recogiendo las botellas de plástico de los turistas en sacos para luego venderlas a los recuperadores, imagen que queda grabada en la retina y que peude ocurrir con los sistemas incentivados. Ciertamente alguien puede señalar que en el caso de los contenedores de papel/cartón ocurre lo mismo. Contestarle que no es equiparable, por cuanto el depósito en contenedor responde a una masa en la que el ciudadano el único incentivo que tiene es el de su responsabilidad ambiental colectiva o cívica.,mientras que en el de la máquina tragaenvases, es un incentivo individual y, sinceramente, alejado en cierta manera de esa voluntariedad cívica hacia el medio ambiente.
Perdónemne pero no deseaba entrar en críticas o en las ventajas e inconvenientes de los distintos sistemas de gestión, sino llevar la reflexión al terreno social y no técnico.
Llevar a la sociedad  hacia una sociedad de vertido cero es loable, a la vez utópico, pero puede acercarse a esa utopía mediante el reciclaje máximo, sin percer de vista, claro está, todo el ciclo de vida de cada procedimiento. Haciendo una abstracción sobre la situación económica de cada país, cada sociedad reacciona de una manera culturalmente distinta ante un mismo problema. Fijémosnos en países motores del progreso tales como Alemania, Francia, Reino Unido, Estados Unidos...., todos ellos reaccionan distintamente ante el problema de los residuos y ajsutan las tecnologías a sus pautas culturales y no al revés. En ese sentido ninguno es mejor que el otro y cada uno por si mismo tiene una eficacia determianda a su nivel ¿por qué nosotros no?. Por qué tenenmos que importar un sistema de gestión X, ¿por qué tenemos que importar un sistema de trabajo Y?, ¿por qué tenemos que importar unsistema de consumo Z a todos los niveles?. Evidentemente un ejemplo lo tenemos muy cercano: no se puede comparar la mejor universidad privada española con la mejor privada europea o norteamericana, ni tampoco la pública con las homólogas citadas, pero sin embargo, los arquitectos, ingenieros, médicos... formados en nuestras unversidades están al mismo o a nivel por encima de los egresados en esas universidades, y demandados y valorados por esos paises. Tal vez la diferencia estribe en la concepción del trabajo en equipo y el liderazgo que en nuestro territorio se cultiva poco evidentemente, pero no es dicutible cuando hablamos a nivel técnico. Es cuestión de mentalidad y como ha señalado alguien, si la esperanza de vida en España es de las mayores del mundo, por qué cambiar nuestra forma de vida, no sería mejor que otras la cambiasen y a partir de ahí, hablar.

Para acabar la reflexión, con ello no quiero indicar una negativa a cumplir unos retos ambientales o económicos en todos los niveles. Nuestos compromisos en Europa han de cumplirse, pero de forma adpatada a nuestra cultura y forma de pensar. Hacer más incidencia en la particiapción ciudadana en la recuperación de materiales como efecto colectivo y no individual, con una apuesta política importante y comprometida para el cambio de mentalidad de la población, de los más jóvenes, y de los adultos para que demos ejemplo de civismo y no nos perdamos en discusiones ambientalistas áridas de las que poco beneficio colectivo vamos a sacar. Lo que tenga que ocurrir, ocurrirá y sin duda, será lo mejor para todos. Si observamos que una persona echa en el contenedor de papel una bolsa de plástico, no hay que recriminárselo (socialmente tendemos a ello, por desgracia, para censurar su comportamiento y manifestar cierta superioridad cívica nuestra frente a esa pesona, Eso es un error), sino que hay que gastar un poco de  nuestro tiempo y con suma educación, delicadeza y paciencia indicarle cómo hay que hacerlo y sobre todo, el por qué. Si este comportamiento lo generalizamos de manera comprometida, no seremos ni uno, ni dos, ni n, sino todos los que trabajamos por y para el medio ambiente en nuestras distitnas esferas, y compromisos, aquellas personas acabarán reconduciendo su conducta, dado que mirar para otro lado o recriminar esas actitudes, a veces sin conocimiento de lo que hace, siempre será negativo y conduce a plantar un cambio de sistema con la incertidumbre que ello plantea, dada las experiencias en paises culturalmente y socialmente diferentes.
GIA-UPM

domingo, 10 de abril de 2011

EL SECTOR DEL PAPEL EN EL 2010. RESULTADOS

En 2010 se recuperaron para su reciclaje 4.637.100 toneladas de papel y cartón usado (recogida selectiva municipal + recogida industrial), que suponen un ahorro de volumen en vertedero equivalente a más de 45 grandes estadios de fútbol como el Bernabéu o el Camp Nou llenos hasta arriba y un ahorro de las emisiones en vertedero de más de 4,1 millones de toneladas de CO2. Con respecto al año anterior la recuperación de papel y cartón para su reciclaje se mantuvo en niveles similares, con un ligero crecimiento del 0,3%.

Esa cifra supone que en 2010 recuperamos para su reciclaje el 71,9% del papel y cartón que consumimos. Ese 71,9% de tasa de recogida quiere decir que en España los ciudadanos, las administraciones públicas y la industria están haciendo un gran esfuerzo conjunto y creciente, hasta tal punto que casi tres cuartas partes de todo el papel que utilizamos, una vez usado, se recoge para su reciclaje.

Reciclaje: la industria papelera española líder en reciclaje
La industria papelera española recicló el pasado año 5.103.400 toneladas de papel y cartón usado como materia prima en la fabricación de papel nuevo.

El sector alcanza así una tasa de utilización de papel recuperado del 82,4% lo que significa que por cada tonelada de papel que se fabrica en España se utiliza como materia prima 0,82 toneladas de papel usado. Nuestra industria papelera es líder en reciclaje en Europa y lo es no solo en porcentaje sino también en volumen total. Con 4,6 millones de toneladas de papel usado reciclados por la industria española nos situamos solo por detrás de Alemania en volumen de papel reciclado.

El reciclaje, el uso de papel recuperado como materia prima, creció en Europa en 2010 un 7,7% hasta los 45.650.000 toneladas. España (11,1%) es el país con mayor crecimiento del reciclaje de papel y cartón, seguido de Alemania, Holanda e Italia. Por el contrario, Portugal, Suiza, Reino Unido y Suecia registran tasas negativas

Reciclaje en proximidad
La industria papelera española promueve el reciclaje en proximidad: la capacidad recicladora de nuestra industria papelera permite absorber todo el papel y cartón que se recupera en España.

La nueva Ley de Residuos, actualmente en tramitación, es una oportunidad para introducir el reciclaje en proximidad, lo que propugna la Directiva Marco de Residuos y como por ejemplo ha hecho Italia, algo muy recomendable por motivos medioambientales y de eficiencia de costes.

La nueva Ley debería dar preferencia al reciclaje en cercanía para mantener la autosuficiencia de la capacidad de reciclaje actual, asegurando la libre circulación intra-europea de papel recuperado y garantizando el reciclaje preferente en cercanía frente al reciclaje fuera de Europa, ampliando el principio de proximidad de la Directiva Marco a las fracciones reciclables en la nueva Ley de residuos.

En 2009 el 75% de las exportaciones europeas de papel recuperado fueron a China, y en segundo lugar a Indonesia e India. Lo mismo ocurre en otras zonas del mundo como Norteamérica, y Japón, que suministran sus excedentes a estos países emergentes, cuyos sistemas de recogida de papel usado son todavía incipientes.

En España, al mismo tiempo que la recuperación de papel ha crecido de forma sostenida, también lo han hecho las exportaciones de papel recuperado. Y también en España el grueso de las exportaciones se dirige a China.

Sin embargo, el problema de las exportaciones de papel recuperado no son únicamente las cantidades que se pueden movilizar, sino la volatilidad que las exportaciones masivas y erráticas traen a toda la cadena del reciclaje del papel. 

La volatilidad en sí es el gran problema, ya que arrastra situaciones coyunturales de gran tensión en los mercados. A modo de ejemplo, una exportación masiva en un mes que arrastre al 40% de lo recuperado en ese mes, provoca el desabastecimiento de las fábricas recicladoras locales y una escalada en precios, primero del papel recuperado, que arrastra al papel reciclado y a los productos de papel (periódicos, libros, envases, etc), pero que se traslada con dificultad a lo largo de la cadena y que implica que algún eslabón de la cadena tendrá que internalizar esta ineficiencia.


GIA-UPM

viernes, 8 de abril de 2011

Forests – a basis for life

Forests are an integral part of global, sustainable development. To celebrate people's actions to sustainably manage the world's forests and to raise awareness of sustainable management and development in forests, the United Nations has declared an "International Year of Forests" for 2011. Only last year, a scientific study showed that the use of cartons and the manufacture of cartonboard in Europe encourages sustainable forest management and carbon sequestration in the forest, and that this can be directly related to carbon footprinting of cartons.
Forests cover 31 per cent world’s surface area and store over a billion tonnes of carbon – twice the amount present in the atmosphere. Forests are an important driver for economic growth and jobs – also in Europe.

Forests are not merely suppliers of wood, they function as an ecological system which provides an array of services: the filtering of ground water, removal of pollutants and sediment from surface water, supporting water cycles and binding CO₂ from the atmosphere. Furthermore, forests help to avoid soil erosion and flooding. They provide a natural habitat for many different species of animals and plants and thus help to promote biodiversity. Forests provide a balance between oxygen, carbon dioxide and humidity in the air, they protect water reserves and thus our potable water.

During the last decades, the European cartonboard and carton industry has become a major factor in the protection of forests. Approx. 80 % of the wood used for manufacturing paper and carton in Europe comes from European forests, the rest from outside Europe. Tropical woods from rain forests are not used.

European forests utilised by the paper and cartonboard industry are subject to sustainable forestry. Each year more forest is planted than removed – a surface area equal to 1.5 million soccer fields. International certificates such as the PEFC (Programme for the Endorsement of Forest Certification Schemes) and FSC (Forest Stewardship Council) confirm that forests comply with the highest environmental standards. Each stage of wood processing can be traced with a “Chain of Custody“-certificate.

Wood and cartonboard also play a significant role in minimising the climate change. In their growth phase trees absorb carbon dioxide. Wood fibre from forests used to manufacture cartonboard store carbon in the finished product – the cartonboard. Recycling of cartons retains the carbon dioxide and prevents its re-entry into the atmosphere.

This way cartonboard and cartons are actively involved in forestry and environmental protection. 

PROCARTON

Information Suzanne McEwen +43 1 218 6918 mcewen@procarton.com
 


La producción de papel recuperado aumentó un 0,3% en 2010
La producción española de papel y cartón recuperado se situó en el año 2010 en 4.637.100 toneladas, que con un ligero incremento del 0,3% sobre la del año precedente, demuestra el compromiso del sector de la recuperación con la correcta valorización de los residuos. La producción de 4.637.100 millones de toneladas supuso una disminución de la ocupación de espacio en vertederos equivalente a 34.865 piscinas olímpicas, evitando la emisión de más de 4 millones de toneladas de CO2, lo que equivale a 3 millones de viajes en coche de Madrid a Pekín.
Por su parte, el consumo de papel y cartón recuperado aumentó con respecto al año anterior un 11,1%, alcanzando 5.103.400 toneladas, consecuencia directa del crecimiento en un 9,1% de la producción de papel y cartón, que alcanzó 6,193 millones de toneladas. La tasa de reciclaje se incrementó en 7 puntos sobre el año 2009, hasta situarse en el 79,1%, superando una vez más la tasa media europea.
En 2010, para la producción de 10 kg de papel se utilizaron en España 8,2 kg de papel recuperado, lo que indica que España es uno de los países líderes en reprocesamiento de residuos de papel y en su utilización como nuevos recursos. 

REPACAR

miércoles, 30 de marzo de 2011

El sector de la recuperación de papel y cartón asegura el correcto funcionamiento del sistema de reciclaje

La actividad de recuperación de los residuos de papel y cartón asegura que todo el material que se recoge es posteriormente utilizado para fabricar nuevo papel. De este modo, los gestores de residuos dedicados a la recuperación de papel y cartón, contribuyen a cerrar el ciclo del papel, garantizando la disponibilidad de este recurso, y generando enormes beneficios ambientales tanto en el proceso de producción como en el volumen de residuos que dejan de tener el vertedero como destino final.
La recuperación de papel en el canal industrial, dependiente de los recuperadores privados, presenta una alta eficiencia, por encima del 90%; se puede afirmar, por tanto, que, técnicamente, se recupera y recicla todo el papel y el cartón generado por la industria. Por el contrario, el canal municipal, aunque su rendimiento aumenta año tras año, presenta todavía un notable potencial de mejora.
La demanda de una materia prima como el papel recuperado, estimula la recuperación del mismo, redundando no solamente en beneficios ambientales para la sociedad, sino en beneficios sociales para el conjunto de la comunidad, generando empleos duraderos, más de 5.000 puestos de trabajo directos y 15.000 indirectos.
Las industrias españolas del sector de la recuperación, suministraron en 2010 más del 80% del papel recuperado en España a los fabricantes españoles, que lo utilizaron como materia prima para producir de nuevo papel y cartón. El mercado asiático fue el destinatario del 12.8% del papel y cartón recuperado en España, contribuyendo a la supervivencia del sector en algunos momentos difíciles.
El mercado de la exportación a China, es un flujo natural, dado que a Europa llegan embalajes de cartón protegiendo los bienes de consumo que importamos de China. Dicho embalaje, vuelve a necesitarse en el origen, en China; de ahí la demanda que este mercado ejerce en occidente. Debido al gran consumo del mercado asiático es lógico pensar que importen esta materia prima para satisfacer sus necesidades.
Los contenedores que transportan el papel y cartón recuperado a China, son contenedores de retorno, que han de volver a China, vacíos o llenos; por consiguiente, no hay un verdadero efecto medioambiental negativo derivado de estos flujos logísticos.
El sector de la recuperación de papel y cartón considera a la industria papelera española como su principal cliente, apostando por su desarrollo, y entendiendo que el futuro de ambos sectores, en la sociedad del reciclado, esta estrechamente ligado mediante la consecución de objetivos comunes que garantizan el crecimiento de estos sectores y su desarrollo económico sostenible, en un entorno global.  

REPACAR. 

GIA-UPM
http://gia-upm.blogspot.com/
 

lunes, 21 de marzo de 2011

EL VIAJE DE IDA Y VUELTA DEL PAPEL A CHINA

El chino Tsai Lun inventó el papel allá por el año 105 de nuestra era. Dos mil años después, China es el principal comprador de papel recuperado del mundo porque es incapaz de gestionar este residuo de forma interna. El gigante asiático compra más de 50 millones de toneladas de material recuperado en todo el mundo y cada año. EEUU y Europa son los principales exportadores. En España, el 64% de este material que se exporta, cerca de 645.000 toneladas al año, termina en el mercado oriental. El papel recuperado viaja hasta Oriente en grandes barcos. ACN y Mark Lyndon, firmas asiáticas que operan desde Londres y Rotterdam, fletan varios buques al año repletos de papel recuperado de origen nacional. ¿Se puede evitar este extraño viaje de ida y vuelta?. Sólo existen dos soluciones. Por un lado, que China cree su propio sistema de recuperación de material, se autoabastezca y deje de importar de forma masiva de otras regiones. Los expertos del sector lo ven complicado por el nivel de desarrollo del país y las grandes dimensiones de su territorio. Por otro lado, mediante una modificación legislativa que, por ejemplo, la Ley de Residuos española no incluye, consistente en el denominado principio de proximidad previsto en la legislación comunitaria. Según este precepto, los Estados miembros deberían adoptar las medidas para ser autosuficientes en la gestión de los residuos y evitar exportaciones e importaciones masivas de productos. Esta medida ya se aplicó en el traslado legislativo italiano, pero no ha sido introducida en España. Expansión (04.03.11)

sábado, 19 de marzo de 2011

CURSO DE GESTION DE RESIDUOS SOLIDOS URBANOS E INDUSTRIALES CON CERTIFICADO DE PROFESIONALIDAD (II)

La Universidad Politécnica de Madrid, ha encargado a la Cátedra ECOEMBES de Medio Ambiente, la organización de un curso gratuito para desempleados en Gestión de Residuos Sólidos Urbanos e Industriales con certificado de profesionalidad según RD295/2004 y que será presentado el próximo día 30 de marzo en el salón de Actos de la Escuela de Ingenieros de Montes entre todas aquellas personas que hayan rellenado su solicitud en el Servicio de Formación Continua de la UPM.
El curso se enmarca en el ámbito de competencias de:
a)    Recoger y tratar los residuos urbanos o municipales.
b)   Recoger y tratar los residuos industriales.
c)    Adoptar las medidas de prevención de riesgos laborales en el puesto de trabajo.
El objetivo básico es facilitar al alumno que lo curse con aprovechamiento, la posibilidad de trabajar en:
- Comunidades Autónomas, Ayuntamientos y Mancomunidades de pequeños municipios.
- Empresas gestoras de residuos dedicadas a la preparación para la reutilización o el reciclado.
- Estaciones de transferencia de residuos.
- Instalaciones de recuperación y tratamiento de residuos.
- Vertederos e incineradoras.
- Plantas de tratamiento químico de residuos.
- Vertederos de residuos peligrosos.
- Recogida y transporte de residuos.
Además de los singulares sectores productivos de:
- Sectores productivos asociados al tratamiento de los materiales susceptibles de reutilización y reciclado.
- Sector energético.
Ocupando puestos de trabajo tales como:
- Operador de instalaciones de tratamiento y eliminación de residuos (excepto radiactivos), en general
- Operador de planta de tratamiento de residuos sólidos urbanos
- Operador de planta de tratamiento de residuos forestales, agrícolas e industriales
- Operador de plantas de compostaje
En general, aun con la próxima publicación de la nueva Ley de Residuos, las comunidades autónomas parecen seguir apostando por los sistemas convencionales de recogida y selección de residuos para su reciclaje, si bien con una clara tendencia a mejorar la eficiencia de los sistemas actuales, sin necesidad de hacer fuertes inversiones ni cambio en la filosofía de la recogida selectiva.
Esta necesidad de estudiar sistemas más eficientes, conlleva el asentar el actual sistema de gestión genérico en cada comunidad autónoma y a reciclar los conocimientos de los operarios y profesiones directa o indirectamente  implicadas en tal gestión.

En el ámbito de los Residuos Urbanos, el contexto profesional del curso se centrará en:
a)      Medios de producción y/o creación de servicios
Contenedores, camiones de recogida selectiva de residuos, grúas pulpo, trómeles, separadores magnéticos y de corrientes de Foucault, mesas vibradoras, campos de compostaje, compostadoras, palas excavadoras, grúas, biofiltros, incineradoras con horno de lecho fluidizado, otros incineradores.
b)      Productos o resultado del trabajo
Métodos, procedimientos y secuencias de las operaciones definidas, así como parámetros de las operaciones no definidas en su totalidad.
Reutilización y reciclado de residuos sólidos urbanos, valorización de rechazo de residuos sólidos urbanos y vertido en condiciones de seguridad y vertedero controlado de rechazo no valorizado.

En el ámbito de los Residuos Industriales:
a)      Medios de producción y/o creación de servicios
Contenedores, cisternas, tanques de seguridad, bombas de trasvase, productos químicos puros (ácidos, álcalis, entre otros), pulverizadores, material de laboratorio químico.
b)      Productos o resultado del trabajo
Métodos, procedimientos y secuencias de las operaciones definidas, así como parámetros de las operaciones no definidas en su totalidad. Caracterización, procesado, recuperación y en su caso depósito en condiciones de seguridad de los residuos industriales.

Nota: la matriculación está abierta hasta el día 28 de marzo.

Más información en:

 CURSO GRATUITO DE RESIDUOS DE LA COMUNIDAD DE MADRID

Universidad Politécnica de Madrid

lunes, 14 de marzo de 2011

ENVASES DE CARTON Y EMISIONES DE CO2


El vídeo de Pro Carton “Envases de cartón, huella de carbono y carbono biogénico” resume el enfoque de la industria con respecto a la medición de la huella de carbono y destaca el descubrimiento de que la demanda de envases de cartón estimula la gestión forestal sostenible, lo que, a su vez, conduce a un mayor secuestro de carbono en los bosques gestionados.
Se eliminan de la atmósfera 730 kg de carbono biogénico por cada tonelada media de envases de cartón fabricados en Europa.

A partir del informe del Instituto Sueco de Investigación Ambiental IVL sobre los envases de cartón y el carbono biogénico¹, Pro Carton publicó el folleto “Envases de cartón y huella de carbono”² en agosto. Para comunicar sus mensajes clave de manera más precisa, Pro Carton ha producido un vídeo de 5 minutos: “Envases de cartón, huella de carbono y carbono biogénico”³.


Este vídeo está en un formato de preguntas y respuestas, con el Presidente de Pro Carton, Roland Rex, y el Presidente de la ECMA, Per Lundeen, representando la posición de la industria.

Roland Rex explica por qué las industrias del cartón y los envases de cartón han calculado una huella de carbono para los envases de cartón y, también, por qué la industria considera importante calcular una huella de carbono biogénico.

Per Lundeen describe la metodología contenida en el informe de IVL y resume sus conclusiones clave. Recuerda a la audiencia que hay que tener presente una cifra importante del estudio de IVL: debido a la demanda de envases de cartón por parte del mercado, se eliminan de la atmósfera 730 kg de carbono biogénico por cada tonelada media de envases de cartón en Europa.


A continuación, menciona la cifra de la huella de carbono fósil de Pro Carton de 964 kg emitidos por cada tonelada media de envases de cartón y la combina con los 730 kg de carbono biogénico que se eliminan de la atmósfera por cada tonelada media de envases de cartón producidos y tratados en Europa. Tomando estas dos cifras juntas, explica que, en una perspectiva cradle-to-gate (de la cuna a la puerta), el total de emisiones de gases de efecto invernadero para cada tonelada media de envases de cartón en Europa es de 234 kg.

Las entrevistas de los Presidentes de Pro Carton y la ECMA están respaldadas con gráficas y tablas, que ilustran los hechos y las cifras.

¹El informe del Instituto Sueco de Investigación Ambiental IVL “Huella de carbono de los envases de cartón en Europa – metodología de la huella de carbono y secuestro de carbono biogénico” realizado por Elin Eriksson, Per-Erik Karlsson, Lisa Hallberg y Kristian Jelse se puede descargar en formato pdf desde:
www.procarton.com / Sustainability / Environment / Carbon Footprint – biogenic

VIDEO

Tomado de: Revista IDE, Información del Envase y Embalaje 
http://ide-e.com/

Universidad Politécnica de Madrid

sábado, 5 de marzo de 2011

¿POR QUÉ NO SE COMPOSTAN LOS RESIDUOS DE PAPEL?

La Cátedra ECOEMBES de Medio Ambiente, realizó un trabajo de investigación sobre el comportamiento que tienen los distintos tipos de papeles en las plantas de compostaje. El objetivo básico era verificar su compostabilidad cara a sumar esta valorización a los porcentajes de recuperación y reciclaje del papel/cartón, para cumplir con los objetivos de la Directiva Comunitaria. El resultado obtenido no fue nada favorable a la tesis, todo lo contrario, la presencia del papel/cartón en el compostaje altera de forma negativa el funcionamiento de estas plantas. Se presenta a continuación, un resumen de esta investigación.

1.      INTRODUCCION
El tratamiento de los residuos orgánicos bajo condiciones aeróbicas de compostaje o anaeróbicos en digestores específicos son ya metodologías de gestión muy desarrolladas y aceptadas por todos los países desarrollados (OCDE, 1994;  U.Essen, 1995). En concreto, en Alemania estos sistemas de gestión, se toman como verdaderos métodos de reciclaje y no de los llamados de “valorización” (Abfallgesetz, 1986), recogidos en su normativa, desde hace ya tiempo y que han servido de modelo a la redacción de distintas normas y directivas.
Se observa, por otro lado, que una elevada proporción de los residuos sólidos urbanos, están constituidos por envases y embalajes, estando estos regulados en cada país de la Unión Europea, por transposición de la Directiva correspondiente (U.E. 1994), y modificaciones posteriores (U,E. 2004)
De estos materiales, algunos son susceptibles de aplicarles, en principio, un tratamiento de tipo biológico en plantas de compost o de biometanización. Ciertamente, la tecnología aún no acepta cantidades elevadas de estos materiales, aunque diversas experiencias se han encaminado hacia biotecnologías sobre residuos papeleros y plásticos (Cook, 1990; Krupp and Jewell, 1992 o Swift, 1992), para comprobar su potencial biodegradación bajo condiciones controladas.
Bajo estos principios y con unas tecnologías de bajo coste, tal y como son este tipo de plantas, se trataría de encontrar la posibilidad de su aplicación a residuos envases de papel y cartón, y que posibilitasen de alguna forma una manera más de “reciclar” papel, sumando este porcentaje al de las líneas tradicionales, alcanzándose así el objetivo de reciclaje marcado por la Directiva Europea.

2.      ALCANCE
Se trata de conocer la biodegradabilidad aeróbica de papeles y cartones tipo, que forman parte de los envases y embalajes. En concreto, se amplía el conocimiento a varios grupos de papeles tales como:
-          papel blanco de impresión y escritura
-          papel prensa
-          papel reciclado blanqueado de impresión y escritura
-          papel tissue
-          cartoncillo
-          papel kraft (marrón) en tapas de cajas.
El método aplicado está diseñado para reproducir las condiciones de formación de compost aeróbicas típicas de una fracción orgánica de un residuo sólido municipal mezclado. Se reproduce, pues, un porcentaje y una velocidad de conversión del carbono del material de análisis en CO2, de modo que los valores que se obtienen, al ser los idóneos, corresponden al máximo grado de biodegradación. Todos los ensayos se efectúan bajo el marco de la Norma UNE-EN 14046:2003 (ISO 14855 e ISO 14852). Caso que los resultados fuesen aceptables, se trataría de ensayar también el material bajo condiciones anaerobias.
3.      METODOLOGIA

3.1  PRINCIPIO Y CONDICIONES DE ENSAYO
El método de análisis consiste en una simulación optimizada de un proceso de formación de compost aeróbico intensivo y determina la biodegradabilidad final del material de análisis bajo condiciones aeróbicas controladas de formación de compost (Pagga, 1998, AENOR, 2003). Durante la biodegradación aeróbica del material de análisis, el dióxido de carbono, agua, sales minerales y nuevos constituyentes celulares microbianos (biomasa) son productos de la biodegradación última. La incubación tiene lugar en la oscuridad en cámara acondicionada a temperatura constante de 58 ± 2ºC, libre de vapores inhibidores de microorganismos. Se utilizan, igualmente, reactivos de pureza analítica reconocida y como sustancia de referencia para un control analítico positivo, celulosa del tipo de cromatografía en capa fina con un tamaño de partícula inferior a 20 µm
El CO2 producido es medido a intervalos regulares durante el ensayo, junto con el blanco, e integrados para determinar el CO2 producido por el material de análisis con la cantidad máxima de CO2 que podría obtenerse del material de análisis y que se calcula a partir de la cantidad de carbono orgánico total (COT). Este porcentaje de biodegradación no incluirá la cantidad de carbono convertido en nueva células de biomasa el cual no está todavía metabolizado en CO2 durante los 45 días.
3.2. MATERIAL UTILIZADO Y PREPARACION
El material utilizado en el ensayo de biodegradabilidad consiste en 6 grupos de residuos de papeles con las siguientes características:
B.     Papel de impresión y escritura: mezclas a partes iguales referidas a peso seco de papeles blancos de oficina de 80 g/m2 de gramaje (tres marcas habituales empleadas habitualmente por la administración (offset, fotocopiadora y láser)
K.    Papel marrón: mezclas a partes iguales referidas a peso seco de kraft de sacos, bolsas de embalajes y caras de cajas de cartón. Papel kraft liner de envolver y bolsas para frutas de 125 g/m2 y cartones compactos sin ondular de 70 g/m2.
P.      Papel prensa: mezcla a partes iguales referidas a peso seco de tres periódicos de tirada nacional y uno local (60 g/m2)
T.      Papel tissue: mezclas iguales referidas a peso seco de pañuelitos, papel cocina y servilletas (coloreadas o no) de 19,5 g/m2 y manteles de papel de 37 g/m2.
C.     Cartoncillo: mezclas a partes iguales referidas a peso seco de cajas de zapatos, cajetillas de cigarrillos y cartulinas, no estucados de 250 g/m2 y cartoncillo tipo mandriles de higiénicos y rollo cocina de 180 g/m2.
R.  Papel reciclado de impresión y escritura de 80 g/m2 y tripas de ondulado y liner blanco para alimentación de 125 g/m2
-          El material de todos los grupos se trituró a tamaños de 2x2 cm, tomándose una muestra de 50 g. secos aproximadamente, para obtener en ensayos diferentes el COT (AENOR, 2002) y Sólidos Volátiles Totales (SVT), contenido en celulosa, contenido en lignina y contenido en nitrógeno (ISO, 10984) y ThCO2 (cantidad teórica de CO2 que puede producir en la biodegradación total) del material de análisis. Los ensayos se realizaron en número de 10, obteniéndose los valores medios con un coeficiente de variación en todos los grupos inferior al 5%. (Tabla 1).
Tabla 1. Datos base del material utilizado (% peso seco)
PAPEL
H (%) (1)
SVT (p.sec)
TOC (2)
M (g) (3)
ThCO2
B
3,87
78,18
44,18
82,02
132,65
P
5,71
81,63
52,48
48,02
92,24
C
4,23
83,19
44,20
73,26
118,52
R
3,48
85,64
40,98
82,93
120,32
K
4,85
94,23
76,43
63,08
176,46
T
3,95
99,34
39,50
64,28
92,92
(1)     Nótese que el calculo de la humedad no se hizo en atmósfera acondicionada, ya que no se pretendía conocer propiedades físico-mecánicas del mismo, sino tan sólo la cantidad que había que cagar en cada recipiente.
(2)     TOC medido según la Norma UNE 13137, referido al % de C sobre peso seco.
(3)     La cantidad de material de ensayo a introducir en cada recipiente para que como mínimo haya 20 g de TOC por gramo de peso seco, teniendo en cuenta que la mezcla de inóculo y material deberán estar en una relación 6:1
3.3. SUSTANCIA DE REFERENCIA
La sustancia de referencia es celulosa microcristalina Merck (Avicel N1 2339), no teniendo que hacer ensayos sobre ella, tan sólo el cálculo de SVtotales a través de cenizas. cuya composición elemental es:
-          COT = 41,8 referido a peso seco
-          H. 6,4%
-          N: 0%
-          O: 52%
-          SVT ps = 98,36%
3.4. ANALISIS
Los ensayos de biodegradación se realizaron por triplicado utilizando tres recipientes de 3 litros de capacidad cada uno para cada grupo de material a ensayar; tres recipientes para la sustancia de referencia y tres recipientes para el control del blanco. La relación peso seco del inóculo de compost y el peso seco de material de análisis fue al principio de 6:1 (600 g. secos de compost y 100 g secos de papel), tal y como se indicó anteriormente. Cada recipiente se lleno a ¾ de su capacidad, llevando la mezcla a un  50% de humedad, siendo la relación C/N la dada en la Tabla 4.
Tabla 2. Relación C/N de la mezcla inóculo/papel ajustada
GRUPO
C/N INICIAL PAPEL
C/N (1) AJUSTADA
B
177
29,03
K
5630
27,97
P
422
29,18
T
324
28,10
C
173
28,67
R
341
30,46
(1)   El rango de entrada debe encontrarse entre 10 y 40, según la Norma

Los recipientes en atmósfera acondicionada se airean con alto caudal con aire exento de CO2 y a saturación, obtenido a través de frascos lavadores de hidróxido sódico. Para el resto de recipientes (el blanco y el de referencia) se procedió de igual forma.
La medición del CO2 producido se realizó mediante la absorción en una trampa de CO2 formada por una solución de 20 g/l de sodio en agua, determinándose como carbono inorgánico disuelto, según (Pagga, 1998)]. El aparato utilizado para la medición fue por el fotómetro CADAS 100 (LPG 185) de DRLANGE Cuvette Test, con rango de medición con pH entre 4 y 10 y temperatura de la solución entre 15 y 25 ºC. La frecuencia de las mediciones fue 2 veces por día (cada 6 horas) durante los 8 primeros días, durante los siguientes días 1 vez al día. El pH fue siempre superior a 7,4., de acuerdo con la Norma.
4.      RESULTADOS E INTERPRETACION

Se ha calculado el % de biodegradación de cada tipo de papel a partir de los valores de carbono orgánico total acumulado para cada intervalo de medición en los recipientes, según la expresión:

% Dt = 100 x [(CO2)t – (CO2)b)] / ThCO2

Siendo,

(CO2)t cantidad de dióxido de carbono acumulado liberado en cada recipiente de análisis (gramos/recipiente)
(CO2)b cantidad media acumulada de dióxido de carbono liberado por los recipientes del blanco (inóculo) (gramos/recipientes)
ThCO2 cantidad teórica de dióxido de carbono del material de análisis colocado en cada recipiente de mezcla (gr(recipiente)

De la misma forma se ha operado con la sustancia de referencia
Recopilados todos los datos medidos y calculados en el material de análisis, sustancia de referencia y el blanco, se ha procedido a elaborar las gráficas de la cantidad de CO2 liberado por cada recipiente en función del tiempo y las gráficas de las curvas de biodegradación, cuyo valor medio se lee a partir de la fase meseta, resumiéndose los mismos en la siguiente Tabla 3:
Tabla 3. % Biodegradación a 45 días del material de ensayo según Norma UNE 14046
PAPEL
%D. Media a 45 días
Referencia
79,337
Blanco
65,240
Cartoncillo
51,699
kraft
36,018
Prensa
43,342
Reciclado
61,022
Tissue
50,084

Las curvas de biodegradación se exponen en la Fig.1-6.
De los valores desprendidos de las curvas de biodegradación a 45 días (Fig.1-6), se observan que ninguno de los papeles puede considerarse como biodegradable bajo estas condiciones marcadas por la Norma.
Ahora bien, en la mayoría de los casos se ha alcanzado la denominada fase meseta, pero en las curvas se observa aún cierta pendiente ascendente. Ello implica que el ensayo podría continuar bajo las mismas condiciones y seguir degradando el carbono orgánico restante. Como esta metodología no sería correcta, a partir de ese punto, ya que se estaría generando una biomasa activa de forma artificial procedente de la biodegradación del propio papel y no del inóculo, se ha procedido a hacer una análisis estadístico de ajuste de una función de manera que pudiese proyectarse de forma empírica el momento que se alcanzaría, al menos, el 70% de biodegradación.
Se ha procedido, por tanto, a probar distintos tipos de ajuste, siendo el que da un mejor coeficiente de correlación, el de tipo logarítmico:
y = a + b L x
Posteriormente se ha realizado un análisis de “bondad del ajuste” para la media con un intervalo de confianza del 95% y un nivel de significación del 5 %. Con el fin de calcular el número de días que tardarían los distintos papeles en alcanzar un valor del 70% de biodegradación, se ha procedido a establecer igualmente unos límites de predicción con un nivel de confianza del 95%. Este análisis estadístico se ha realizado mediante el programa Statgraphics. Los resultados han sido los siguientes (Tabla 6).

Fig.1 Curvas de biodegradación del papel blanco
 
Fig.2. Curvas de biodegradación del cartoncillo

Fig.3. Curva de biodegradación del papel kraft (marrón)
Fig.4. Curva de biodegradación del papel de periódico
Fig.5. Curvas de biodegradación del papel reciclado de escritura


Fig.6. Curvas de biodegradación del papel tissue (higiénicos y sanitarios)

Tabla 4. Resumen de la estimación
PAPEL
FUNCION DE BIODEGRADACION
r
B45
^B45
Nº días para ^B=70%
SIGNIFICACIÓN
%
BLANCO
y = -17,9342 + 21,0487 L x
0,9816
65,240
62,191
65
5
CARTONCILLO
y = -9,43339 + 16,2493 L x
0,9875
51,699
52,422
133
5
KRAFT
y = -11,6926 + 11,8363 L x
0,9699
36,018
33,357
994
5
PRENSA
y = 2,44352 + 12,6375 L x
0,9677
43,342
45,663
309
5
RECICLADO
y = -13,4894 + 20,0915 L x
0,9776
61,022
62,992
64
5
TISSUE
y = -6,49205 + 15,4451 L x
0,9836
50,084
53,302
142
5
y = % de biodegradación
x = nº de días
B45 = % biodegradación media real a 45 días
^B45 = % biodegradación estimada a 45 días

5.      CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
Según los datos que se aportan en la tabla anterior, fruto del análisis de los resultados obtenidos a través de las curvas de biodegradación de los distintos ensayos, cabe hacer unos comentarios, bajo las siguientes hipótesis:
a)      Los papeles ensayados, nunca podrán alcanzar el mismo nivel de biodegradación a 45 días que la celulosa cristalina ensayada, por cuanto en el papel existen otros componentes orgánicos, (lignocelulósicos, ácidos grasos, etc) que retardarían la acción.
b)      Como la norma establece que el material de referencia, en este caso la celulosa cristalina, tiene que superar a los 45 días el límite del 70% de biodegradación, podemos establecer este nivel como de referencia para los papeles, a partir del cual podría considerarse que la biodegradación es efectiva.
Bajo estas hipótesis concluimos lo siguiente:
1º. A 45 días de condiciones controladas, ninguno de los papeles supera el límite del 70% de biodegradación
2º. Los papeles que más se aproximan al límite son el Blanco y el Reciclado, y desde luego, lo alcanzan con un tiempo de retención de poco más de dos meses, si las condiciones controladas pudiesen mantenerse sin alterar.
3º. Se observa, por el contrario, que aquellos materiales presentes en envases y embalajes, serían los que más tardarían en biodegradarse.
4º. Podemos establecer cuál sería el límite máximo de biodegradación sobre cada tipología de papel en función de la medición máxima de CO2 que a 45 días podría generar. Es decir. En la función:
% Dt = 100 x [(CO2)t – (CO2)b)] / ThCO2
Hacemos que (CO2)t = ThCO2, obteniéndose el máximo de biodegradabilidad sobre la fracción de SVtotales. Con este valor y el obtenido realmente, podremos proyectar el tiempo que tardaría en degradarse a ese nivel cada papel.
Según estas conclusiones, se pasa a interpretar dichos resultados por grupos.
PAPEL BLANCO
El papel blanco ensayado, correspondiente a impresión y escritura normal ya descrito en el texto, posee unos materiales sobre los sólidos volátiles expresados en % en peso seco tales que la fracción teórica biodegradable sobre los sólidos volátiles del papel esté aproximadamente 74%. A 45 días de ensayo en condiciones aeróbicas controladas se ha obtenido el 65% de biodegradación, que supone estar tan sólo un 12% por debajo del valor teórico máximo. Desde este punto de vista, el papel blanco con un período de retención en planta de 110 días y con un pretratamiento de trituración, podría considerarse a estos efectos como biodegradable y por lo tanto, un sistema de reciclaje. No obstante, el papel ensayado no entraría a formar parte de los envases y embalajes, por lo que claramente podría evitarse además su entrada en las plantas de tratamiento especificadas.
CARTONCILLO
Este material es tremendamente heterogéneo en su composición fibrosa, ya que procede de fibras recuperadas pero con un componente de mezcla poco controlado. El contenido materias sobre los sólidos volátiles expresados en % de peso seco llegaría a un 63% lo cual supone que la fracción teórica biodegradable sobre los sólidos volátiles nunca alcanzaría el 70%. Este material es francamente difícil de biodegradar, por esta cuestión y por la densidad de las fibras, aun estando finamente triturado. A esto se le une que este material en muchos casos está sin destintar ni blanquear, por lo que el contenido de ciertas materias químicas puede inhibir el proceso de biodegradación. El cartoncillo entra a formar parte de los residuos de envases y embalajes, pero por su nula biodegradabilidad, es aconsejable que no entre en estas plantas de tratamiento.
KRAFT (MARRONES)
Este tipo de papel presente en los papel y cartón y embalajes, se caracteriza por una alta densidad y contenido en lignina elevado, ya que en la mayoría de los casos se presenta semiblanqueado o crudo. El contenido de materia sobre los sólidos volátiles expresados en % de peso seco supone que la fracción teórica biodegradable de este papel se sitúe en el 36% faltando un 45% para su máxima biodegradabilidad bajo estas condiciones. En cualquier caso y a efectos prácticos, este tipo de papel no debería ser admitido en las plantas de compostaje ni en las de biometanización, dado que alargaría muchísimo el proceso y lo haría inoperante.
PRENSA
Sorprenden los resultados obtenidos con este tipo de papel. Prácticamente todas las tiradas de periódicos se materializan sobre papeles reciclados o con un alto contenido en fibra recuperada, por lo que el comportamiento de este papel debería haber sido mejor que el esperado. No obstante, el contenido en lignina sobre sólidos volátiles expresados en % de peso seco varía entre un 10 y un 20%, según las mezclas que se verifiquen en las fábricas. Tomando un valor medio del 15%, la fracción teórica biodegradable de este papel se sitúa en el 41%. La explicación es difícil y comprometida. Lo cierto es que en la planta de compostaje, en el producto final antes del afino, se observaban trozos de papel prensa. Igual ocurrían en la planta de biometanización, a la salida de los rechazos que se mandaban a comportar. Se insiste en la idea de presencia de lignina en estos papeles, así como otros productos procedentes de las cargas orgánicas y tintas empleadas en la impresión, que pueden retardar el proceso de biodigestión. Este tipo de papel debería eliminarse por completo antes de su entrada en las plantas de compostaje y biometanización.
RECICLADO
El papel reciclado ensayado, correspondiente a impresión y escritura normal blanqueado y sin impresión alguna, ya descrito en el texto, posee un contenido en lignina sobre los sólidos volátiles expresados en % en peso seco que va del 0,8 al 5, ello implica que la fracción teórica biodegradable sobre los sólidos volátiles del papel esté aproximadamente en el 70%. A 45 días de ensayo en condiciones aeróbicas controladas se ha obtenido el 61% de biodegradación, que supone estar tan sólo entre un 9 a 10 puntos por debajo del valor teórico máximo. Desde este punto de vista, el papel reciclado con un período de retención en planta de 110 días y con un pretratamiento de trituración, podría considerarse a estos efectos como biodegradable y por lo tanto, un sistema de reciclaje.
TISSUE
El papel tissue ensayado, correspondiente a las mezclas ya descritas y blanqueados, posee un contenido en lignina sobre los sólidos volátiles expresados en % en peso seco está rondando el valor de 0,7, ello implica que la fracción teórica biodegradable sobre los sólidos volátiles del papel esté aproximadamente en el 63% A 45 días de ensayo en condiciones aeróbicas controladas se ha obtenido el 50% de biodegradación, que supone estar 13 puntos por debajo del valor teórico máximo. Desde este punto de vista, el papel reciclado no debería entrar en estas plantas de tratamiento. Sorprende este resultado tan bajo en la biodegradación. Ello es debido, bien a aditivos orgánicos presentes en el proceso de fabricación o acabado del producto y sobre todo, a que se ha observado en el material de ensayo que las partículas de papel tienden a formar bolitas en los frascos de ensayo, debido a la absorción de humedad e hinchamiento de fibras. Estas bolitas hace que la superficie de contacto con el inóculo se minimice y se retarde el proceso de biodigestión. En la planta de compostaje se observó al final de proceso, este tipo de material en forma de pegotes más o menos pastosos. En la planta de biometanización se procuraba eliminar este material.
El grupo de blanco y reciclado bastaría para su degradación con alargar el tiempo de rentención en planta.
El grupo de cartoncillo, tissue y prensa, la degradación está en función de la estructura y disposición de las fibras y variablidad de materias que están presentes. Este grupo, además de alargar su tiempo de retención, en el caso del cartoncillo, debería aparejar un tratamiento biológico con microorganismos. Tissue y Prensa, serían difíciles de biodegradar salvo que se cambie el proceso de fabricación.
El papel kraft puede considerarse como no biodegradable, bajo estas condiciones y sería excluyente en estas plantas.
En cualquier caso, además, como los resultados se han realizado en condiciones aerobias, mucho más activas cara a la degradación, quedaría descartado realizar pruebas en medio anaerobio, dado además el resultado que realmente se obtiene en la planta de biometanización.
AGRADECIMIENTOS
Agradecemos la colaboración de las plantas de compostaje y biometanización de Barbanza (Galicia) y Avila (Castilla-León), para la realización de estos estudios y muy especialmente a Ecoembalajes España S.A. (ECOEMBES), quién ha sido el patrocinador del proyecto de investigación referenciado.

6.      REFERENCIAS
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AENOR (2003). Norma UNE 14046. Evaluación de la biodegradabilidad aeróbica última y de la desintegración de los materiales de envase y de embalaje  mediante  el análisis del dioxido de carbono liberado. AENOR, 24 pp. 2003.
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Autores:
López Alvarez, JV; Arraiza Bermúdez P; León Chicote, B
Cátedra ECOEMBES de Medio Ambiente. Universidad Politécnica de Madrid